Capítulo 41

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Emma.

El médico y dos enfermeras entran, una de ellas se acerca a nosotros.
Enfermera- Tienen que salir.
Emma- no, no podemos.
Enfermera- no pueden estar aquí.
Médico- Déjelos, ellos saben que hacer.
Enfermera- pero doctor, es el protocolo.
Médico- Hay órdenes precisas sobre eso, debería saberlo.
La enfermera nos mira de pies a cabeza y al ver qué no le quitó la mirada se aleja.
Nos habían dicho que papá ordenó que no nos alejen de mamá, había pagado para que tengamos beneficios. Estábamos en una esquina sin hablar, observamos cada detalle. El doctor dice que el café tenía una droga, ella inhalo y por ese motivo ahora está sedada. Podría haber sido peor, a veces producen daño cerebral pero mamá tuvo suerte.
El médico se va pero, luego llega alguien que le toma una muestra de sangre y nos dejan a solas.
Decidimos crear turnos para cuidar de mamá, la primera soy yo, luego Dylan y por último y Mateo.
Hacemos lo acordado, al amanecer llega Carlos y hablamos con el. Esperamos que mamá despierte pero no lo hace y supongo que recién despertara en la noche. Apesar de discutir con Carlos, el se va a quedar a cuidar de mamá mientras nos vamos a descansar y regresaremos en la mañana siguiente.

Carlos.

Me quedo a solas con mi esposa, la veo dormir y es tan hermosa que aunque pasen los años estoy cada día más enamorado de ella.
Deje a mis hijos al cuidado de Fiorella, la verdad tuve que dejar de lado los celos porque el día que vino al hospital, Silvia lo dejo de provocarme con ella, hasta la beso y aún no me lo cobraba.
La comida que pedí llega, es una ensalada que lleva pasta, la preparo Guillermina, Silvia aún no comía nada así que por las dudas dije que prepararán para ella, pero aún no despertaba y yo tenía hambre. Empiezo a comer mientras pongo música con volumen muy bajo. Recibo una llamada y al ver quién es dudo si responder.
Carlos- Hola... Ahora estoy ocupado... Eso lo tiene que hablar con otra persona... Ok señora Inés yo me encargo... No puedo ahora, yo la entiendo pero es que en este momento yo... ¿A cenar?
En ese momento sentí una mirada totalmente fija y enojada, Silvia está despierta y viéndome celosa. Ella sabía quién es Inés y habíamos quedado en que todo lo relacionado con esa mujer lo vería Silvia.
Carlos- En este momento no es posible. Mañana tendré respuestas por uno de mis trabajadores... ¿Conmigo?, entonces hablé con Carmen, la secretaria... Si hasta mañana.
Silvia se sienta y se levanta, voy a tratar de ayudarla y ella no deja que la toque.
Silvia- No, yo puedo sola.
Carlos- ¿A dónde vas?
Silvia- Al baño ¿Puedo?
Carlos- Amor, no te enojes.
Silvia- Si quieres puedes irte con ella.
Carlos- (levanta la voz) No quiero ir con ella. Silvia me estás hartando.
Silvia no hace ningún gesto y se va al baño. Mientras ella se va pienso en que no debí gritarle, está sensible y yo  al estar estresado me desquite con ella. Me siento en la cama y llevo mis manos a la cabeza.
Silvia- ¿Puedes darme lugar? Estoy cansada.
Carlos- claro, ¿Te ayudo?
Silvia- Si.
La ayudo a recostarse, ella cierra sus ojos enseguida y no se si duerme.
Carlos- Amor... ¿Estás despierta?
Silvia no se mueve, entonces la beso en los labios pero ella no responde y luego trato de morder el lóbulo de su oreja pero ella suelta un suspiro pesado. Me doy cuenta que está muy dormida nuevamente, me siento pésimo.
En todo el día no despertó y cuando despierta le grito y le digo que me tiene harto. Beso su mejilla y sigo comiendo.

