Capítulo 4

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Silvia.

Llamo a Carlos y el enseguida me responde. Escucho su respiración muy agitada.
Carlos- mi amor... ¿Dime dónde estás por favor?
Silvia- Cómo que dónde... Quedamos en ir a Acapulco por unos días, fui por ti pero estabas encerrado y no me abriste la puerta.
Carlos- ¿Acapulco?
Silvia- Si mi amor... Oye perdón por todo lo que te dije... Yo soy una estúpida.
Carlos- luego hablamos de eso... Pensé que me habías dejado.
Silvia- yo no te dejaría jamás... Te amo mi amor. El que me tendría que dejar eres tú por decirte de cosas.
Carlos- Claro que no te dejaré. Eres mía Silvia.
Silvia- y tú eres mío Carlos... Ya no te hagas el difícil y vente.
Carlos- ok... Ahorita voy.
Silvia- por tu ropa no te preocupes que ya tengo todo.
Carlos- genial. Nos vemos.
Dejo el teléfono y camino hasta llegar a los niños.
Dylan- ¿Que pasó?
Silvia- tu papá creyó que me fuí lejos.
Emma- Aaay tía... Se debe haber asustado.
Silvia- es que discutimos bien feo.
Raquel- ¿pero ya están bien? ¿Por qué discutieron?
Mientras Raquel dormía les conté a Emma y a Dylan lo que pasó con Carlos. Ellos me regañaron pero me aconsejaron que lo llamara hasta que me atienda, le dejé millones de mensajes y llamadas.
Silvia- estamos bien pero tenemos que hablar. Yo lo culpe por algo que se rompió y resulta que no fue el.
Raquel- entonces está noche duermo con Emma y Dylan mientras ustedes hablan. Quiero que se reconcilien.
Dylan- si mamá... Cuando llegue Carlos inmediatamente nos vamos a pasear con todos los de seguridad y solo aqui cerca. Así ustedes hablan.
Emma- para no llevarnos sorpresas, te llamo antes de entrar.
Silvia- ¡Emma!
Emma- ¿Que?... Tia ya estoy grande, se a que juegan.
Raquel- yo también quiero jugar.
Dylan- no se puede, tampoco podemos jugar emma y mucho menos yo. Solo mamá y papá.
Raquel- ¿Juego de viejitos?
Emma- exactamente.
Silvia- emma me las vas a pagar mi amor.
Emma- Como te extrañé tía.
Silvia- y yo a ti... Ya no te dejaré ir. Lo sabes ¿Cierto?
Emma- sé cómo estarás, pero lo entiendo y me encanta que me trates como una niña.
Silvia- siempre serás una niña para mí. Esos ojazos que tienes ¿De quienes son?
Emma- tuyos. Solo tuyos.
Silvia- Los amo mis niños.
Dylan- yo también te amo pero... Tengo hambre.
Silvia- Ok.
Les sirvo algo de comer, que compramos todo preparado y comemos mientras esperamos a que Carlos llegué. Él llega de noche, lo primero que hace es verme, ya que llevo vestido un poco arriba de las rodillas con estampas de flores y el cabello con ondas, sonrió mientras él también lo hace. Saluda a los niños, me doy cuenta que trajo a la novia de Dylan y ella amablemente me viene a saludar. Luego todos de van mientras Carlos se acerca a mi, bajo la mirada y el hace que lo mire colocando sus manos en mis mejillas.
Silvia- perdóname mi amor... No debí decirte eso, yo sé que te lastime pero no lo quería hacer... Yo sé perfecto cuánto te arriesgaste por mi y por Dylan... Perdón, ¿Me perdonas?
Miro a sus ojos, su mirada brilla, sonríe y se acerca a besar mis labios dulcemente. Se aleja un poco.
Carlos- Te amo, me dolió... Solo te pido que confíes en mí.
Silvia- perdón, no quiero perder a mis hijos.
Carlos- estás yendo muy lejos. Solo quería salir por helado, te prometo que no le suelto la mano, no le quitó la mirada de encima... Solo déjame estar con ella, también con Dylan.
Silvia- sé que estoy pasando de los límites pero tengo miedo... Yo voy a poner todo de mi y te juro que todo estará bien.
Carlos- te amo Silvia... Pensé que me habías dejado y te habías llevado a los niños lejos.
Silvia- fui a buscarte y no me abrías. Te llamé varias veces y no me contestabas... Deje una nota, el vuelo estaba por salir así que pensé que nos alcanzarias después... Quizás necesitabas estar solo.
Carlos- necesitaba estar solo si... Pero me quedé muy dormido y no escuché nada.
Silvia- ¿Tuviste temor?
Carlos- pánico...
Silvia- perdóname mi amor... Mírate estás todo sudado y preocupado por mi culpa.
Carlos- ¿me abrazas?
En sus ojos veo que tuvo, y aún tiene temor de perderme. Yo también lo tengo porque sí me pasé con todas esas palabras horribles.
Lo abrazo, beso su cuello y me aferro más a el mientras el susurra.
Carlos- No quiero perderte.
Silvia- yo tampoco quiero perderte a ti. Te amo mi amor.
Carlos- te amo mucho más.
Me alejo un poco y lo beso en sus hermosos labios. Los segundos pasan mientras me alejo y tomo su mano.
Silvia- vamos a dar un paseo.
Carlos- ¿Los niños?
Silvia- se van a quedar con toda esta seguridad.
Carlos- ok... ¿Dejas que me bañe?
Silvia- Ok... Pero rápido.
Carlos corre mientras sigue mi señal. Mientras el se baña voy a ver a los niños.
Dylan- ¿Y?
Emma- suelta el chisme.
Raquel- ¿van a jugar?
Esto último hace que suelte una carcajada. Me siento en la cama mientras asiento con la cabeza.
Silvia- hablamos y ya está todo bien. Ahora vamos a ir a pasear.
Emma- ajá... A pasear se llama ahora.
Silvia- cállate mi amor.
Emma- ok, ok.
Le doy un beso a cada uno de ellos llegando al final a la novia de Dylan.
Silvia- que preciosa eres. Disfruta mucho.
- gracias señora.
Dice tímidamente. Sonrió y me despido de un beso.
Silvia- duerman temprano niños... Ojo tú Dylan.
Dylan- mamá estamos todos.
Silvia- de todos modos. Adiós.
Camino a la salida, allí lo espero a Carlos mientras miro la luna hermosa en el cielo estrellado. De pronto Carlos me abraza desde atrás y besa mi cuello.
Silvia- mi amor... ¿Ya estás mejor?
Volteo a verlo y tiene una camisa que deja ver algo de su pecho, lo observo de pies a cabeza y se ve realmente guapísimo.
Silvia- Woow yo si que me saque la lotería... Tengo al esposo más hermoso del mundo.
Carlos- Aay tu porque me amas.
Silvia- No te hagas el pobrecito que no te sale. Eres guapísimo.
Carlos- tú eres guapísima... Eres preciosa.
Silvia- bueno, vámonos.

