Cap 43

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James se despertó temprano por la mañana y se acercó con cuidado a Gina, quien aún dormía plácidamente. Con ternura, depositó suaves besos en su frente, en sus mejillas y finalmente en sus labios. Gina comenzó a despertar lentamente, sonriendo al sentir los dulces gestos de amor de James. Sus ojos se encontraron y compartieron una mirada llena de cariño.

–Buenos días, mi amor—susurró James con su voz suave y cálida.

–Buenos días, cariño—respondió Gina, su voz llena de ternura.

Gina , decidió revisar su teléfono. Al encender la pantalla, vio varias llamadas perdidas y mensajes de Ali y su padre.

Primero, abrió los mensajes de Ali

Ali: ¿Dónde estás? No te veo en la fiesta.
Ali:Gina, estoy preocupada. Llámame cuando puedas
Ali:Gina, por favor, dime que estás bien. Nadie sabe dónde estás.

Con un nudo en el estómago, abrió los mensajes de su padre

Padre:Gina, ¿dónde te metiste? No puedo encontrarte.
Padre:Me estoy preocupando, hija. Llámame en cuanto veas esto.
Padre:Gina, ¿estás bien? Ali tampoco sabe nada de ti.

—Tenemos que llamar a Ali y a mi padre. Están muy preocupados porque nos fuimos de la fiesta sin avisar —explicó Gina.

James asintió, despertándose por completo. Se levantó de la cama y tomó su teléfono para llamar a Ali mientras Gina llamaba a su padre.

—Hola, Ali —dijo James al otro lado de la línea—. Sí, estamos bien. Nos fuimos temprano porque Gina no se sentía bien. Lo siento por no avisar.

Mientras tanto, Gina escuchaba el tono de llamada de su padre. Finalmente, él respondió.

—¡Gina! Gracias a Dios que contestaste. Estaba muy preocupado.

—Lo siento, papá —dijo ella, su voz temblando un poco—. Me sentí mal y decidimos irnos temprano. No quise preocuparte.

—Lo importante es que estés bien —dijo su padre con ternura—. Pero por favor, la próxima vez avísame. Todos estábamos muy preocupados.

—Lo haré, papá. —respondió Gina.

Después de asegurarse de que Ali y su padre estaban tranquilos, Gina se volvió hacia James, que ya había terminado su llamada.

—Tenemos que ser más cuidadosos la próxima vez —dijo James, acariciándole el cabello

Gina asintió, apoyando su cabeza en el pecho de James

–Cariño, por la tarde iré al médico. ¿Quieres acompañarme?

–Claro que te acompañaré

Más tarde...

Gina se encontraba sentada en la sala de espera de la clínica, con James a su lado sosteniéndole la mano. Era el día de su chequeo médico, y aunque sentía nervios, también estaba emocionada por saber más sobre su bebé.

Finalmente, la enfermera llamó su nombre, y ambos se levantaron para seguirla hasta el consultorio del doctor. Al entrar, el doctor, un hombre amable de mediana edad, los saludó con una sonrisa.

–Hola, Gina, James. ¿Cómo se sienten hoy? —preguntó, mientras los invitaba a sentarse.

–Un poco nerviosos, pero bien —respondió Gina con una sonrisa tímida.

–Eso es normal. Vamos a hacer una revisión para ver cómo va todo —dijo el doctor, mientras se preparába .

Después de unos minutos de examinar a Gina y revisar sus signos vitales, el doctor sonrió y miró los resultados de la ecografía.

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