Capítulo 38

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Silvia.

Llegamos a casa, por fin. Todavía estoy pensando en si podré comer. Tardamos varias horas en conseguir todo para Mateo, también compramos cosas para los demás, incluida Judith. Paso algo especial con ella y me hizo saber lo sensible y buena persona que es, ya lo sabía pero estoy más que segura que amaría que esté para siempre con mi hijo.

Horas antes.
Encontré a Judith muy pérdida en sus pensamientos con una libreta amarilla con mariposas.
Silvia- ¿Estás bien chiquita?
Judith- No puedo creer que sea igual.
Dice mostrándome la libreta, me lo da y yo la observo mucho mejor, veo que sus hojas son de color amarilla, como si se tratara de hojas viejas.
Silvia- está preciosa... (Huelo) Mmm, ¿Tiene perfume?
Judith- es la libreta perfecta.
Silvia- si lo es... Te la voy a comprar y no es una pregunta.
Judith- ¿En serio?
Silvia- Si, además esos ojitos llenos de ilusión me encantan.
Judith- ¿Sabes algo?
Silvia- Que chiquita.
Judith- desde que tengo diez años le pedía a mamá que me compre una así, le prometía no pedirle nada más inclusive para mí cumpleaños.
Silvia- ¿Te lo compró?
Judith- no, tenía el dinero pero no quiso comprarmelo.
Silvia- ¿Por qué?
Judith- porque yo lo quería para escribir, mis pensamientos... Osea tipo diario pero, más como un libro. ¿Se entiende?
Silvia- entiendo...
Judith- ella no quería que escriba... Quería que piense en ser doctora, abogada... Pero yo quería ser escritora.
Silvia- eso es hermoso... Escribir es un arte maravilloso.
Judith- mi mamá no piensa eso... Yo intenté comprarmelo, con dinero que junté pero ella no me dejaba. Luego lo olvidé.
Silvia- Te regalo esa libreta para que desarrolles tu arte y ojalá tengas muchos éxitos. Quiero ser parte del proceso para llegar a demostrar tu talento.
Judith- No soy buena.
Silvia- no estoy de acuerdo... Inténtalo y luego, si quieres me lo muestras... Yo estoy segura que me encantará.
Judith- ¿Tu confías en mi?
Silvia- confío en ti, en tu talento y confío en que le pondrás mucha dedicación.
Judith- muchas gracias, es el mejor regalo que me dieron en la vida... Te adoro.
Silvia- me encanta verte feliz, no solo te comprare eso, quiero comprarte otras cosas... ¿No quieres escribir en una laptop?
Judith- es que... Quiero empezar en papel, pero tengo borradores en la laptop.
Silvia- Entonces déjame invertir en ti.
Judith- cuando termine de escribir, serás la primera en leer... Te lo regalaré a ti.
Silvia- pero no, es tuyo.
Judith- yo te tendré una copia.
Silvia- ok. Pero sin presiones.
Judith- Gracias, eres la mejor. Muchas gracias.
Nos abrazamos por unos minutos donde siento la mirada de Dylan.

Carlos entra a la habitación, me ve sentada, mi pierna no para de moverse totalmente nerviosa. El se sienta a mi lado y posa su mano en mi rodilla haciendo que el movimiento se detenga. Levanto la mirada y veo sus ojos curiosos.
Silvia- no puedo Carlos... No quiero.
Carlos- ¿Puedes intentarlo?
Silvia- no lo voy a soportar, estoy segura.
Carlos- me preocupa que te sientas mal después... No vas a tener fuerzas.
Silvia- Lo sé, pero no puedo hacerlo... Es horrible la situación, solo me pone triste.
Carlos- ¿No sé te antoja nada? ¿Un chocolate?
Silvia- Ahora no, creo que solo quiero... ¿Me consigues un amante?
Carlos- (serio) Ash, te dejo sola.
Carlos se levanta y lo tomo del brazo para regresarlo.
Silvia- no, era broma.
Carlos- ja ja ja... Que chistoso.
Silvia- Ya Carlos... Te amo y pues no se me antoja nada.
Carlos- iremos al médico ¿Verdad?
Silvia- si, pero no me dejaras ni un minuto ¿Cierto?
Carlos- claro que no.
Silvia- ¿Vamos a estar juntos a pesar de todo?
Carlos frunce las cejas y me hace poner de pie. Posa sus manos en mis mejillas y besa mis labios rápidamente.
Carlos- no tengas miedo, yo voy a estar contigo siempre... Si no te pudiste deshacer de mi antes, mucho menos ahora.
Silvia- me encanta escuchar eso, porque yo sin ti no puedo seguir.
Carlos- No hables así, porque si llega a pasarte algo o llegas a dejarme... Jamás te lo perdonaré.
Silvia- ¿Es una amenaza?
Carlos- es una advertencia.
Silvia- Mi villano guapo.
Carlos- Mi reina.
Silvia- bueno, voy a descansar tantito. En lo que tu vas a comer.
Carlos- Ok, pero traeré algo para ti.
Silvia- no... Mi amor.
Carlos- ¿Segura?
Silvia- Emm... Depende.
Carlos- fruta.
Silvia- manzana.
Carlos- Ok... Te amo.
Silvia- yo te amo a ti.
Carlos se va dejándome sola en la habitación, sin poder evitarlo recuerdo a papá, en esa última llamada y todas las cosas hermosas que me dijo. Luego recuerdo su muerte, me imagino lo que vivió en ese momento, no entiendo porque recuerdo eso ahora. Recibo una llamada y contesto sin mirar.
Silvia- hola.
Matías- Hola hija.
Silvia- ¿Cómo estás?
Matías- bien, quería decirte que por fin puedo darte mi apellido, solo tienes que firmar, ya está todo listo.
Silvia- ¿Por qué no me preguntaste antes?
Matías- porque te lo daré de todos modos.
Silvia- no, yo tengo el apellido de mi papá y lo llevo con orgullo.
Matías- El te robó... El no es más que...
Silvia- Cállate... Jamás me cambiaré de apellido.
Matías- ya hablamos Silvia. Eres mi hija y tienes que entenderlo.
Silvia- Yo jamás voy a olvidar a mi papá, porque no lo entiendes... Puedo amarte a ti también pero no me pidas que olvidé a mi papá porque no puedo y no quiero.
Matías- Eso que me ofreces no es suficiente, yo pasé años buscándote como para que me digas eso.
Silvia- no cuente conmigo, yo te quiero... Adiós.
Digo con calma, luego dejo el teléfono y las lágrimas salen pero me obligó a estar bien. Entra Mateo y me abraza sin decir nada.
Silvia- estoy bien amor... ¿Ya comiste?
Mateo- Si. Pero... Tengo que decirte algo.
Silvia- dime bebé.
Mateo- te amo, eres la mejor mamá del mundo.
Silvia- yo te amo a ti bebé... Eres todo para mi, me haces muy feliz.
Mateo- Mami... Tienes que tener cuidado.
Silvia- de que hablas.
Mateo se queda callado, tomo sus manos y hago que hable. Al decirme lo que supo, me deja preocupada. Al parecer Sonia hizo de las suyas antes de salir. Tengo que hablar con Carlos.
Carlos llega y tomo mi bolso para salir hasta el hospital pero el me detiene.
Carlos- come.
Silvia- amor, vamos... Me siento un poco mal.
Carlos- Vamos.
Dice preocupado. Entonces llega Emma y me abraza como intuyendo algo que no logro describir.
Emma- no me dejes.
Silvia- amor, voy a volver.
Emma- yo te amo.
Silvia- yo te amo a ti bebé. Te amo mi amor... Es más, vamos.
Emma- ¿En serio?
Silvia- si, no pienso dejarte.
Emma- pero... La cita con Carlos.
Silvia- El entiende, además quiero tenerte conmigo bebé.
Carlos- Vamos Emma, hay que apurarnos.
Emma- ok, solo voy por mi bolsa y ya.
Ella corre y Carlos me lleva agarrada de la cintura.

Luego de una hora, de exámenes, me encuentro a la espera de los resultados. Emma me toma de la mano y está algo inquieta.
Silvia- ¿Que tienes?
Emma- quiero hacer pis.
Silvia- vamos.
Emma- no, yo puedo soportar.
Silvia- no mi amor. Vamos, no quiero que te hagas en el pantalón.
Emma- ya no soy una niña.
Silvia- bebé... Vamos. ¿Por qué no quieres?
Emma- Tengo miedo.
Silvia- Amor, ¿Nos acompañas al baño?
Emma- pero mami, el es un hombre.
Silvia- el no va a verte... Solo estará afuera por si algo pasa.
Emma- ok. Ya no soporto.
Silvia- vamos.
Emma y yo vamos tomadas de la mano, Carlos va detrás y volteo a verlo.
Silvia- llama a uno de seguridad y dile que compre un jugo.
Carlos- está bien.
Vamos al baño y todo va bien. Luego volvemos a la sala de espera y nos llaman porque el médico ya tiene los resultados. Mientras entramos quiero beber el jugo pero mi mano tiembla mucho, y el doctor lo nota a pesar de estar leyendo. El doctor llama a una enfermera.
Doctor- enfermera lleve a la señora para checar sus signos vitales.
Le entrega un papel y antes de irme veo al doctor.
Silvia- ¿Pasa algo malo?
Doctor- Hay algo raro, va a quedarse en observación para hacerle más estudios.
Silvia- Que tengo... ¿Estoy embarazada? ¿Es de riesgo?
Doctor- No está embarazada, eso queda descartado completamente.
Respiro aliviada, pero me preocupa esa palabra "raro"... ¿Era algo grave?
Emma- Mami, ve con la enfermera. Recuerda que no comiste nada y a lo mejor es por eso que estás así.
Silvia- tienes razón. Nos vemos.
Carlos- ¿Entonces la van a llevar a una habitación?
Doctor- Si... Antes quisiera hablar con usted.
Carlos- claro... Emma ve con mamá.
Emma- si.
Emma toma mi mano y nos vamos con la enfermera.

Mateo- Esa señora, quiere hacerte daño. No recibas nada que te den en la calle, no compres comida hecha en la calle... No bebas nada si no sabes que tiene.

Trato de recordar si compré algo en la calle, lo pienso y llego a esos momentos donde en la empresa me traen cafe. Un café nuevo, delicioso y adictivo. No sé realmente de dónde lo compran, solo llega por encargo. Ese café me había gustado tanto, que bebia vários al día.

Tiene que ser eso.

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