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Varios días pasaron desde esa incomodidad, el silencio entre Agni y Aaron aumentaba al igual que la distancia, a ambos les dolía por razones distintas y cada vez se le podía notar peor a Aaron, su insomnio había empeorado y su brillo había desaparecido.

Agni se encontraba acostado en su cuarto, inquieto aferrado al saco que se le había quedado a Aaron desde ese día y que nunca preguntó por él, algo en su aroma lo reconfortaba y aliviaba.

Este despertó por unos pasos en su sala, se levantó de un salto de la cama, debía hablar con Aaron, invitarle a desayunar con él le daría un poco más de tiempo.

Abrió la puerta y se acercó - Aar- - la falta de aroma lo azotó, no olía a menta y la silueta frente a él no tenía el característico cabello rojo de Aaron "¿Quien es?" Se preguntó retrocediendo unos pasos asustado Agni ¿Lo habían descubierto?.

- Oh, así que tú eres Agni, es un "placer". - dijo Jay en un tono indiferente mirando al pequeño "Así que este es el niño que tortura tanto a Aaron" soltó un suspiro incrédulo por todo con una sonrisa molesta.

- ¿Quien eres?. - preguntó curioso y temeroso manteniendo su distancia, Jay se acercó un poco más para mirarlo mejor, sentía una gran molestia hacía ese Omega por como había dejado a Aaron, pero no podía hacer nada- Soy Jay, amigo de Aaron , me dejaron de encargo cuidarte hasta que todo mejore. - dijo firme.

Agni quedo mirando en su dirección, ahora todo le cuadraba, aunque no se iba a sentir seguro tan rápidamente. Ahora otra duda le asaltaba ¿Donde estaba Aaron? ¿Le habría ocurrido algo?.

Se sentía inquieto, miraba detrás de Jay tratando de encontrar la figura de aquel Alfa que le hacia sentirse con más calma - Si estás buscando a Aaron, el no vendrá. - dijo Jay firme, dejando el desayuno y almuerzo en la mesa.

Agni lo miro confundido, al mismo momento le empezó a generar ansiedad, tal vez está sería la distancia permanente, no más visitas, no más palabras cariñosas, no más olor a menta.

Agni estaba con una expresión de dolor, no sabía cómo expresar ese dolor - Fue a una misión, no va a volver en un buen tiempo. - agregó Jay, no para consolar a Agni, sino para si mismo.

- ¿Cuando volverá?. - pregunto Agni yendo a preparar café.

- Tendiendo en cuenta todo, tal vez en dos meses. - respondió Jay siguiéndolo con la mirada.

Agni sintio inquietud, sería mucho tiempo y no sabía con exactitud si todo volvería a estar bien.

- Bueno, dos meses para que vuelva acá, no te confíes en que él vuelva a verte. - dijo en un tono serio que hizo erizar a Agni - Después de todo, no lo permitiré tan fácilmente, no luego de ver cómo lo dejaste. - agregó Jay de brazos cruzados hacia Agni.

Este apretó la taza con inquietud - Si ya sabes todo dime ¿Que esperabas que hiciera? Es un ambiente hostil, peligroso al cuál yo no estoy acostumbrado, mucho menos quiero involucrarme. - se giró en dirección a Jay - Me agarró por sorpresa ¿Como debería actuar? Si esto se repite ¿No sería peor para ambos?. - podía sentir sus manos temblar, no estaba acostumbrado a actuar así.

Jay lo miro fijamente, sabía bien que lo que decía era verdad pero aún así, sentía la rabia de ver a su mejor amigo destrozado - Sinceramente, no lo sé, yo crecí en todo este ambiente. - admitió Jay - Solo déjame darte este consejo, por el bien tuyo y de Aaron. - dijo acercándose y tomando firme a Agni del hombro - Si no piensas pasar el resto de tu tiempo con él, entonces empieza a olvidarlo, no seas egoísta y déjalo ir. - dicto, separándose y yendo camino a la puerta.

Agni sintió una presión en su pecho, sabía que debía hacer y como hacerlo, pero era duro, muy duro dejar ir a alguien que le iluminó la vida y le dio un leve propósito, aunque fuera temporal.

Mi dulce girasol (Omegaverse)[HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora