Era un excelente día para no hacer nada.
— Nos estamos hablando. No quiero trucos, quiero tenerte vivo por más tiempo.
JimDae cortó la llamada, de malhumor dejó el celular sobre la toalla para poder pasarse libremente la mano por el rostro debido a que siempre había algo que arruinara su día y siendo tan de mañana. Solo deseó pasar una mañana tranquila en la alberca, pero es que habían personas que solo entendían con amenazas.
— Creo que con esta ya sería la quinta familia que mandaré a matar, es que la gente no coopera.
Negando como si realmente lo sintiera, agarró la cajetilla de cigarros para sacar uno y fumar un poco, tal vez eso le quitaba el estrés y la tensión que obtuvo gracias a un tipo que no quiere pagarle todo lo que le debe, como si él lo hubiera mandado a drogarse y meterse a deudas cuando todos sabían que él se las cobraba de muchas maneras.
— Señor Park...
— ¿Qué? ¿Quieres?
— Lamento interrumpirlo, pero hay alguien que quiere verlo.
Suspirando levantó la mirada para fijarse en una de las empleadas de la mansión, más bien la vio con seriedad porque había dado la estricta orden de que no quería que nadie lo molestara en esa mañana, así fuera el mismo presidente del país. Nadie tenía el derecho de hablar con él, a menos que fuera YajaTzael y eso porque ese maldito no solía seguir órdenes o hacer caso.
Ya se sobre entendía el por qué tenía ganado el infierno.
— No quiero ver a nadie...
— A mí me va a tener que ver, señor Park.
Primero que nada, le dio una buena calada al cigarro, después expulsó el humo mientras observaba unas buenas piernas gordas y tonificadas. Sus ojos comenzaron a subir hasta que chocaron con el hermoso y precioso rostro serio de Min Zael, verlo lo hizo sonreír lascivo porque nunca esperó que ese hombre estuviera ahí.
— Retírate.
— Con permiso, señor Park.
La empleada se retiró ante su orden, él entonces decidió salir de la alberca porque moría por escuchar el motivo que llevó a Min Zael a la cueva del lobo, porque estando ahí dudaba mucho dejarlo ir. El condenado hombre era tan atractivo que ganas de quitárselo a YajaTzael le daban.
Tampoco se iba a molestar en buscar una camisa y cubrirse, así que mostró parte de su cuerpo desnudo, al menos de la cintura hacia arriba. Zael, ante eso, apartó la mirada porque muy sexy podría ser, pero el odio que sentía por él era mucho más grande que pensar en lo guapo que era.
— ¿A qué debo el honor de su visita, señor Min?
— Le exijo que me explique por qué mi nombre salió en los periódicos.
Él se encogió de hombros, fumándose el cigarro observó a Zael y lo tan serio que se mostraba, tal cosa lo hizo sonreír con burla porque le parecía divertido que haya tenido el valor de llegar hasta ahí para preguntarle cosas tan obvias, pero era más porque parecía ser una fiera intentando mostrarse seguro.
— Es lo que la agencia siempre hace para que las personas sepan el motivo por el que un lugar fue clausurado — Respondió — Y en las noticias no salió nada más que la pura verdad, usted y yo lo sabemos muy bien, Min Zael.
— ¡No importa si era verdad o no, no tenía el derecho de hacerlo!
— No te alteres, no te lo tomes personal. Solo es una fábrica.
— No. No es solo una fábrica, para mí es un patrimonio familiar.
— Me harás llorar.
Zael tensó la mandíbula porque de verdad que era insoportable y odioso, detestaba que se portara de esa forma tan despreocupada y burlesca, como si le gustara verlo de esa forma. Era estúpido porque ni siquiera se conocían, entonces no entendía por qué parecía odiarlo.
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ᴍɪɴ's sᴇᴄʀᴇᴄᴛ ☞ ʏᴀᴢᴀᴇʟ/ʏᴏᴏɴᴍɪɴ [ ʟɪʙʀᴏ ᴅᴏs ]
Fanficsᴇɢᴜɴᴅᴀ ᴛᴇᴍᴘᴏʀᴀᴅᴀ ᴅᴇ ᴘᴇʀғᴇᴄᴛ ᴍɪɴ's. ʟᴏs ᴍɪɴ ᴛᴇɴíᴀɴ sᴇᴄʀᴇᴛᴏs ᴘᴏʀ ᴛᴏᴅᴏs ʟᴀᴅᴏs, sᴜ ғᴀᴍɪʟɪᴀ ᴅᴇᴊó ᴜɴ sɪɴғíɴ ᴅᴇ ᴅᴜᴅᴀs ǫᴜᴇ ᴇɴ sᴜ ᴍᴏᴍᴇɴᴛᴏ ᴢᴀᴇʟ ǫᴜɪsᴏ ʀᴇsᴏʟᴠᴇʀ, ᴘᴇʀᴏ ᴀʜᴏʀᴀ ᴇʀᴀ ᴅɪғíᴄɪʟ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ᴇʟ ᴀsᴇsɪɴᴏ ʀᴇsᴜʟᴛó sᴇʀ ǫᴜɪᴇɴ ᴍᴇɴᴏs ᴇsᴘᴇʀᴀʙᴀ. - ¡ʏᴏ ᴅɪᴊᴇ ǫᴜᴇ ᴇʟ ᴀsᴇs...