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Todos suben al segundo piso, utilizando las escaleras de emergencia.

—Necesito hielo —dice Jia.

—Hay un poco en la nevera —informa Jimin, mientras toma asiento en el sillón.

—Revisaré las heridas de Jungkook, mientras te revisan el tobillo —espeta Marie, caminando hacia la única habitación del pequeño apartamento.

—Uhum —emite el rubio, mientras se quita su zapato y su calcetín.

—Hoseok, ve a la despensa de la tía de Jimin. Sácala de allí y llévala a su casa. Llegaré pronto —habla Jia, por medio de una llamada.

—El hielo —notifica Taehyung, envuelto en un pedazo de tela.

—Hoseok cerrará la despensa y la llevará a su casa, quiero verte el pie y luego me iré y le contaré todo —farfulla la chica. —No se ve tan mal, te colocaré hielo por unos minutos —le indica.

Coloca el hielo en el área afectada mientras le relata a su mejor amiga lo ocurrido junto a Taehyung.

—No debiste dejar que te agarrará del cuello —espeta Marie acercándose a Jeon.

—Lo sé —susurra el pelinegro. —Gracias por la ayuda —añade.

—Es un humano muy atrevido, Jungkook. Debiste haberlo visto huyendo de uno de los matones de Rich, al verme no se inmutó, continuó corriendo y cuando vio que salte la roca se lanzó a la tierra —relata la rubia. —Es un buen chico —masculla.

—¿Estamos bien? —pregunta el alfa.

—Siempre lo hemos estado, idiota —replica la chica. —Lamento haber dicho lo que dije. Taehyung me contó lo de su viaje a Washington, estoy feliz por ustedes —murmura.

—Feliz y arrepentida de no habernos acompañado —chista Jeon, ríendo.

—Cierra la boca —lo reprende la rubia, esbozando una sonrisa. —Tus heridas no son tan profundas. Te diría que sanarán pronto, pero dejaste que otro alfa te lastimara, imbécil —agrega.

—Sí, sí, sí. Ya cállate —le pide Jungkook, haciendo reír a Marie.

—Vendré por la mañana, me quedaré con tu tía ahora y cuidaremos de ella con Hoseok —escuchan los dos alfas la voz de la humana que entra a la habitación junto a Jimin.

—Te lo agradezco, Ji —musita el chico, tomando asiento a la orilla de la cama. —Dile que la llamaré mañana, y por más que insista no dejes que abra la despensa —le suplica.

—Me encargaré de todo, confía en mí —susurra la pelirroja. —Te quiero, hasta mañana —se despide de su mejor amigo depositando un beso sobre su frente.

Jeon observa la acción, tensa su mandíbula y lucha por contener el gruñido que su alfa intenta emitir.

—Con permiso —verbaliza Jia, viendo de soslayo a ambos cambia formas, para luego salir de la habitación. —Por favor llámame si Jimin se siente mal o necesita algo —le pide a Taehyung.

—Lo haré, ve tranquila —masculla el beta. —Avísame cuando hayas llegado —le pide en voz baja.

La humana sonríe mientras asiente, toma su mochila y sale del apartamento de su mejor amigo, bajo la atenta mirada del azabache.

—Gracias por ayudarme, Marie —le agradece Jimin. —Te debo una —añade, mientras observa a la rubia.

—No me debes nada. Solo cuida de Jeon —verbaliza la chica. —Los dejaré solos. Iré ha adueñarme de ese cómodo sillón antes de que Taehyung lo tome —suelta, mientras camina hacia la puerta.

La puerta de la habitación se cierra y el humano y el cambia formas quedan a solas.

Jungkook se pone en pie, realiza un mohín de dolor debido a los rasguños de su pierna derecha.

—¿Estás molesto? —lo cuestiona Jimin, cuando está sentado a su lado.

—¿Por qué lo estaría? —inquiere el pelinegro.

—Por Richie y por no quedarme donde me dijiste —contesta el menor.

El más alto inhala profundo, exhala el aire y dice.

—No conocías a Richie. No puedo molestarme por eso. Y sobre no quedarte dónde te dije, eres humano. Y mientras corría hacia el bosque supe que me seguirías porque mi voz de mando no sirve contigo —hace una breve pausa para alzar la pierna lastimada de Jimin, y colocarla sobre sus muslos. —No estoy molesto. No puedo estar molesto contigo, mi lobo me volvería loco —confiesa, mientras acaricia con la yema de sus dedos el tobillo inflamado del rubio—. ¿Qué hay de ti? ¿Estás molesto por lo ocurrido?