Paseamos por la playa luego vamos a caminar para buscar donde podemos beber algo. Al encontrar pedimos algo con alcohol.
Silvia- vamos a algún lugar a jugar.
Carlos- ¿Jugar?
Silvia- Emma le dijo eso a Raquel. Luego de que nos reconciliemos jugamos, nuestra hija piensa que jugamos a algo... Que lo siga pensando mientras crece.
Carlos- estoy de acuerdo. Entonces ¿jugamos?
Silvia- si. Terminemos esto y vámonos, debemos volver a ver a los niños luego.
Terminamos la bebida y caminamos a un hotel cercano. Nos registramos y subimos a nuestra habitación. Al entrar dejo mi bolso en el sillón y sin más beso a Carlos con intensidad.
Silvia- no hay que perder tiempo mi amor.
Carlos me carga haciendo que mis piernas rodeen su cintura mientras caminamos hasta que mi espalda toca la fría pared. Sus manos acarician mis piernas mientras sube más y más mi vestido llegando hasta mi ropa interior. Luego muevo mi cadera en círculos sintiendo la respiración agitada de Carlos quien no deja de besarme. El camina hasta la habitación y me recuesta en la cama mientras besa mi cuello bajando a mis hombros y senos.
Nos quitamos nuestra ropa quedando desnudos mientras nos entregamos a ese amor que fue creciendo cada vez más, que crece más y más. La pasión que hay entre ambos no se acaba y eso es lo que hace que nuestro matrimonio funcione. Ambos nos deseamos como si fuera la primera vez, cada vez que hacemos el amor es como aquella primera vez dónde disfrutamos cada segundo de nuestras caricias.
Hacemos el amor dejando gemidos de placer en toda la habitación que enseguida se hace caliente, nuestros cuerpos sudan, nuestra respiración se acelera hasta que ambos llegamos al éxtasis.
El se recuesta en mi pecho mientras recuperamos nuestra respiración, luego besa mis labios y se separa para después cargarme en sus brazos y llevarme al baño. Nos bañamos juntos con besos de por medio.
Silvia- Nos vestimos y nos vamos... Ya es muy tarde.
Carlos- si mi amor.
Silvia- ¿Me perdonas?
Carlos- ya te perdone mi amor.
Silvia- es que siento muy feo aquí en mi corazón.
Carlos- te amo y eso no va a cambiar. Te amo.
Silvia- yo te amo más a ti.
Carlos- eres todo mi mundo. Eres todo lo que necesito para vivir.
Silvia- te amo esposo mio. Guapísimo.
Guiño un ojo y sonrió mientras me acerco a besar sus labios.

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