☞ ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ ᴛᴡᴇɴᴛʏ ғɪᴠᴇ ☜

139 22 7
                                    

— ¡Estás mintiéndome, Min Zael!

— Sabes que no te estoy mintiendo, YajaTzaelly.

— ¡¿Y por qué dijiste que lo amabas, ah?! ¡¿Por qué tan pegado a él? ¡¿Por qué lo abrazaste y toda la cosa?!

Zael bajó la cabeza para fijarse en la bonita bola de estambre que tenía entre las manos y siguió jugando con ella mientras veía desde ahí, sentandito en la cama, al hombre neurótico e histérico que estaba soltando toda la ira junto a una escena de celos que parecía ser incontrolable. Ya hasta había perdido la cuenta de cuántos gritos ese hombre ha estado dando desde hace horas.

— Hice todo eso porque JaReth-Hyung ha sido mi amigo de toda la vida, Hyungie.

— ¡No, no, no! ¡Muy amigos pueden ser, pero yo soy tu novio, ¿bien?! ¡Solo me puedes abrazar a mí, solo me puedes dar amor a mí, solo me puedes sonreír a mí! — YajaTzael espetó — ¡No tienes que hacerlo con nadie más! ¡Yo soy tu dueño, tu hombre, tu rey, tu-tu maldito amo! ¡Y todavía, todavía le sonreíste bonito! ¡¿Qué putas fue eso?!

Completamente encolerizado se jaló las greñas hasta querer arrancárselas y quedar calvo. Sus ojos estaban completamente negros, su parte humana estaba perdida y veía a Zael como si quisiera hacerle entender por las malas que no tenía por qué hablar con otro hombre, menos decirle que lo amaba y que estaba feliz de verlo nuevamente.

Ese tal JaReth había llegado a la oficina de Zael porque ya había salido de la cárcel luego de haber cumplido su condena, pero el caso fue que los vio todos acaramelados, todos pegaditos mientras se reían como si la vida fuera algodones de azúcar y lo que en serio le jodió la vida fue notar que ese tipo estaba que babea por su gatito, que lo ama de manera romántica.

— ¡¿Lo amas?! ¡¿Lo amas?! ¡¿Tan poquito te duró el amor por mí, ah?! ¡Puras promesas!

— YajaTzaelly...

— ¡Por eso te pusiste más bonito, ¿cierto?! ¡Para gustarle! ¡Mírate, tu ropa parece segunda piel de lo ajustada que es! — Masculló — ¡Ese tipo de seguro se imaginó muchas cosas tuyas mientras hablaban de lo bonita que es la vida! ¡Te vistes muy ajustado!

Zael se cubrió los oídos y no precisamente por sus gritos, sino porque todas las bujías de la habitación comenzaron a explotar una por una. Del piso estaba saliendo neblina y voces estaban haciéndose escuchar mientras que la puerta del baño se abría y cerraba, también la de los armarios y el viendo se tornó frío, tétrico. Incluso sentía que lo estaban tocando.

— Esta siempre ha sido mi forma de vestir, Hyungie.

— ¡¿Te gusta ese tipo?! ¡Dime si te gusta, si lo amas, si quieres pasar tu vida con él! ¡Muy poco te duró el amor, Min Zael sin gatito agregado! — YajaTzael gruñó — ¡Y todavía te pusiste a defenderlo, a impedir que le diera una probada de lo que recibirá algún día! ¡A mí no me engañas! ¡De seguro tuvieron sexo!

El menor suspiró, dejó la bolita de estambre sobre la cama antes de levantarse e ir hacia él. Sonriendo bonito lo tomó de las manos Incluso si se puso todo arisco y después fue que lo abrazó entre risitas. No se iba a poner a gritar también, no iba a seguir una pelea tonta porque eso sería ponerlo más agresivo y alterado, así que prefería tratarlo bonito y hacerle entender suavemente que las cosas estaban muy lejos de ser como las imaginaba.

— ¿Dices que ya no te amo, Hyungie?

— ¡Sí!

— ¿Y que lo amo a él, YajaTzaelly?

— ¡Exacto!

— ¿Y que ya no te amo a ti, mi amado Lucifer?

— ¡Sí!

ᴍɪɴ's sᴇᴄʀᴇᴄᴛ  ☞ ʏᴀᴢᴀᴇʟ/ʏᴏᴏɴᴍɪɴ [ ʟɪʙʀᴏ ᴅᴏs ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora