Capítulo 24

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Luego de largas horas de acompañar a Mateo, el no soltaba la mano de Silvia. Fue duro el momento en el cementerio y Silvia no sabía cómo calmar al niño, solo lo abrazó y ambos se quedaron a solas para un último despido. Al regresar con la familia Carlos tenía que darle una noticia no agradable a el niño y a Silvia.
Silvia- ¿Que pasó amor?
Carlos- Jorge está muy mal y Mateo debe ir a despedirlo.
Mateo- Pero... ¿Por qué?... No quiero.
Silvia- ¿Estás seguro mi corazón?
Mateo- Vamos los tres.
Silvia- Ok. Será muy rápido, lo prometo.
Mateo- ok.
Franco y Diego llevan a Dylan, Emma y Raquel hasta el departamento mientras los otros tres van a el hospital.
Al llegar Mateo toma la mano de Silvia y de Carlos, lo cual lo sorprende. Al llegar a la habitación Jorge está despierto y ve llegar a Mateo con Carlos.
Mateo- No pienses que por estar así siento lástima por ti. Tú jamás me diste amor, jamás me abrazarte o te preocupaste por mi.
Silvia- Tu dejaste que el creyera que es mí hijo... ¿Y que crees? El es mí hijo, me diste algo hermoso entre toda esa maldad que eres... Tengo un hijo. Carlos y yo tenemos un hijo.
Carlos- Mateo merece un papá que lo ame, que juegue con el, que se alegre de sus logros... Mateo es un niño maravilloso y es mí hijo. No tuyo, es mí hijo.
Jorge- Me quitaste todo lo mío.
Carlos- ellos jamás fueron tuyos.
Mateo- Gracias por darme una madre como Silvia... Tu, Daniela no son nada mío, voy a ser todo para dejarlos en el pasado.
Mateo sale y Silvia va detrás de él mientras Carlos se queda con Jorge.
Carlos- Yo soy el padre de Mateo, el jamás va a decirte papá, a mí me lo dirá. Perdiste Jorge, Silvia jamás fue tuya.
Jorge quiere decir algo pero el oxígeno le falta y enseguida deja de respirar. Carlos sale de la habitación y Mateo lo abraza.
Mateo- Tu eres mí padre, no el... A él no lo conozco.
Carlos- Claro que soy tu padre. Ahora iremos a casa y jugaremos el partido de fútbol que dijimos.
Mateo- ¿Y me comprarás un helado?
Carlos- si. Y le compraremos un regalito para mamá.
Silvia- Aay ¿Que es?
Mateo- Sorpresa mami.
Silvia- Aash.
Cruza los brazos y se va directo a el auto pero antes de subir Mateo la abraza por detrás.
Silvia- ¿Que pasa corazón?
Mateo- Que soy muy feliz contigo. Con ambos.
Silvia- Eres mi bebé y nadie va a robarte de mi lado. Ni siquiera una niñita boba.
Mateo se separa un poco y niega con la cabeza. Silvia le da un beso en la frente y ambos suben al carro. Silvia estaba todo el camino pensando en que mató a Jorge. Cómo podía seguir como si nada, quizás cuidaba al niño por culpa. Carlos noto eso, pero no le preguntaría nada frente a el niño.
Mateo- ¿Ya podemos irnos a su casa?
Silvia- también es tu casa corazón.
Mateo- ¿Que hay de la policía?
Silvia- Hugo solucionó todo... Tu no te preocupes.
Carlos- ahora vamos en busca de tus hermanos y nos vamos.

El viaje fue largo, los niños estaban emocionados por mostrarle toda la casa a Mateo y ya hasta tenía su propia habitación. Lupe y los demás se habían encargado de todo. Silvia noto la mirada de Carlos y supo enseguida que el, al igual que ella estaban pensando lo mismo, es sexo.
Al llegar a la casa Mateo estaba tímido pero Raquel le tomó de la mano y enseguida Mateo sonrió. Emma y Dylan notaron las miradas cómplices de sus padres.
Emma- Ash que asco. Vayan a jugar que nosotros le mostramos toda la casa a Mateo... Menos la habitación de soltero de papá.
Silvia- no. No seria correcto.
Dylan- lo hicieron desde siempre con nosotros cerca... No se hagan.
Silvia- ¡Dylan!
Emma y Dylan se fueron riendo y entraron. Carlos tomo la mano de Silvia y la llevo detrás de la casa, había un lugar donde guardaban las herramientas y dentro de allí había un pequeño cuarto con paredes parecidas a la de la habitación de Carlos.
Silvia- ¿Y esto?
Carlos- Nuestro lugar secreto... Te iba a secuestrar y tenerte aquí, ya que no se oye nada.
Silvia- No sé si asustarme o asustarme.
Carlos- Sera nuestro nidito de lujuria.
Silvia- ¿Quieres jugar?
Carlos- si.
Silvia- pues yo no... Me dá miedo esto.
Silvia quiere salir pero Carlos la carga en su hombro y la hace entrar a esa pequeña habitación. Luego cierra con llave y se la guarda en el bolsillo.
Silvia- No Carlos... Sacame de aquí.
Carlos- No lo haré... Grita lo que quieras que nadie te escuchará.
Silvia- Me estás asustando... Amor, lo haremos en la noche.
Carlos- no. Eres mía, ya nadie va separarte de mí porque te quedarás aquí.
Silvia- ¿Que?
Carlos- Nadie sabra que estás aqui.
Silvia- ya deja de jugar.
Carlos- no es un juego.
Silvia- déjame ir.
Carlos- vete.
Silvia- ábreme.
Carlos- ¿Cómo?
Silvia- ábreme... Ábreme.
Carlos saca una navaja y se acerca a Silvia, le corta la blusa y el brasier dejándola desnuda. Luego le corta la falda y las bragas.
Silvia- ¿Que haces?
Carlos- aquí no se te permite vestirte.
Silvia-  Ya que no me abres, me abriré yo.
Silvia se sienta en la pequeña cama y abre las piernas para luego masturbarse, ella gime, pero luego Carlos toma sus manos y la amarra.
Carlos- nadie dijo que podías tocarte.
Silvia- Yo hago lo que quiera.
Silvia se mueve para desatarse pero Carlos rápidamente se desnuda y coloca las manos de ella sobre su cabeza. Luego le abre las piernas y la penetra sin previo aviso.
Silvia gime, y Carlos mientras la penetra atrapa su pezón con su boca y ella arquea la espalda. Carlos la embiste con fuerza y ella gime cada vez más ya que ahora él la besa. Los minutos pasan y cuando Carlos llega al clímax, se posiciona entre las piernas de Silvia para hacerla estallar del placer. Carlos sabe perfectamente como hacer que ella grite del placer y así lo hace hasta que Silvia se mueve mucho ya que no soporta los espasmos pero Carlos sigue torturando la hasta que ella logra cerrar las piernas y grita mientras la respiración se va normalizando.
Silvia- Eres un maldito enfermo.
Carlos- Tu eres bella.
Silvia- Eres un loco y me asustas. Guiña un ojo al menos. Me asusté.
Carlos- pensé que sabías... Tu dijiste "¿Quieres jugar?"... Por eso pensé que estábamos en la misma.
Silvia- Eres un idiota pero... Me gustó. No sé lo digas a nadie.
Carlos- ¿A Víctor?
Silvia- no. Van a decir que somos unos enfermos.
Carlos- y lo somos. Que más da.
Silvia- Yo te amo.
Carlos- yo te amo amor.

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