𝐃𝐀𝐘𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓- 𝐒𝐔𝐊𝐔𝐍𝐀 𝐗 𝐋𝐄𝐂𝐓𝐎𝐑𝐀

𝟐𝟑.-𝐁𝐄𝐆𝐈𝐍 𝐀𝐆𝐀𝐈𝐍

Ay amistades, se siente bien aparecer por aquí. Pido perdón por la demora *hace suplica con las manos* se que siempre lo digo pero mi trabajo es muy demandante, de verdad lo es; suelo llegar a dormir (mis roomies lo pueden validar) o de tanto que usó el computador trabajando evito tener en uso mi celular en casa. Bueno en fin, ya extrañaba pasar por aquí. Este nuevo capítulo es de mis favoritos que he escrito de la historia y también el más largo, espero les guste tanto como a mi.

@Tss_positive este capitulo es dedicado para ti, al ser una nueva lectora me motivó mucho ver tu interacción y ese último comentario simple pero significativo, mi corazoncito de escritora amateur no pudo de la felicidad. Gracias por seguir mi historia, espero sea de tu agrado seguir leyendo.

Y también muchas gracias a todos los que votan y apoyan la historia, de verdad no creí llegar a tener tantas vistas; casi 6K es un sueño para la Kelly del año pasado que subió esta historia para tal vez desahogarse o tal vez plasmar en letras sus ideas jejeje, besitos.

-Kelly. 

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Me miró en el espejo y después de mucho tiempo me gusta lo que veo. Tengo el cabello corto de nuevo, esta vez lo he dejado de mi tono natural y mi ojos ahora tienen un brillo lindo, no tengo que fingir sonrisas y está temporada del año me gusta mucho... A veces me llegan pensamientos fugaces de como a Naoya no le gustaban ciertas cosas de mi persona y los comentarios disfrazados con cariño que me hacía; como el que nunca le gusto el color rojo en mi, pero en cambio Ryomen se vuelve loco al verme de ese color, ruega por que lo use y me despoja de el en cuestión de segundos cuando estamos solos. Sentirme amada y deseada por él, como nunca me había sentido, me hacía sentir como una diosa. Y contrario a lo que se podría llegar a pensar, no me afectan estos pensamientos porque no estoy comparándolos; estoy reemplazando memorias tristes y pintándolas de dorado, y está bien.

Es temprano por la mañana y el otoño está llegando a la ciudad, el mismo que hace los días nublados y algo lluviosos pero que es un placer descubrir que por las tardes las puestas de sol son naranjas y rosas; terminé de arreglarme temprano ya que debía pasar por los panecillos que le pedíamos a Tsumiki y su familia y los cuales llevábamos a la editorial.

Había pasado ya un año desde que la editorial hizo su inauguración; siendo un edificio remodelado pero no por eso inservible, nos demostraba que a veces estaba bien dar segundas oportunidades a las cosas. Y estando yo a cargo -bajo la tutela de mi padre aún, obviamente- no habían pasado muchas incidencias hasta el momento.

Vamos que sí qué las fechas de entrega se habían atrasado un poco en alguna ocasión, o que las portadas no estaban a tiempo o que se fueron inversionistas al ver qué la editorial no era -ni les remuneraba- lo que Naoya les prometió, etc.

Pero a pesar de eso nada era el fin del mundo. Yo siendo una persona perfeccionista trataba de dar todo de mi y dar el ejemplo al equipo maravilloso -aunque algo pequeño todavía- que tenía; y de la mano de mi vicepresidente estrella, todos éramos el dream team y, aunque nuestro catálogo solo contaba con 4 escritores, tratábamos de dar lo mejor para esas 4 personas que seguían confiando en nosotros.

Realmente me sentía bastante orgullosa diciendo que nos iba muy bien.

Tenía una regla en la oficina respecto a cómo sería el código de vestimenta. Nunca me gustaron los uniformes o los trajes formales así que nuestra vestimenta era "formal pero cómoda"; cada oficina contaba con un vestidor pequeño en donde podríamos tener ropa de respaldo en caso de que tuviéramos juntas de último momento o hacer actividades oficiales o de plano solo para salvar accidentes con comida, en definitiva me gustaba estar anticipada y eso los chicos lo entendían bastante bien.