— ¡¿Qué haces aquí?!
YajaTzael entró en pánico cuando, al salir de la cocina para esperar a Zael una vez terminó de hacer la cena, lo que se encontró fue a Dael junto a su sonrisa bonita y estúpida que tan mal le caía, porque ese gesto significaba peligro en toda la extensión de la palabra. Ese gatito dulce no tardaba en hacer acto de presencia y si no sacaba a ese tipo de su casa, todo sería un completo caos en el que tendría que presentárselo a Zael y mentir en el proceso, cosa que no quería.
— Bueno, creí que necesitarías ayuda con algo.
— ¿No tienes nada que hacer en el cielo? No lo sé, ¿enviarle pescado a los pobres o multiplicarles el pan? — Cuestionó — Ya de perdida, ir y hacer otro hijo, pero esta vez hazlo menos obediente. Gracias.
— ¿Por qué tan nervioso?
— ¿Por qué tan entrometido? No te recuerdo así, ¿eh? Yo te recuerdo siendo un Dios amargueta, agrio y feo — Alegó — Ah, y por supuesto, yo siendo mil veces más guapo que tú, pero ése no es el punto.
— ¿Puedes calmarte?
— ¿De qué hablas? ¡Estoy calmado!
Porque había cosas que nunca iban a pasar de moda, él se jaló las greñas como con histeria y se mostró tan agitado que cualquiera podría fácilmente pensar que había corrido un maratón, pero era más bien que estaba nervioso por la cena con Zael y estaba irritado por la presencia de ese tipo a quien todavía le generaba violencia tener cerca. Además, medio mundo sabía que los nervios en él lo ponían más agresivo de lo normal y Dael no iba a querer estar cerca si llegaba a explotar.
— Luzbel.
— ¿Qué? ¡¿Qué putas quieres?!
— Zael está en la puerta. ¿Necesitas que te asista?
Sus dulces ojos color avellana se abrieron hasta dar la ilusión de que saldrían de su órbita y entrando en pánico se dio la vuelta hacia la puerta cuando se le fue informado que su amado Zael ya estaba ahí. Y el problema no es que ya haya llegado porque sabía que ese gatito era muy puntual y solía estar siempre minutos antes de la hora indicada, sino que el problema en sí es que alguien con su rostro estaba en ese lugar y eso quería decir que todo saldría siendo un caos, así que tendría que sacar a ese sujeto por las buenas o por las muy malas.
— Vete, desaparece, esfúmate. Hazte polvo, ¡lárgate!
— Ya tocó el timbre.
— ¡¿Ah?! ¡Estoy entrando en pánico por tu culpa!
— Cálmate.
— ¡Estoy calmado! ¡¿No estás viendo que saco paz hasta por los poros?!
Dael llegó a rodar sus bonitos ojitos de colores y como el cuerpo en el que estaba era, evidentemente, humano, en ese momento sentía ciertas emociones que como espíritu jamás podría sentir. Esas emociones no eran más que irritación por el estado poco calmado en el que YajaTzael estaba, y también sentía como ganas de alzar la mano y golpearlo en la cara para hacerlo entrar en razón. Y, como se había mencionado anteriormente, así como no tenía el control de sus emociones en un cuerpo humano por ser la primera vez que entraba en uno, tampoco tuvo el control de sus movimientos cuando su mano se alzó sin permiso y se estrelló contra la mejilla de YajaTzael con una fuerza que no fue precisamente pequeña.
— ¡Oye! ¡¿Qué te pasa, bestia?!
— No tengo todavía el control de este bonito cuerpo, amado Luzbel. Lo siento... bueno, no lo siento porque se sintió bien haberte golpeado — Sinceró — Ahora entiendo el motivo por el cual a las personas les gusta la violencia. Se siente muy bien resolver todo a punta de golpes.
ESTÁS LEYENDO
ᴍɪɴ's sᴇᴄʀᴇᴄᴛ ☞ ʏᴀᴢᴀᴇʟ/ʏᴏᴏɴᴍɪɴ [ ʟɪʙʀᴏ ᴅᴏs ]
Fanfictionsᴇɢᴜɴᴅᴀ ᴛᴇᴍᴘᴏʀᴀᴅᴀ ᴅᴇ ᴘᴇʀғᴇᴄᴛ ᴍɪɴ's. ʟᴏs ᴍɪɴ ᴛᴇɴíᴀɴ sᴇᴄʀᴇᴛᴏs ᴘᴏʀ ᴛᴏᴅᴏs ʟᴀᴅᴏs, sᴜ ғᴀᴍɪʟɪᴀ ᴅᴇᴊó ᴜɴ sɪɴғíɴ ᴅᴇ ᴅᴜᴅᴀs ǫᴜᴇ ᴇɴ sᴜ ᴍᴏᴍᴇɴᴛᴏ ᴢᴀᴇʟ ǫᴜɪsᴏ ʀᴇsᴏʟᴠᴇʀ, ᴘᴇʀᴏ ᴀʜᴏʀᴀ ᴇʀᴀ ᴅɪғíᴄɪʟ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ᴇʟ ᴀsᴇsɪɴᴏ ʀᴇsᴜʟᴛó sᴇʀ ǫᴜɪᴇɴ ᴍᴇɴᴏs ᴇsᴘᴇʀᴀʙᴀ. - ¡ʏᴏ ᴅɪᴊᴇ ǫᴜᴇ ᴇʟ ᴀsᴇs...