Omake: El Amor con el Amanecer

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Meses después de la muerte de Hinata y antes de la guerra:

Se podía ver vagando en el mundo de los Dioses a Naruto, hacía unos días que con su familia habían ido a ver a Hades y pedirle que dejara salir a Hinata del Inframundo, algo que la misma ojiperla dejó en claro que no quería, dado que ella ya había cumplido con su momento de vida en los corazones de ellos, y aunque los amara en ambas vidas, era tiempo que vivieran sin ella a su lado, por lo que la familia Uzumaki no tuvo otra opción más que seguir adelante.

En el Olimpo, estaba anocheciendo, mientras las luces de cada templo se encendían, incluso en aquellos aún no reclamados por las nuevas deidades.

Por los pasillos del mismo, saliendo de la sala del Consejo, Naruto se estaba dirigiendo hacia su templo dado que logró ver a Boruto con un grupo de Dríades y Náyades hablando animadamente mientras las mismas espíritus de la naturaleza se le movía...

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Por los pasillos del mismo, saliendo de la sala del Consejo, Naruto se estaba dirigiendo hacia su templo dado que logró ver a Boruto con un grupo de Dríades y Náyades hablando animadamente mientras las mismas espíritus de la naturaleza se le movían muy sugestivamente,  no era un genio para saber que harían ellas con su hijo, dado que el pelirrubio no era inocente en ese aspecto.

Naruto se dirigió sonriendo de orgullo por su primogénito rumbo a su templo a descansar, pero escuchó un sollozo. Al acercarse al orígen del mismo, allí la vio, era Eos, Diosa del Amanecer, una de las mujeres más bellas del Olimpo. Su cuerpo celestial era una belleza más pura que eclipsaba a Afrodita misma, cabellos dorados brillantes cual retazos de Sol cuyo simbolismo era el renacimiento y la esperanza.

Estaba llorando tras que su amor, el príncipe troyano a la que ella amaba con pasión y que había pedido la vida eterna para él, pero se olvidó de pedir por él la juventud eterna, pidió a Zeus partir al mundo de los muertos eternamente para reunirs...

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Estaba llorando tras que su amor, el príncipe troyano a la que ella amaba con pasión y que había pedido la vida eterna para él, pero se olvidó de pedir por él la juventud eterna, pidió a Zeus partir al mundo de los muertos eternamente para reunirse con aquellos a quién añoraba. Eos quedó devastada por ello por lo que Naruto con voz tranquila y reflejando serenidad, se presentó ante ella, ofreciendo su calidez y su hombro para que ella pudiera llorar. Al principio ella trató de rechazarlo pero conforme más se daba cuenta, se sentía protegida entre sus brazos, sabía que los mortales estaban a nada de olvidarla y pronto se desvanecería, los humanos no veían al amanecer como una figura de esperanza y renovación, por lo que ello le afectó, y así como con Selene, Maya y tantas otras figuras divinas, se estaba desvaneciendo.

El Renacer del OlimpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora