Las historias de amor siempre comienzan con un hombre y una mujer viéndose a los ojos y perdiéndose en sus miradas pero l a mía no empieza así .
- noooo yo tengo que darte de comer - la pequeña Emilia agarra una cucharita y le da un bocado del delic...
¿Dónde creen que estamos ? Sí, en nuestra hermosa hacienda , celebrando nuestra tradición, una recuerdo aquella vez , cuando solo éramos cuatro, en la sala lamentandonos por lo horrible que era el amor .
Pero nos multiplicamos, son once hermoso hombres y mujeres que están ocupando el lugar que un día fue de Octavio, León, Julián, Emiliano y mío.
Hay cosas que no pasan desapercibidas ante los ojos de una mamá , como las miradas cómplices de Andrea y Rorro , o esa mirada triste de mi terca de hija Amanda Emilia, ¿ Quien es el culpable de que esté así ? Pues nada menos que Marcelo Santander , la muy tonta se niega a aceptar que está enamorada de él. Y mi hermoso Julián Rafael, que la parecer hoy la nieta de Simón,un trabajador de la hacienda, le ha robado el corazón .
Unos brazos rodean mi cintura y como siempre apoyo mi mi espalda en su pecho .
— Me hubiera gustado que se quedarán bebés — le digo a mi Tonto favorito.
— Ellos nos darán bebés , lo mer de todo es que cuando se porten mal los regresaremos con sus papás .
Era verdad ¿ Cuántos nietos nos darían nuestros hijos y sobrinos ? No sé, cuando escriban sus historias lo sabremos.
Los Durán Valferra.
Amanda Emilia.
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