37 "27 de Octubre de 2023"

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Emma

Me quedo tranquila sintiendo como Esther se va quedando profundamente dormida, su cuerpo se relaja. No tengo sueño, lo único que hago es escuchar la respiración lenta y profunda de ella, se remueve un poco entre mis brazos, aflojo mi agarre, permitiendo que se mueva libremente.

Se gira, quedando frente a mí, y como una niña pequeña, busca mi regazo para acurrucarse, su rostro lo lleva a la curvatura de mi cuello, entrelaza nuestras piernas y me abraza por la cintura, suspira quedándose completamente quieta.

Le doy varios besos en la cabeza, acaricio su espalda, acomodo un poco su cabello y al moverlo, como siempre, desprende su aroma dulce, aflorado, ese que desde siempre me ha tenido loca, no tengo otra palabra para describir la manera que me hace sentir.

Cuando Esther comenzó a gustarme, yo apenas tenía trece años, no sabía que era ese sentimiento, no sabía el porque me sonrojaba cada que ella me daba un beso, me acariciaba o incluso me estrujaba en un fuerte abrazo, me apapachaba. Por supuesto que nunca me queje, porque simplemente me encantaba estar así con ella.

-Flashback-

Estamos sentadas en el sofá de la sala de su abuelita, comiendo palomitas y mirando una película. Al no fijarme en el balde al meter mi mano, rocé con mis dedos la mano de Esther, sentí una descarga al sentir su piel con la mía.

Intenté disimular tomando una palomita llevándolo a mi boca, mastiqué, pero sentía una sed creciente, que me tomé de casi un trago el agua. Dejé el vaso sobre la mesita de centro y al acomodarme nuevamente, sentí la mirada de Esther sobre mí, como si me analizara profundamente.

Con su mirada siento que ve hasta mi conciencia, intento no pensar en lo hermosa que es, el cómo me gusta sus labios con el tono rosita y el cosquilleo que me provoca cada vez que me da un beso en la mejilla.

Luego está su aroma, huele a flores, demasiado rico, me gusta cuando me abraza y mi nariz queda en su cuello o cabello, es demasiado para mi corazón tan joven tener esos abrazos afectuosos por parte de ella.

¿Qué tienes peque? acaricia mi mejilla y agarra un rizo de mi cabello, jugueteando con este, en lo que me mira con esa profundidad.

Trago saliva con dificultad, muevo mi cabeza negando, na... na... nada hago el esfuerzo por contestarle, pero los nervios me ganan.

Una sonrisa se dibuja en sus labios, agarra las palomitas y las deja en la mesita, ya no hay nada que nos separe, por lo que ella se aproxima más a mí, me abraza por el cuello y me deja un beso en la mejilla, se separa y me mira, escudriñando mi rostro.

Siempre te sonrojas se ríe y acaricia su nariz en mi mejilla.

A este punto, siento mis manos sudando, mis mejillas están ardiendo, un cosquilleo en mi estómago, sigo sin explicarme está reacción cuando ella es demasiado cariñosa conmigo.

Nunca he mirado que sea así con alguien más, siempre es así conmigo, aparte me cuida y protege demasiado, cuando me mira en algún problema, corre a auxiliarme.

Recarga su cabeza sobre mi hombro, toma mi mano con las suyas y se pone a juguetear con mis dedos, mi corazón se siente como si fuera a salir de mi pecho, intento controlarme, pero es que siento el olor de su cabello y eso no me ayuda para nada.

¿Quieres ir al parque por unos helados? se incorpora de repente, quedo pasmada y tardo en contestarle. Anda, di que sí, le pediré permiso a mi abuelita acaricia mi nariz con su dedo.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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