Capítulo 21

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Silvia- ¿Me llevas con ella?
Carlos- Amor, no podemos irnos.
Silvia- Por favor, habla con el medico y dile que volveremos.
Silvia llora suplicando para que la dejen salir. Los recuerdos, la confusión y ahora la enfermedad de Raquel hacen que se estrese y le duela la cabeza.
Carlos- Tranquila amor.
Silvia- No puedo, quiero ir a casa. Por favor.
Carlos- No se puede, hoy no.
Silvia- No puedo quedarme aquí, No quiero quedarme aquí.
Silvia se levanta y se quita la via intravenosa de un tirón y hace un gesto de dolor.
Carlos- No hagas esto mi amor.
Silvia- Si no me vas a ayudar, déjame.
Trata de levantarse, pero Carlos la detiene de los brazos.
Silvia- Suéltame.
Carlos- Mírame amor... Mírame.
Silvia no lo mira, solo quiere que el la suelte. Luego cierra los ojos con fuerza y se toma de la cabeza.
Carlos- ¿Estás bien?
Silvia- No importa, me voy de aquí.
El doctor entra con unas enfermeras y tratan de acostar nuevamente a Silvia mientras quieren volver a poner la vía intravenosa pero ella se mueve mucho.
Silvia- Dile Carlos, dile que necesito ir a casa.
Carlos- Primero debes recuperarte.
Silvia- No... No me hagas esto mi amor.
El médico indica que le coloquen un sedante. Una vez que le inyectan Silvia toma de la mano a Carlos.
Silvia- Eres de lo peor, vete.
En sus ojos hay enojo, Carlos sufre al verla de ese modo y está algo confundido.

Al siguiente día Silvia despierta y no hay nadie en la habitación. Se quita la vía intravenosa y sale a ver si hay alguien afuera. Al ver que no hay nadie camina hasta una habitación y allí encuentra algo de ropa, se la coloca y sale nuevamente como si nada hubiese pasado. Al lograr salir no sabe por donde ir, pero camina sin rumbo.
Silvia- Recuerda... ¿Donde esta tu casa?
Aun está desorientada, no está del todo cuerda y al encontrar dinero en el bolsillo del pantalón camina en dirección a un oficial. Le pregunta cómo llega a cierta dirección y presta atención a cada palabra.
Luego de horas logra ir a un edificio, lo observa bien y recuerda llegar ahí estando embarazada.
Silvia- Es mi casa.
Entra a el edificio y pregunta por Don Juan.
- El es mi padre... ¿Quien lo busca?
Silvia- Silvia.
- ¿Navarro?
Silvia- Sí, ella.
- Él me habló de usted. Por pedido de el mandamos a limpiar su departamento una vez a la semana.
Silvia- ¿Puedo hablar con el?
- Oh, no lo sabe.
Silvia- ¿Que tengo que saber?
- mí padre falleció.
Silvia- (llora) no puede ser... No me diga eso. Lo siento mucho.
- Gracias... Pero no sé preocupe, mi padre me contó todo y me dijo que el departamento es suyo y que puede volver cuando pueda.
Silvia- ¿Seguro?
- Si. ¿Ahora va a entrar?
Silvia- si. Por favor.
- ¿Está sola?
Silvia- por ahora si.
El hombre le da las llaves y ella camina hasta llegar a su departamento. Al entrar ve cada detalle va recordando todo lo vivido allí.
Silvia- Mi papá escogió este lugar para mi. ¿Donde estarás?
Camina por todo el lugar y encuentra algunas fotos de Dylan de bebé. Hay fotos de Jorge y ella casándose, las toma y las rompe. Luego le llama la atención un libro de cuentos y al abrirlo encuentra una foto de ella con Carlos, él tiene su mano en el vientre abultado de ella.
Silvia- Siempre estuviste conmigo mi amor... Necesito recordar todo.
De pronto frunce las cejas, mira a su alrededor y cae en la realidad.
Silvia- No debí salirme... No sé cómo volver. No traje el teléfono y no se dónde encuentro a Carlos... No sé dónde está mí casa. ¿Que hago?
Ella llora mientras busca algún número de teléfono o dirección donde puede encontrar a Carlos.
Silvia- Eres una estúpida Silvia, si Jorge y Jimena saben esto van a venir a matarme.
Pasa largos minutos buscando y no encuentra nada. De pronto golpean la puerta y ella se espanta.
Silvia- ¿Quien?
- Soy Román, el hijo de Don Juan.
Ella abre la puerta y el hombre se preocupa al verla llorando.
Roman- ¿La puedo ayudar en algo?
Silvia- Es que... No sé cómo decirle.
Román- Dígame y la ayudaré.
Silvia- es que, estaba en el hospital y me escapé... Aun no se porqué lo hice. No debí salir si no me se la dirección de casa.
Román- ¿Entonces es verdad?
Silvia- ¿Que cosa?
Román- Me llamo El Señor Carlos y me preguntó por usted y no supe que decir... Nosotros no podemos decir nada sobre nuestros inquilinos. Yo no sabía en qué condiciones está usted.
Silvia- Yo necesito hablar con mí marido, necesito que venga por mí, estoy en peligro aquí sola.
Román- Está bien, voy a buscar su número de teléfono en la agenda y regreso. Tenga, es algo de comida.
Silvia- muchas gracias. Por favor, si alguien más pregunta por mí no le diga nada.
Román- está bien.
Silvia deja la comida en la mesa y camina de un lado a otro. Luego golpean la puerta y Román le da un papel con el número telefónico de Carlos. Ella le agradece y llama.

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