El chico mira al cambia formas y niega.

—Me sentí asustado. Jamás había visto una pelea entre lobos grandes, y saber que tú eras uno de los involucrados me aterró un poco —expresa el rubio. —Sentí miedo porque no sabía qué hacer para ayudarte. Vi al otro lobo querer atacarte y lo primero en lo que pensé fue en lanzarle rocas, pero cuando me persiguió supe que fue mala idea —dice entre risas, que lo obligan a realizar una breve pausa. —No estoy molesto, realmente estoy asustado y preocupado —se sincera, colocando la palma de su mano izquierda sobre una de las mejillas del mayor.

Los dedos del menor acarician la piel del rostro de Jeon, causando que un par de ronroneos se escuchen en la habitación.

—¿Duele? —indaga el humano, observando la marca de los colmillos de Richie en el cuello de su novio.

—No cómo te lo imaginas —responde el pelinegro. —Al ser cambia formas, tengo la habilidad de poder controlar el dolor —confiesa—. Pero mi pierna si me incomoda un poco.

—Bueno, he aprendido algo nuevo de ti —dice Jimin—. Taehyung, dijo que pueden sanar rápido. ¿Es eso cierto?

—Sí lo es, pero mis heridas y las de Richie tardarán un poco en sanar porque ambos somos alfas —contesta el pelinegro.

Los ojos del rubio se ensanchan, sorprendido por lo que acaba de escuchar.

—Déjame ayudarte —susurra Jungkook, posando su mano derecha sobre el tobillo de Jimin.

—Auch, duele —se queja el chico, al sentir la mano grande del cambia formas sobre su tobillo inflamado.

—No te muevas, quédate quieto y en silencio —le indica el alfa.

Park ve como Jeon cierra sus ojos mientras ejerce cada vez un poco más de presión en su tobillo.

—Jungkook, detente. Duele —chilla.

—Ssshhh —emite el pelinegro. —¿Confías en mí? —lo cuestiona, mientras abre sus ojos.

El humano asiente.

—Haz lo que te pedí —le recalca.

El rubio asiente, guarda silencio, se queda quieto y no emite ningún sonido, aunque le duela mucho la presión que su novio le está ejerciendo a su tobillo.

—Listo —murmura Jeon, abriendo sus ojos, y retirando su mano del tobillo afectado de su lindo humano.

—¿Qué hiciste? —lo interroga, curioso Jimin.

Jungkook se acuesta en la pequeña cama mientras Jimin lo mira y luego se acerca a él.

—Responde —insiste, posando su mano derecha sobre el abdomen del mayor.

—Tu tobillo estará bien —balbucea el cambia formas.

—¿Cómo lo sabes? —replica el rubio.

—Porque soy un cambia formas, y la naturaleza me brinda la oportunidad de poder absorber el dolor de las personas —responde.

Las cejas del chico se enarcan, se cruza de brazos y lo mira con su entrecejo fruncido.

—No, no debiste hacerlo —espeta Park.

—Sí, si debí hacerlo —refuta Jeon.

—No, ¿por qué? —lo confronta el menor.

—Porque no soporto la idea de saber que algo te lastima, Jimin. Y mientras pueda hacer que no sientas dolor y tristeza, me asegurare de evitarlo —contesta Jungkook. —Eres mi lindo humano, y te amaré y protegeré siempre —añade con serenidad.

Los ojos de Jimin se llenan de lágrimas, acerca su rostro al de Jeon y deposita un beso sobre sus belfos.

—¿Qué hago para que no pienses en el dolor de tu pierna? —pregunta el rubio, sobre los labios del cambia formas.

—Ven aquí —le pide, palmeado su pecho.

El chico se pone de rodillas y luego se acomoda en el cálido y fuerte cuerpo del hombre lobo.

—Por favor no permitas que otro alfa te lastime —le implora Jimin. —No me gustan las heridas en ti. No quiero que te lastimen y no puedas sanar rápido —expone en voz baja.

—Seré más cuidadoso la próxima vez. Te lo prometo —musita Jeon, abrazando el cuerpo del humano que está sobre él.

—Jungkook —lo llama el rubio.

—Uum —emite el pelinegro.

—Te quiero bestia —gesticula, para luego dejar un casto beso sobre el pecho del cambia formas.

Jeon quiere hablar, pero su lobo está cansado, agotado y su cuerpo humano maltratado.
Emite algunos ronroneos y luego se queda dormido mientras escucha el palpitar del corazón de Jimin, al compás de sus respiraciones que lo hacen mantener la calma y la tranquilidad.

MY BEASTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora