Cap 21

30 1 0
                                    

Finalmente llegó.
Gina decidió dirigirse a la pintoresca costa de Amalfi en Italia. El sol brillaba sobre las aguas cristalinas del mar  mientras ella exploraba los estrechos callejones llenos de encanto y color. La atmósfera serena del lugar le ofrecieron un refugio para sanar y descubrir nuevas facetas de sí misma.

Desde pequeña le encantaba Italia.

Luego de unas horas Gina, con su mirada perdida en el horizonte del mar, decidió tomar un paseo en un tradicional bote de remos italiano. Mientras avanzaba lentamente por las aguas cristalinas, el sonido suave de las olas y las coloridas casas que adornaban la costa creaban un momento de tranquilidad.
En su paseo por la costa de Amalfi, Gina descubrió una pequeña tienda de arte local. Fascinada por la creatividad, decidió entrar y explorar las obras de artistas italianos. Mientras admiraba las pinturas vibrantes y esculturas únicas, conoció a una talentosa artista local que le contó historias sobre la inspiración detrás de cada obra. Gina, sintiéndose inspirada, decidió comprar una pieza que capturó su corazón.

Después de su pequeño paseo, decidió dirigirse a su destino inicial.

Gina se embarcó hacia la bulliciosa ciudad de Milán, donde se encontraba la otra sucursal de la empresa. Enfrentándose a un entorno laboral diferente, lleno de desafíos y oportunidades, estaba lista para demostrar su valor en un lugar tan dinámico como la capital de la moda. Con cada paso, Gina estaba decidida a dejar atrás las sombras del pasado y construir un futuro lleno de éxito.

Había sido un día bastante agotador, así que decidió quedarse dormida por el momento en su cuarto de hotel. Ya que al día siguiente tendría que buscar algún apartamento y presentase por primera vez en la empresa.

Gina, al llegar a la sucursal italiana de la empresa, se sorprendió gratamente al encontrarse con Alessia, una vieja amiga de la universidad. Ambas compartieron abrazos emocionados y risas, recordando viejas anécdotas. Mientras daban un recorrido por la oficinas.

–Me alegro verte, luces tan linda

–Muchas gracias Alessia , paso mucho tiempo desde la última vez que estuvimos juntas.

–Te gustaría más tarde ir por un café?

– Es una gran idea, gracias. Te veo en una hora.

Ambas chicas se despidieron , Gina se dirigió a su oficina que era bastante acogedora, además de linda , cada detalle resonaba con la historia, y la belleza de los alrededores la dejaba maravillada.

Marco, el joven y amable compañero de trabajo, sonrió al ver a Gina mirar a su alrededor con una expresión de asombro en su nueva oficina.

– Es hermosa verdad? , exclamó Marco, entusiasmado.
–Déjame ayudarte a organizar tus cosas.

Gina agradeció con una sonrisa y comenzaron a clasificar documentos y a personalizar el espacio. Entre risas y charlas ligeras, crearon un ambiente acogedor que reflejaba la personalidad de Gina.

–Creo que este lugar ahora tiene tu toque personal –, comentó Marco, admirando el pequeño cuadro que Gina había comprado.

–Muchas gracias , Marco verdad?

– Así es , mucho gusto Gina

Ambos estrecharon sus manos, con una ligera sonrisa de agradecimiento por parte de Gina.

Después de algunas horas, la oficina quedó lista. Y se dirigió a dicha cafetería donde se encontraría con Alessia.

Gina y Alessia, sentadas en la acogedora cafetería, compartían risas y recuerdos. Alessia, con una chispa de curiosidad, mencionó
–Recuerdo cuando solías hablar de Matteo con tanta emoción. Parecía que podrían llegar a ser una gran pareja.

Una Simple Casualidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora