— Hola.
— Hola.
Ya estando frente a YoonGi, JiMin no pudo sentirse tan seguro como cuando manejó hasta ahí para hablar con él. Terminó bajando la cabeza porque no encontraba la forma de iniciar con lo que quería hablar desde hace mucho ya, sobre sus sentimientos, secretos y miedos.
Las manos las tenía dentro de los bolsillos de la chaqueta que le robó a YajaTzael, pues el frío que hacía no era precisamente considerado, más por eso de que era de madrugada. Sabía que no era la mejor hora para hablar, pero había querido aprovechar que Zael se quedó con su papá para así estar solo con YoonGi.
Necesitaba en serio decirle todo lo que sentía, necesitaba sacar todo eso que lo tenía estancado entre un árbol con ramas de emociones. Solo quería por fin decirle que lo amaba, que sentía lo mismo y se iba a cerciorar de que nadie lo interrumpiera, ni el mismísimo Min YoonGi.
Ese maldito gatito de mierda.
— JiMin-Ah...
— Perdóname, YoonGi. Yo también te amo y te he amado desde el primer momento en que te vi.
Tal vez debió decirlo con un poco más de tacto humano, pero es que había tenido miedo de no poder decirlo que al final lo soltó tan abruptamente. Ahora se sentía un poco liberado, con un peso menos encima que ya no le estuviera generando tanto dolor en la mente, en el corazón y en el pecho, menos opresión.
Suspirando levantó la cabeza y cogió el valor de ver a YoonGi, éste lo había estado viendo fijo desde antes. No le dijo nada, parece que no quiso decirle nada, pero sí le sonrió de una forma tan comprensiva que en el momento en que lo jaló hacia él para abrazarlo, justo en ese momento se le aferró entre lágrimas.
— Eres un tonto, JiMin-Ah.
¿Cómo se supone que debía tomar eso?
No lo sabía, lo que sí sabía es que sentir el calor y el aroma de YoonGi se volvieron su medicina, porque poco a poco comenzó a calmarse. Se sentía nostálgico, eso ya era inevitable, pero también sentía paz en su corazón tras la acción comprensiva de YoonGi, porque algo le decía, tal vez sus demonios, que las cosas no saldrían tan mal después de todo.
— ¿No escuchaste lo que dije? Dije que te amo.
— Yo también te amo, mi príncipe de manitas tiernas.
— O sea, pero ¿y el drama tipo película? ¿Y los gritos de reproches? ¿En dónde está el llanto de felicidad de tu parte? — Cuestionó — ¿En dónde están los reclamos, las lágrimas y el drama? ¿Y por qué no estás enojándote conmigo mientras me gritas por que te oculté lo que te estoy diciendo?
YoonGi se encogió de hombros en medio de una risita, le seguía acariciando suavemente el cabello porque era un príncipe de manitas tiernas de incomprendida procedencia. También lo apretó entre sus brazos porque era esponjosito, así que era lindo tenerlo entre ellos de esa manera.
— Yo sé que me amas, angelito de cabello lacio.
— ¿Sí?
— Sí...
— ¡¿Y quién te lo dijo?!
— Yo...
— ¡De seguro fue el traidor de JungKook! ¡Ese maldito hijo de la gran...!
Él calló al menor con un beso, lo sujetó de esas mejillitas rellenas de una forma delicada porque era frágil, entonces el beso fue correspondido segundos más tarde de parte de ese precioso e incomprendido chico. Fue un beso conversador, porque con él estaban diciendo lo mucho que se amaban y lo tan innecesarias que eran las palabras.
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ᴍɪɴ's sᴇᴄʀᴇᴄᴛ ☞ ʏᴀᴢᴀᴇʟ/ʏᴏᴏɴᴍɪɴ [ ʟɪʙʀᴏ ᴅᴏs ]
Fanficsᴇɢᴜɴᴅᴀ ᴛᴇᴍᴘᴏʀᴀᴅᴀ ᴅᴇ ᴘᴇʀғᴇᴄᴛ ᴍɪɴ's. ʟᴏs ᴍɪɴ ᴛᴇɴíᴀɴ sᴇᴄʀᴇᴛᴏs ᴘᴏʀ ᴛᴏᴅᴏs ʟᴀᴅᴏs, sᴜ ғᴀᴍɪʟɪᴀ ᴅᴇᴊó ᴜɴ sɪɴғíɴ ᴅᴇ ᴅᴜᴅᴀs ǫᴜᴇ ᴇɴ sᴜ ᴍᴏᴍᴇɴᴛᴏ ᴢᴀᴇʟ ǫᴜɪsᴏ ʀᴇsᴏʟᴠᴇʀ, ᴘᴇʀᴏ ᴀʜᴏʀᴀ ᴇʀᴀ ᴅɪғíᴄɪʟ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ᴇʟ ᴀsᴇsɪɴᴏ ʀᴇsᴜʟᴛó sᴇʀ ǫᴜɪᴇɴ ᴍᴇɴᴏs ᴇsᴘᴇʀᴀʙᴀ. - ¡ʏᴏ ᴅɪᴊᴇ ǫᴜᴇ ᴇʟ ᴀsᴇs...