Cap 33

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James sentía que su mundo se desvanecía en sus manos.

Sintió que le arrancaban el corazón del pecho, cuando Gina se despidió de él. Pero el hizo todo lo posible para que se quedará con él.

No estaba listo para enfrentar un mundo sin el amor de su vida.

Tenia la esperanza de que ella se recuperaría y estarían bien, vivirían bien junto a su bebé.

Después de que se llevarán a Gina, el se acercó al auto de Matteo y pudo notar el bolso de Gina, lo tomó al igual qué su celular que estaba en el suelo.

No tuvo tiempo para preguntarse por qué estaban juntos y no podía pensar mal de Gina pues confíaba plenamente en ella.

Se dirigió a su auto y se dirigió hasta el hospital.

Siguió conduciendo hacia el hospital, con la mente llena de pensamientos sobre todo lo que estaba sucediendo. No dejaba de rezar para sí mismo, pidiendo que ella y su hijo estuvieran bien y que salieran adelante. El miedo seguía aumentando a medida que se acercaba más y más al hospital; comenzó a ponerse muy nervioso y ansioso porque necesitaba respuestas en ese momento. Su único pensamiento era que ella estaría bien cuando llegara allí, pero no sabía qué tan realista era eso. En ese momento, su corazón latía con fuerza mientras estacionaba el auto en el estacionamiento.

Tomo el volante con fuerza y recargo su cabeza en el. Finalmente dejo salir todo el llanto que contuvo sintiendose  devastado.

Estaba completamente solo.

Se bajó del auto intentando mantener un poco de calma y se apresuró hacia la entrada, con los ojos fijos en las puertas del hospital, ansioso por entrar y averiguar qué estaba sucediendo. Sentía que el tiempo pasaba tan lentamente y cada segundo que transcurría le parecía una eternidad; estaba desesperado por saber qué estaba pasando. Su mente estaba llena de temores y pensamientos negativos, pero tenía que mantenerse fuerte y esperar que ella saliera adelante. Todo su mundo dependía de eso.

Al entrar vió a varios doctores corriendo a una sola habitación, se acercó y dirigió su mirada a aquella chica recostada en la camilla, era Gina.

James veía como un médico inclinado sobre ella realizaba compresiones en el pecho con fuerza y ritmo, mientras otro administraba medicamentos intravenosos.

Una enfermera se acercó a él y le dijo que no podía estar ahí, así que lo llevo a la sala de espera.

Los minutos se hacían eternos....

El doctor salió de la sala de emergencias con una expresión seria en el rostro. Se acercó a James, quien estaba esperando afuera.

– Señor, logramos estabilizar a Gina y al bebé. Sus signos vitales están mejorando, lo cual es un buen indicio – anunció el médico, tratando de transmitir un poco de esperanza en medio de la preocupación.

James exhaló un suspiro de alivio al escuchar las palabras del médico, pero su corazón seguía latiendo con fuerza por la incertidumbre del momento.

– Sin embargo, debido al impacto en la cabeza que sufrió, las próximas horas serán críticas. Estamos haciendo todo lo posible por mantenerla estable, pero necesitamos monitorearla de cerca y realizar más pruebas para evaluar la gravedad de su lesión cerebral – explicó el médico con franqueza.

James solo asistió

–En un par de horas podrá pasar a verla, es una chica bastante aferrada a la vida.

–Lo es

James buscaba su teléfono dentro de la chamarra que portaba, mientras lo buscaba su mano tocó la pequeña caja de terciopelo que tenía guardada .

Una Simple Casualidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora