Cap 28

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Gina leyó el mensaje de James con una sonrisa que iluminó su rostro. Estaba contenta de que James hubiera disfrutado la comida que le había enviado.

*Me alegra mucho que te haya gustado, cariño. Quería asegurarme de que tuvieras una cena deliciosa después de un día largo y estresante. Te amo*

Con un suspiro de satisfacción, Gina envió el mensaje..

Gina dejó su teléfono a un lado después de enviar el mensaje a James. Cerró los ojos y se dejó llevar por la sensación reconfortante de saber que James había disfrutado la comida que le había enviado.

El día había sido agotador y lleno de altibajos emocionales.
Con un suspiro , Gina se acomodó en la cama, permitiendo que la fatiga acumulada por el día la envolviera poco a poco. El suave zumbido de la luz de la mesita de noche la acunaba, y pronto se sumergió en un sueño profundo y reparador.

Ambos siguieron con su rutina habitual , sin embargo cada día se extrañaban más.

Pero una noche Gina regresaba de su trabajo deseando llegar a su casa a descansar, mientras caminaba  por la calle  de su casa. Con un suspiro de alivio, llegó a la puerta de su departamento y sacó las llaves del bolso. Sin embargo, al acercarse, notó algo inusual: las luces estaban encendidas, lo que indicaba que alguien estaba dentro.

Con el ceño fruncido por la confusión, Gina abrió la puerta lentamente, preparada para encontrarse con James. Pero en lugar de eso, se encontró con Matteo, sentado en el sofá sin ninguna expresión.

El corazón de Gina dio un vuelco ante la presencia de Matteo. Últimamente había sentido una profunda desconfianza hacia él, y verlo en su departamento solo aumentaba su incomodidad.

– Qué haces aquí? Después de todo lo que hiciste, confíe en ti otra vez y una vez más me traicionaste.

No quería afrontar más sus sentimientos por ella y trató de ignorarlos.

–No dirás nada?

–Eres la única persona con la que soporto estar más de cinco minutos. Claro que estoy aquí por ti.

No sabía qué decir, sabía que no debería haber ido  pero tampoco podía negar lo que sentía por ella. Él miró hacia otro lado, incapaz y poco dispuesto a mirarla, ella podía ver a través de él y él lo odiaba. Pero después de un momento él volvió a mirarla y sus ojos se encontraron.

–No Matteo, yo ahora tengo novio.

Su rostro se volvió frío una vez más, sus labios se curvaron en una mueca. Odiaba oír hablar de James, no podía soportar la idea de que ella estuviera con otra persona. Tenía que derribar los celos que se acumulaban en su interior, no iba a dejar que ella se fuera así. Ahora habló en voz baja, intentando sonar convincente. Su novio era sólo una distracción, no se podía comparar con él.

–Por favor olvida todo lo que pasó entre nosotros. Eso ya no existe al menos para mi.

Matteo rió con dureza, un sonido cruel y amargo. No podía olvidar lo que tenían, no podía borrar todo lo que habían experimentado sólo porque ella ahora tenía a alguien más. No quería dejarla ir, no quería aceptar que ella amaba a otra persona. No quería sentirse así, pero no era algo que pudiera evitar. Él habló suavemente otra vez, sus ojos ardiendo en los de ella.

– Matteo es mejor que te vayas

Sus palabras fueron contundentes y duras, odiaba ser así. Cada segundo sentía como si se estuviera desgarrando por dentro. Sólo quería que todos esos sentimientos desaparecieran, pero sabía que no podía obligarlos a hacerlo. Habló de nuevo, esta vez lentamente para que ella no perdiera su significado

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