𝟏𝟏.-𝐒𝐄𝐀𝐒𝐎𝐍𝐒

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Holis amistades, después de según yo disculparme por tardar en actualizar aquí regreso otra vez con tardanza pero con capítulo.
Espero lo disfruten y puedan votar.
                                        —K.

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Luego de esa comida con Satoru donde pude conocer al hijo mayor de los Itadoris, Ryomen, seguimos charlando y así pude enterarme que él era el peleador que la empresa Gojo tenía en su catálogo y el cual tenía una pelea estelar este viernes; le dijo a Satoru que el día después de la pelea el patriarca Itadori combocaba una barbacoa en su casa y debíamos asistir a lo cual estuvimos dispuestos.

He de decir que el joven Itadori era realmente apuesto y sobre todo bastante ligero para poder hablar de cualquier tema; lo que me sorprendió más fue que era una caja de muñerias pues por lo que pudimos hablar me enteré que sabía hacer de todo, no temia al trabajo; un joven alto, peculiar cabello pelirosa, ojos casi verdes, piel ligeramente bronceada, musculoso sin parecer exagerado, y unas manos muy grandes eran lo que hacían ver a Ryomen Itadori bastante atractivo y si eso no fuera suficiente, pude ver qué era de esas personas que tenían diferentes tipos de sonrisas y eso era lindo a la vista.

Esa tarde en el restaurante, después de comer (pues nos habían pasado a mesa después de la espera en la barra), volvimos a pasar al bar y Satoru como siempre que no sabe estar callado, dejo a la vista que estaba mirando demasiado a Ryomen, a lo cual me avergonce pero no desmenti, no tenía que hacerlo pues era verdad.

-"Si sigues mirando mucho a Ryomen mi corazón dejara de latir, ¿sabías?... Disimula un poco, pícara"

Ryomen atino a darse la vuelta y fingir acomodar cosas en la barra de atrás, pero sus orejas rojas le delataban, yo por mi parte, con varias mimosas ya en mi sistema y siendo una parlanchina estando ebria, deje la timidez en el saco que me había quitado hace más de 2 horas.

-"Tú no podrías morir por eso Satoru, el simple hecho de que la gente deje de mirarte no lo soportarias.
Y la belleza debería de ser apreciada siempre, no hay nada de malo en ello...-termine mi trago de un solo sorbo y me acerque a Satoru a susurrarle- el efecto se irá de mi y no quiero hacer una escena."

Lo entendió a la perfección y después de haber peleado con Ryomen sobre pagar mi cuenta (pues él insistía en que lo mío iba por la casa) al final mi bocota hablo de más y termine invitándolo a salir sin ser ese el contexto real de la situación.

-"Por favor Ryomen no lo hagas difícil para tu amigo el dueño, cobra mis tragos también; podemos salir otro día y te juro por el meñique que tú pagarás por lo mi..."-no termine la frase cuando un grito por su parte nos sorprendió.

-"¡¡ACEPTO!!...-bajo la voz de nuevo, apenado-claro que sí acepto salir contigo ángel con cabellos de fuego..."

Me quedé sin habla, lo poco que pude reaccionar fue tomar el saco del respaldo de la silla donde estaba sentada, dar un asentimiento de cabeza y salir casi corriendo del lugar; sentía que iba a estallar, me sentía acalorada, vete tú a saber si era por los tragos que tenía encima, por el clima caluroso del verano de Australia o si en última instancia era por toda la situación con Ryomen... Las únicas veces que me sentí alagada de esa forma fue cuando volví a ver a Satoru en esa cena hace años y hoy. ¿Porque me estaba comportando así y porque me sentía mal por ello?.
Cuando Satoru me alcanzó no estaba conciente de que estaba delante del auto, temblando y apretando mi pecho de forma lastimera. Él me saco del trance y he de decir que no le gusto mi reacción.

-"Hey musa...-poso su mano en mi hombro y yo al escuchar su voz, me aleje de él por instinto y lo mire asustada, retiro su mano y su cara cambio por completo- T/N soy Satoru, no te haré daño... ¿Puedes oírme?"

Lo peor de estar teniendo un ataque de ansiedad es haber hecho preocupar a la persona que estaba haciendo lo posible por sacarme adelante aun cuando eso es lo último que yo quiero.

-"Toru quiero irme, necesito irme, quiero aire fresco..."

-"Claro que sí, musa... ¿Puedo tocarte?, necesito que me des tus manos y me mires... -le tendi mis manos, seguía temblando- eso es, imita mi respiración, estás segura, yo te cuido."

Comencé a calmarme poco a poco, me concentre en él y en lo que decía, yo no merezco a tan buena persona, no merece él todo esté drama.

-"Per... Perdona, mis manos están sudadas... Perdón..."

-"No se porque te disculpas, no te estoy culpando de nada, solo soy un maldito raro ayudando a alguien que quiero... ¿Nos vamos?-asenti.

Eran cerca de las 02:00 am, estábamos acostados en la cama de la habitación que tenía en su departamento y estábamos de lado, frente a frente, nadie decía nada, solo nos mirábamos. Cada uno metido en sus pensamientos, cada uno luchando para tener buenas palabras que decir, como siempre, el hablo primero.

-"Que es eso que te tiene sintiéndote tan culpable?, lo estábamos pasando tan bien..."

-"No trataba de coquetear con Ryomen, nunca fue esa mi intención... ¿Di a parecer lo contrario?... Estoy tan jodida que aún con mi situación siento que le estoy siendo infiel a Naoya y eso me tiene sintiendo que me meten un hierro caliente por la garganta... Soy tan patetica..."

-"¿Eso tratabas de hacer, coquetear?-negue con la cabeza- entonces no veo porque sentirte culpable, a la mierda si parecía coqueteo o no, a la mierda si Ryomen piensa que si, mientras seas sincera contigo y con lo que sientas, todo lo demás se puede ir a la mierda. No puedes controlar lo que los demás piensan o crean, pero puedes serte sincera y fiel a ti...
No tengo mucha experiencia amorosa, no podría aconsejarte mucho sobre ello; pero creo que sé cuándo te digo que tú sentir es válido... Lo amas, años de amor no se van en unos días, y aún así a pesar de todo eso, es lo único que tienes..."

-"¿El que?"

-"Tú amor"

-"Hablas como si estuvieras muy enamorado de alguien"

-"Enamorado no, me rompiste el corazón hace años, pero te amo que es diferente..."

Me quedé sin habla por segunda vez y en un acto reflejo, me senté en la cama; Satoru atino a reírse y yo aún desconcertada por esa revelación tan a la ligera, fui guiada a volverme a acostar. Así lo hice.

-"No se porque te sorprende, soy muy obvio... O tú eres muy despistada, el punto es que no necesitas tomarlo como algo de que preocuparte. Estuve enamorado de ti cuando tenía 17, por algo me quería casar contigo... Cuando fue tu boda supe que debía seguir adelante, y mi enamoramiento paso a simple estima.
Años después ese enamoramiento y mi estima cambiaron a un amor platónico, un amor fraterno y viendo a lo que eso me ha llevado me hace no querer cambiar nada... No es masoquismo ni mucho menos morbo, me es difícil de explicarlo que lo mejor que puedo hacer es demostrartelo... Mereces mucho más de lo que crees y quiero tener el privilegio de estar a tu lado como confidente y verte ser plena y feliz."

Lágrimas silenciosas me escurrían por la cara y solo podía agradecer al universo por tener a alguien como Satoru a mi lado. Había decidido comenzar a ser egoísta con cosas que quería, ya que probablemente no serlo fue mi problema con la vida que estoy dejando. Sin duda la persona que tuviera el privilegio de estar a su lado para siempre se sacaría la lotería.

Termine abrazándolo y él solo acariciaba mi cabello dándome consuelo, no se quejaba por mi llanto, no se quejaba porque estuviera llenándolo de mocos o lágrimas. Esa noche seguimos hablando de muchas cosas más, siendo sinceros el uno con el otro y sobre todo creando un vínculo inexplicable, uno que atesorare toda la vida.

𝐃𝐀𝐘𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓- 𝐒𝐔𝐊𝐔𝐍𝐀 𝐗 𝐋𝐄𝐂𝐓𝐎𝐑𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora