Capítulo 31

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Silvia.

Carlos- ¿Nos bañamos?
Silvia- luego, mejor vamos a desayunar que los niños nos esperan.
Carlos- ok.
Nos vestimos y caminamos abrazados hasta llegar a el comedor.
Pili- ¿Les sirvo?
Silvia- Si Pili, Hola ¿No?
Pili- (ríe) Buen día Señores.
Silvia- (sonrío) Buen día Pili ¿Cómo estás?
Pili- muy bien. Lupe me dijo que no vendrá hoy, luego hablo con usted.
Silvia- está bien.
Emma- No te preocupes que mamá prepara el almuerzo.
Raquel- Todo quemado y asqueroso.
Emma- horrible.
Carlos ríe y Mateo nos mira sin entender. Suelto a Carlos y cruzo los brazos haciendo gesto serio.
Silvia- ¿Tu de que te ríes?
Carlos- nada. Perdón.
Mateo- ¿Que pasa?
Emma- mamá no cocina... Bueno, digamos que la cocina la odia.
Mateo- ¿En serio?
Raquel- pero hace unas galletas riquísimas.
Emma- eso si.
Pili llega con el desayuno y empiezo a comer sin esperar a nadie.
Carlos- La reina empieza sin esperar.
Silvia- por algo soy la reina ¿No?
Carlos- Entonces la reina dirá ¿Podemos comer?
Silvia- no.
Los cuatro hacen el mismo gesto, fruncen las cejas, yo río.
Silvia- ahora sí.
Ellos comen mientras Emma habla con Raquel y veo a Mateo muy callado.
Pili- ¿Entonces almorzaran aquí?
Carlos- Mateo, Raquel y yo no.
Silvia- Solo vamos a almorzar Emma y yo.
Pili- está bien.
Ella se va y bebo el jugo de durazno. De pronto observo a Mateo y recuerdo a Jorge, recuerdo que él mato a mi bebé y me siento triste. Ver algunos gestos que hace Mateo me recuerda tanto a Jorge, esto está siendo difícil pero se que él niño no tiene la culpa. Mateo es diferente, el es inocente y un ser humano amoroso. Veo las frutas y evito mirarlo hasta que me calme.

El no es Jorge y jamás lo será. Es mi hijo, es mi hijo... Lo amo.

Me repito en la mente y de repente me siento mareada pero abrazo a Carlos y el me da de comer en la boca, sabe que me siento mal.
Emma- mami se puso mimosa.
Silvia- Déjame bebé... Yo quiero estar con tu papá.
Raquel- lo quiere solo para ella.
Emma- nos lo quiere robar.
Silvia- el es mío.
Emma- Que feo eso.
Raquel- Mami, tu y papi son tan lindos. Me encanta que se den amor todo el día.
Emma- Eso mismo, se dan todo el día.
Silvia- Bebé cállate.
Emma- ok. Ok.
Mateo- Raquel tiene razón, ustedes son lindos, me encanta ver lo enamorados que están. Ojalá hubiera encontrado a mamá antes.
Silvia- Ay mi amor.
Carlos- Veras que todo va a estar bien, ya no habrá más sufrimiento.
Mateo- No quiero volver a la escuela.
Emma- ¿Por qué?
Mateo- Me van a preguntar muchas cosas que no se responderlas.
Carlos- habla con nosotros, te vamos a ayudar.
Mateo- Yo no quiero hablar de Jorge, el es un delincuente. Si alguien lo sabe voy a pasar malos momentos.
Silvia- Mira bebé... Jorge no va a arruinarte la vida, ya no más.
Emma- Lo bueno de lo malo es que ese señor te tenía abandonado. ¿Eso que quede decir?
Mateo- Que.
Emma- que nadie sabe que el es... Bueno ya sabes.
Mateo- bueno, tienes razón.
Silvia- además la única verdad aquí es que me buscaste todos estos años y yo no sabía de ti.
Raquel- hay que decir algo... Algo parecido a la historia de Emma.
Emma- eso, escucha... Mamá me tuvo pero a ella le dijeron que yo nací sin vida y entonces ella no sabía de mi... Luego de años supo que yo estaba viva y pude encontrarme con ella. A mi me tenía una señora llamada Jimena que me trataba muy mal, yo creí que era mi mamá, ella me secuestró por años.
Mateo- ¿Eso es verdad?
Silvia- si bebé.
Mateo- lo siento mucho Emma.
Emma- todo bien precioso. Ya estoy con mamá y eso es lo más importante.
Mateo- Entonces a mamá le dijeron que nací muerto y Jorge me robó. Yo descubrí quien era mi madre y no sabía cómo buscarla.
Sostengo la mano de Carlos con fuerza y evito llorar. No puedo hacerle esto a un niño, está muy confundido y no es justo. Carlos me da de comer pero no quiero pero me obliga.
Mateo- Pero si hay otro problema.
Silvia- ¿Cuál chiquito?
Digo mientras me duele tanto la cabeza.
Mateo- No me parezco a nadie de ustedes.  Mirá ustedes son rubios.
Silvia- esto es tintura mi amor.
Mateo- no es cierto.
Silvia- además no soy rubia.
Mateo- bueno, tienes el cabello casi rubio.
Silvia- en realidad nací con el cabello castaño.
Carlos- yo lo tengo negro.
Silvia- si, es cierto. Ahora con canas.
Carlos- no dijiste eso.
Los niños ríen y Carlos me besa en la mejilla.
Mateo- ¿Hay fotos?
Silvia- si, la buscaré.
Mateo- ¿Y mis ojos?
Silvia- de hecho mí papá tenía los ojos oscuros, y mamá de color café... ¿Y yo cómo nací con ojos verdes? Pues, quién sabe.
Mateo- ¿Tus abuelos?
Silvia- no sé.
Emma- es cierto, El abuelo Luis tiene los ojos negros.
Silvia- Si, hasta ahora lo pienso. Jamás vi una foto de mis abuelos.
Carlos- pero es que... ¿Y Matías?
Emma- ¿Que tiene que ver el?
Silvia- ¿Que tiene que ver?
Carlos- es que el... Pues.
Silvia- ya hablamos de eso Carlos. No me hagas enojar.
Carlos- tienes razón. No lo diré más.
Silvia- de todos modos el tiene los ojos como Mateo. Es cierto.
Mateo- ¿Matias?
Silvia- ay mi amor... Es difícil para mi hablar de eso. Pero es algo parecido a la historia de ustedes.
Mateo- ah, entiendo... Entonces mis abuelos tienen ojos marrones.
Silvia- Si. ¿Y tu familia Carlos?
Carlos- mamá tenía los ojos cafés, la que tenía ojos claros era mi tía, luego mis primos nacieron con ojos marrones. Y bueno el desgraciado de mi papá, tenía ojos negros.
Mateo- ok.
Raquel- ojalá yo hubiese nacido con mis ojos como los tuyos. Sería más bonita, amor ese color.
Mateo- ¿En serio?
Raquel- Si, osea tener los ojos verdes no me hace bonita, eso lo sé. Pero, me habría encantado tener los ojos marrones, así miel.
Sonrío al escuchar eso, se que lo hace para que Mateo no se sienta fuera de la familia. Estoy tan orgullosa de mis hijos.
Mateo- ¿Que hay de la piel?
Emma- hay por favor.
Me levanto, camino hasta llegar a Mateo y lo tomo de la mano. El se levanta y me acerco a verlo a los ojos.
Silvia- mi amor, No te sientas diferente a nosotros porque no lo eres. Eres de esta familia, Yo soy tu mamá.
Mateo- pero no podemos negar lo que se ve.
Silvia- yo solo veo al hijo más hermoso del mundo. Mi hijo.
Mateo- mami... ¿Te molesta si te pido algo más?
Silvia- no, dime.
Mateo- Quiero que mi padre sea Carlos, si es que el quiere.
Silvia- (suspiro) Yo creo que el que tiene que responder eso es el.
Carlos se acerca a mi y me toma de la cintura.
Carlos- yo estoy encantado de ser tu papá, yo estoy orgulloso de tener un hijo como tu.
Silvia- Jamás olvides que tu papá y yo te amamos con todo nuestro corazón.
Mateo baja la mirada y Emma con Raquel estiran los brazo, yo hago lo mismo y Carlos también.
Silvia- pon tu brazo.
Mateo lo hace y nos mira a todos. Luego piensa sin decir nada.
Silvia- ¿Que observas bebé?
Mateo- Bueno, ustedes son muy blancas... Pero papá tiene la piel como yo.
Silvia- exactamente, no hay diferencias entre nosotros.
Emma- Precioso, nosotras somos como mamá y créeme que no quieres serlo.
Silvia- ¿Por qué?
Emma- hay mamá, no puedo olvidarme de ponerme el bloqueador, imagínate que me olvido y hay Sol, me pondré tan roja como un tomate y luego mi piel se hace como costras y duele... No puedo broncearme, yo quiero estar bronceada divina y no puedo.
Silvia- eso es cierto, es todo un caso.
Raquel- y lo que me espera por Dios.
Eso hace que todos riamos, Carlos se acerca a Mateo.
Carlos- No importa lo físico, lo importante es el amor que tenemos para darte, todos te amamos y queremos que seas feliz. Nada va a ser que te dejemos de amar. ¿Lo entiendes?
Mateo- claro que si papi.
Carlos- eso es todo campeón.
Carlos se va a desayunar junto a las niñas y volteo a tratar de evitar que mis lágrimas caigan. Siento los brazos de Mateo sobre mi cintura y poso mis manos sobre ellas.
Mateo- Perdón.
Silvia- No tengo nada que perdonar bebé.
Mateo- yo sé que esto es difícil para ti, Es decir... No puedo evitar lo que es real.
Silvia- ¿A qué te refieres?
Digo volteandome, el me suelta y me mira fijamente a los ojos.
Mateo- Soy parecido a Jorge... Y te lo recuerdo y sufres por mi culpa.
Mateo llora y se aleja de mi corriendo hasta su habitación. Lloro porque es cierto pero no es su culpa, pero todo es difícil.
Carlos- yo voy con él.
Carlos va con calma hasta la habitación de Mateo, el le abre cuando sabe de quién se trata.
Emma- Es difícil para ambos. Tienes que hablar con Fiore mami.
Silvia- lo haré.
Raquel- Yo por mi parte no haré diferencia jamás, trataré a Mateo como lo que es, mi hermano.
Silvia- gracias mi amor.
Emma- yo haré lo mismo y Dylan también.
Silvia- gracias... Voy a mí habitación.
Camino a mi habitación y cierro con llave.
Silvia- Jorge porque le hiciste tanto daño a tu hijo, era tu hijo, como pudiste permitir que viviera en una mentira... Eres de lo peor, no sabes cuánto te odio, te odio tanto, ojalá estés en el infierno.
Lloro más y me recuesto en la cama llorando.
Silvia- No es justo que aún muerto nos hagas sufrir, el no tiene la culpa de nada pero me recuerda a ti y odio eso. Te odio, te odio... Yo amo a ese niño, sus ojitos al verme por primera vez eran tan bonitos, me abrazo con tanto amor, el es mi hijo, no es nada tuyo. Es mío. Solo mío. Yo lo amo y se olvidará de ti como yo también, ya no más Jorge, pudrete en el infierno.

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