Pasan unas horas, escucho la voz de mi esposa y despierto asustado. Ella está acostada y para calmarme sonríe. Veo la hora es 4 am, ella mira alrededor y luego se sienta.
Carlos- ¿Cómo estás?
Silvia- Cansada de estar acostada, me duele la cabeza de tanto estar en cama. ¿Puedo ir contigo?
Carlos- claro, pero espera que te ayudo.
Silvia- Amor, estoy bien y puedo sola perfectamente.
Carlos- tengo que darte algo.
Silvia- ¿Que?
Entonces le doy un bombón de chocolate relleno de frutos rojos. Ella sonríe feliz y lo agarra pero antes de que lo coma, lo evito.
Carlos- Espera.
Silvia- luego lo como. Dime algo ¿Nuestros hijos?
Carlos- en casa con Fiore.
Silvia- Ya no pude ver a Raquel, mi amorcito bello, la extraño.
Carlos- estaba dándote besitos todo el tiempos.
Silvia- ay mi bebé.
Carlos- Perdóname Mi amor.
Silvia- ¿Por qué tendría que perdonarte?
Carlos- Es que hace un rato te despertaste y...
Silvia- Ya sé... Me quedé dormida otra vez ¿Es eso?
Carlos- ¿No recuerdas?
Silvia- estaba dormida mi amor, solo me levanté al baño ¿Que me hiciste?
La ayudo a levantarse y nos vamos a sentar al sillón que parece cama. Ella toma mi mano esperando a que le cuente. Le cuento lo sucedido, al escuchar el nombre de Inés me suelta y se pone seria, termino de contarle y ella se sorprende.
Silvia- ¿Por qué me lo dices?
Carlos- Tienes que saberlo.
Silvia- no quería saber eso.
Carlos- No te iba a mentir.
Silvia- No necesitaba esa información. Ahora me siento triste.
Carlos- es que fue mucho estrés y luego esa mujer que a fuerza quería que nos veamos... Me desquité contigo  y ni siquiera pienso eso.
Silvia- ay mi amor, yo lo sé... No recuerdo nada, estaba dormida, pero entiendo tu situación. No tienes que sentirte mal, yo quiero que te desquites conmigo pero no de esa forma, tu ya sabes cómo.
Carlos- Eres muy buena conmigo.
Silvia- no es cierto... Carlos, tu eres mi villano adorado, haces todo por mi y es entendible tu estrés. Ahora en vez de gritarme podrías quitarte el estrés conmigo.
Carlos- Ya te tengo ganas desde que dijimos que lo haríamos y no pasó nada.
Silvia- es que había muchas personas y no se querían ir, pero ahora estamos solos.
Carlos- ¿También estás estresada?
Silvia- muy, además es mejor el sexo a las drogas.
Carlos- (me enojo) ¿Te callas?
Silvia- cállame.
Dice provocándome, la beso con desesperación, la recuesto en el sillón y dejo aún lado el suero, abro sus piernas con mi rodilla y ella las flexiona para que me acomode entre ellas. Silvia me quita el cinturón y lo arroja al piso. Luego baja mi pantalón y el boxer al mismo tiempo. Sabe que no tenemos mucho tiempo así que lo haremos rápido. Ella lleva bata del hospital, así que la subo y hago a un lado su braga y la penetró.
Silvia- Ay por Dios.
Gime y la beso para callar sus gemidos. La embistió con fuerza y ella mete su mano debajo de mi camisa arañando mi espalda. Ella hace la cabeza hacia atrás y beso su cuello.
Silvia- ah Dios... Te amo Carlos.
Gime y succiono su cuello sin dejar marcas. Luego la vuelvo a besar y está vez ella muerde mi labio dejándolo hinchado. Pasan los minutos y las embestidas son rápidas y duras, ella mueve su pelvis haciendo notar que está llegando a su clímax. Callo su grito con un beso, su cuerpo se sacude con violencia y sus piernas tiemblan. Trata de recuperar su respiración, la veo sudar y como aún no termino sigo mis movimientos duros y ella parece tener otro orgasmo. Está vez estamos por acabar juntos, la penetró profundo y rudo hasta que ambos llegamos al éxtasis. En todos estos años Silvia había tenido orgasmos intensos pero ahora era diferente.
Intentamos recuperar nuestra respiración, la veo a los ojos y brillan hermosos, ella sonríe entonces muevo mi pelvis y ella parece estar tan sensible que mueve su cuerpo estremeciendose.
Silvia- Mmm... Ahora no te detengas.
Carlos- Lo siento amor.
Entonces me alejo de ella y me subo el pantalón. Ella se está acomodando su vestimenta pero la detengo.
Carlos- que se supone que haces.
Silvia- vestirme y ir a dormir.
Carlos- ¿Dormir? ¿Por qué?
Silvia- porque tengo sueño.
Carlos- no terminamos.
Silvia- pero, estoy satisfecha amor. Además tu estabas dormido tan lindo.
Carlos- pues me despertaste y ahora soportas.
Silvia- ay no... Ay no.
Entonces me arrodillo en el piso y aprovechando que está acostada, abro sus piernas y estoy listo para darle el mayor placer.

Pasan varios minutos, una hora o más y veo a Silvia muy agotada. Había evitado gritar y mordió mi manta para no gemir alto. Había tenido varios orgasmos y muy fuertes. Tenía hambre pero solo comió ese chocolate ya que era casi las 6 am y Guillermina aún estaba dormida. La llevo a la cama y ella ríe.
Carlos- ¿De que te ries?
Silvia- Que me encantó que estés aquí... Llévame a casa mi amor.
Carlos- mañana.
Silvia- ¿En serio?
Carlos- No.
Silvia- Carlos.
Carlos- está bien, el doctor dijo que tienes el alta entre mañana o pasado.
Silvia- que bien.
Carlos- nada más hay que evitar ciertas cosas.
Silvia- nada de drogas.
Carlos- Amor, en serio estoy hablando.
Silvia- lo sé... Pero entiendi lo que quisiste decir.
Carlos- ¿Tienes sueño?
Silvia- algo.
Carlos- duerme mientras te hago caricias.
Silvia- ya conozco esas caricias Carlos.
Carlos- ya sabes... Puedes decir no.
Ella sonríe y cierra sus ojos. Mientras le hago masajes que termina en placer, solo que antes de llegar l orgasmo me detengo y me alejo.
Silvia- (ríe) eres un cretino... Ya pienso hacer el amor contigo. Caes mal Carlos Ferro.
Luego de decir eso se pone de costado y se duerme.

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⏰ Última actualización: Nov 08 ⏰

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