☞ ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ ғɪᴠᴇᴛᴇᴇɴ ☜

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— Hola.

JiMin volteó a mirar hacia la puerta, JungKook estaba entrando con un café para dárselo en vista de verlo tan decaído. Estaba así porque se encontraban en el hospital, el doctor había dicho que YajaTzael estaría bien a pesar de que costó un poco abrirle nuevamente las fosas nasales, es por eso que decidió dejarlo un tiempo en Observación mientras los medicamentos contra la alergia hacían efecto.

Sabía que iba a estar bien, pero no podía evitar sentirse preocupado y asustado de verlo en un cama de hospital. Ni siquiera caer de un edificio de cincuenta pisos lo dejó en el hospital, tampoco ser saco de balas andante, mas la alergia era uno de los puntos más débiles en el cuerpo de YajaTzael y lo era porque le quitaba la respiración. Quisiera o no, el cuerpo humano necesitaba oxígeno para estar bien.

— Toma.

— Gracias.

Sin siquiera molestarse en ver a JungKook aceptó el café porque en serio lo necesitaba ahora que había quedado solo, pues Zael había salido para hablar con el doctor. El caso es que él estaba sentado y pegado a la camilla para estar lo más cerca posible de YajaTzael y así cuidarlo.

— Hyung, sé que no es el mejor momento, pero yo quería saber si podíamos hablar.

— ¿Hablar de qué? Tú dejaste las cosas claras la otra vez, entonces no tenemos nada de qué hablar — Murmuró — Tal parece que el único que me acepta como soy es YoonGi y mi papá, el resto solo sabe echarme en cara mis defectos.

JungKook suspiró, en silencio agarró la silla que estaba a la par del sillón y la arrastró suavemente hasta dejarla a su lado. Se sentó entre un nuevo suspiro y tomó el valor de verlo, aunque él tuviera la mirada en YajaTzael solamente, porque sólo ese hombre merecía su atención en ese momento.

— Lo siento.

— Bien. Yo no.

— Lo sé, también sé que jamás pedirías perdón y está bien. Entiendo que me excedí y hablé de más, me dejé llevar por el enojo y por ello rompí nuestra promesa — Refutó el menor — Te eché la culpa a ti cuando sé que TaeHyung-Hyung también la tiene, es solo que... no lo sé, no creí que todo se saldría de control.

— Bien.

JiMin estaba ignorándolo por completo, porque no quería verlo, tampoco hablar con él, al menos no en ese momento en donde no tenía cabeza para nada más que en el bienestar de YajaTzael. Incluso sabiendo que las cosas estaban mal, agarró con suavidad la mano de JiMin y callado le dejó un beso en el dorso.

— ¿Puedes perdonarme...? Necesito que me perdones, necesito estar contigo para estar bien — Sinceró — Eres como mi hermano mayor... solo tú hiciste que sintiera lo que perdí cuando él falleció.

El mayor lo volteó a ver, le sorprendió esa confesión porque jamás había pensado que había logrado hacerle sentir lo que su difunto hermano mayor le hacía sentir. Se sentía protegido, amado, único, justo como su hermano lo hizo sentir en sus años de vida. Cuando perdió a su hermano, creyó que todo se perdería en el abismo, que ya nada valía la pena, pero entonces JiMin apareció y fue como si estuviera viendo a su hermano, como si él estuviera presente, protegiéndolo y amándolo por medio de celos.

Había perdido el sentido de la vida cuando su ejemplo a seguir murió y ahora se sentía igual por haber alejado a JiMin con sus palabras. Bajó la mirada hacia sus manos porque tenía ganas de llorar ante los recuerdos de su discusión con ese enano, es que no había medido sus palabras.

— Tu hermano se está quemando en el infierno.

Soltó una risa por el comentario de JiMin, era algo que él ya sabía y se imaginaba, así que no le sorprendía para nada. JiMin, por otro lado, le estrelló la mejilla en la mano y le gruñó antes de abrazarlo, buscar cómo envolverlo entre sus brazos aunque parecía ser imposible, ya que él era más alto y musculoso para que un enano pudiera abrazarlo por completo.

ᴍɪɴ's sᴇᴄʀᴇᴄᴛ  ☞ ʏᴀᴢᴀᴇʟ/ʏᴏᴏɴᴍɪɴ [ ʟɪʙʀᴏ ᴅᴏs ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora