Cap 44

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Pasaron tres meses, Gina estaba en el último mes de su esperado embarazo, el cual ya se notaba bastante.

James estába más que feliz pues al fin tendría lo que alguna vez deseo.

La habitación estaba pintada en un tono suave de gris, una elección neutra que irradiaba calma y serenidad. Grandes ventanales dejaban entrar la luz natural, iluminando el espacio de manera cálida y acogedora. Gina y James querían que el cuarto fuera un refugio tranquilo y apacible para su pequeño.

—Creo que aquí podemos poner la cuna —dijo Gina, señalando una esquina cercana a la ventana—. Así, durante el día, tendrá mucha luz natural.

James asintió, sonriendo mientras cargaba la cuna que habían comprado juntos.

—Buena idea. Y la mecedora puede ir junto a la cuna, para que puedas sentarte y mecer al bebé si se despierta durante la noche.

Trabajaron juntos, ensamblando los muebles y colocando cada pieza con cuidado. La cuna era de madera clara, con detalles simples pero elegantes. La mecedora, también de madera, tenía cojines suaves y cómodos en tonos neutros.

—¿Recuerdas cuando compramos esta mecedora? —preguntó Gina mientras colocaba los cojines en su lugar—. Fue uno de los primeros muebles que elegimos.

—Claro que sí. Fue en esa pequeña tienda en dónde buscábamos un regalo para Ali. Y terminamos comprando toda el área de bebés. —respondió James mientras reía, ajustando la cuna para que quedara perfectamente nivelada.

Después de colocar los muebles, se centraron en los detalles. James colgó una serie de estanterías flotantes en la pared, mientras Gina organizaba los libros y los juguetes de peluche que habían recibido como regalos por parte de Steve y Ali.

—Mira este —dijo Gina, levantando un pequeño oso de peluche—. Es tan suave.
Se parece a ti.

James sonrió, tomando el oso y colocándolo en la cuna.

—Entonces es perfecto.—dijo mirándola con un brillo inexplicable.

En una de las paredes, ambos pintaron un mural del mar, junto con algunos animalitos. Los colores suaves y los diseños bonitos creaban una atmósfera mágica.

—El mural es mi parte favorita —dijo Gina, admirando su trabajo— Me recuerda a la vez en el que me convertí en tu novia.

James se acercó y la abrazó por detrás, sus manos descansando suavemente en el vientre de Gina.

—Eso pronto terminará. Porque te haré mi esposa. Y llenaremos está de pequeños Buchanans

Gina soltó una pequeña risa y se dio la vuelta para mirarlo, sus ojos brillando de felicidad.

—Me encanta la idea y me encanta más que sea contigo.

—Y así será. —respondió James, inclinándose para besarla en los labios.

Con la habitación finalmente lista, James estaba en aquella mecedora mientras tenía a Gina sobre sus piernas, acariciando la pancita que ya no era para nada pequeña.

—Ya casi estamos listos para conocerte, ¿pequeño o pequeña? —dijo Gina suavemente, acariciando su vientre.

James sonrió, acariciando el vientre de Gina junto con ella.

—Ya casi estamos listos.

Gina se recostó en los brazos de James, cerrando los ojos y disfrutando del momento.

—Me encanta sentirte así, tan tranquila y segura— dijo James, besando su cabello.

Gina sonrió, abriendo los ojos y mirándolo.

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