𝟏𝟔.-𝐋𝐎 𝐐𝐔𝐄 𝐍𝐎 𝐌𝐄 𝐃𝐈𝐂𝐄𝐒

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Holis amistades, aquí traigo un capítulo nuevo en vista de que me dio bajón emocional pero me generó inspiración así que la balanza está equilibrada y yo solo puedo decir "Naoya ponte fecha".

Espero se encuentren bien y sigan demostrando su apoyo a mi pequeña historia. Gracias por mucho, perdón por tan poco; les mando muchos abrazos 💜✨.

-Kelly.

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Después de haber estado casi dos días durmiendo en el hospital para no separarme de mis amigos decidí acercarme a ese lugar que creí era mi casa y por fin hablar con Naoya; estar aquí y pensando muchos las cosas me hacían ver que tenía muchas opciones del "que haré" y lo estaba postergando tantísimo que me tenía tan estresada y yo solo quería saber que iba a pasar con todo esto.

El entrenador Yaga estaba de visita junto a su esposa e hijo y me dijeron que podía irme a descansar sin problema alguno ya que ellos estarían atentos y que me llamarían de ser necesario; así que sin esperar mucho me fui.

Al llegar al complejo de departamentos y entrar al lobby, el portero el señor Hee se acercó a saludarme muy feliz; realmente es verdad eso de que dicen que los recuerdos son personas, no siempre son lugares y yo lo confirmo con todas esas personas que se preocupan por mi. Ni bien ingresé con la clave de acceso al lobby, este se paró de un salto y corrió a abrir la puerta, su sonrisa decía tanto, mi corazón se encogió en respuesta.

-¡Señorita T/N!, no sabe cuánto me alegra verla; mi esposa y yo estábamos muy preocupados por su paradero. Un día había bajado a entregarme de la deliciosa comida que prepara para compartir con mi esposa al terminar mi turno, después tengo mi día libre y al próximo día no está y no sabemos de usted por muchos días; tanto así que me atreví a preguntar al señor Zen'in por usted un día que lo vi de regreso pero ya sabe cómo es así que mejor me guardo mis comentarios."

Al señor Hee lo conocí desde hace unos 4 años, el anterior portero tuvo que irse y entro el señor Hee en reemplazo. Al principio no teníamos ninguna relación pero con el tiempo fuimos haciendo amistad y no fue hasta hace unos 2 años que tuve acercamiento con él y su esposa; los señores Hee son tan amables y sinceros que rápidamente mi corazón de pollo pudo empatizar con ellos. La pareja es un matrimonio ya mayor, y no es fácil que las personas de su edad concuerden bien con la juventud de ahora, así que interceder por él cuando un grupo de vecinos intento hacer que lo despidieran solo por el hecho de no saber mucho de tecnología; así fue que comencé a hacer lazos con él y tiempo después con su esposa.

Un día me encontraron llorando en el centro de reciclaje, le lloraba a un marco de fotos que Naoya había roto por "accidente" y había tirado la evidencia sin decirme nada; el muy listo lo reemplazo por uno nuevo de plata pero eso no era el problema, el marco roto era de cerámica que había hecho yo y fue el primer intento decente que hice después de haber entrado al curso, ese marco tenía una foto de boda de mi padre y de mi mamá Kana y dicho marco era muy especial para mí; un día de limpieza me di cuenta pues un pedazo estaba debajo de su escritorio. Baje corriendo al centro de reciclaje y ahí estaba, mi pequeño marquito de fotos hecho con mucho amor y empeño para algo tan especial y el simplemente lo boto sin habérmelo dicho. La señora Hee me consoló y lo que yo no veía como solución ella trato de hacerme entrar en razón y calmarme pues estaba entrando en crisis... Yo no lloraba solo por el marquito de fotos, lloraba porque ya comenzaba a sospechar de los deslices de Naoya. La buena pareja de señores mayores me trataron como una hija y desde ahí no me dejaron sola. Solía salir a tomar café a la puesta del sol con el señor Hee, después de que llegaba su relevo de la noche y él tenía que irse, le entregaba comida para que compartieran él y su esposa.
La señora Hee en cambio me enseñaba a tejer y yo en recompensa le vendía las prendas a mis amigos y le daba el dinero como "pago" de clases ya que no me dejaba pagarle directamente.

-"Perdón por preocuparlos señor Hee, sucedieron cosas y así se dieron los acontecimientos... Me gustaría quedarme a platicar, pero realmente estoy exhausta, si me disculpa, más tarde bajo para ponernos al día"

-"No se preocupe señorita, vaya a descansar; todos sus paquetes y correspondencia están en el recibidor de su casa, las cosas que mi señora le mando ahí están también. Descanse bien, se le nota cansada -me despidió apretando mi mano-"

Al llegar y querer poner la contraseña de la puerta simplemente no me daba acceso, así que volví a bajar y le comenté al señor Hee, este me dijo que Nao había pedido cambio de cerradura y que solo el estaría encargado del acceso, le comenté que había olvidado la llave y sin problemas me dio el repuesto en lo que yo conseguía la mía.

¿Era así como comenzaría esa mujer a quitarme lo que una vez creí era mío?, mis preguntas tuvieron respuestas cuando al entrar casi caigo a causa de que el recibidor estaba atestado de paquetería y bolsas, todas y cada una de ellas eran de cosas para bebés. Por segunda ocasión la realidad me golpeó de forma caótica, mentiría si digo que ya no me dolia tanto como hace un mes, si lo hacía, pero ahora también todo tenía un color rojizo y mi tiro al blanco solo tenía cara de Naoya Zen'in.

Llame a su número personal, lo sabía de memoria pues mucho tiempo atrás este número era preciado para mí, ahora solo me generaba repulsion y desagrado. Si ese Zen'in quería quitarme del camino sin problemas, que mal lo iba a tener.
No espere mucho, al segundo tono cogieron la llamada y su voz me desestabilizo un poco... Por un momento olvide que estaba llamando a Naoya, mi corazón anhelaba que en su lugar fuera Ryomen.

-"Creí que apenas regresaras me llamarías, pero haz podido aguantar 3 días, eso es nuevo"

-"Regrese porque tenía cosas importantes que atender en una dirección muy diferente a esta y con personas de verdad importantes para mí así que no se que te sorprende... Cariño ¿puedes venir a cenar mañana?, creo que tú y yo debemos de hablar."

-"PERO TU QUIE..."

-"okay cariño, te estare esperando... No hagas corajes, dicen que no ayudas a la madre en su lactancia-y colgué-".

Lo que hice después fue dar un recorrido por ese departamento, sentía mucha nostalgia al ver todo; me sorprendió ver cosas fuera de su lugar, pero a quien quiero engañar, esto ya no pintaba para nada mío. Mis fotos ya no estaban en las repisas, tampoco mis libros, unas de mis veladoras aromáticas caseras estaba destrozada a un lado del estand de la tv, había unos zapatos de tacón que para nada eran míos a un lado del sillón. No me sorprendió ver algo de mis cosas en mi bodega apiladas, en lo más recóndito de mi sabía que así sería, pero nunca negaré que me dolia verlo con mis propios ojos.

Pase tanto tiempo deambulando por todo el lugar y por las cosas que no me di cuenta que habían pasado más de 4 horas, lo que me saco de mis pensamientos fue el timbre en la puerta, me acerque a ella y lo que mis ojos veían superaba con creces mi realidad.

No pude contenerme mucho, me arroje a él y cuando sentí sus brazos rodearme pude bajar mis barreras. Se que digo que ya no quería llorar pero aún tenía lágrimas que derramar y dolor que externar, el valor que junte para llamar a Nao y contestarle como lo hice se esfumó y mi valentía se escondió; yo solo quería aferrarme a este hombre que tenía delante y que solo con verlo me decía tantas cosas y era la calma para mí corazón desbocado.

-"¿Quien ha hecho llorar a mi bello ángel de cabellos de fuego?, acabo de ganar una pelea justamente ayer por la noche y no me molestaría usar de saco a ese animal... Ya estoy aquí nena, yo te cuido."

-"Ryo..."

𝐃𝐀𝐘𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓- 𝐒𝐔𝐊𝐔𝐍𝐀 𝐗 𝐋𝐄𝐂𝐓𝐎𝐑𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora