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Narrador:
Harry llevaba casi todo el día recostado sobre su cama. Había pasado más de un mes desde que su hermana había desaparecido, se encargaba de escribir personalmente al ministro de magia si sabían algo sobre su paradero, pero ninguna de sus cartas tenía una respuesta positiva.
Con los ojos hinchados de tanto llorar, entre sus manos sostenía aquel álbum encantado que Hagrid le había regalado en primer año. Recordaba con nostalgia como él y su hermana veían las fotos encantadas durante horas en las vacaciones. Su mirada se posó sobre aquella foto de su madre, con esa sonrisa tan radiante en su rostro, sostenía con suavidad una bebé recién nacida entre sus brazos que dormía profundamente, Alessia.
-FLASHBACK-
Las vacaciones luego de su primer año habían llegado, Harry de once años estaba recostado sobre la cama boca abajo mientras se apoyaba con sus codos, a su lado estaba Alessia con los ojos brillando observando cada fotografía de ese álbum mágico con bastante impresión.
-¿Por qué mamá tiene mi cabello, Harry?—preguntó Alessia—Aunque no somos gemelos, y aunque tú tienes el pelo negro, ¿por qué mamá tiene el mismo color de pelo que yo?—Harry le hizo una sonrisa y le dio un apretón en el hombro, al ver a su hermana intentando entenderlo todo.
-Porque tú y mamá son las mujeres más hermosas que he visto—Contestó Harry. Con una sonrisa de inocencia formada en sus labios. Observó como Alessia lo miraba con bastante curiosidad reflejada en su expresión.
-¿Hagrid te dio el álbum?—Preguntó ella, fijando su vista en una de las fotografías donde aparecía su padre, James, junto a Harry que vestía con un adorable traje de marinero.
-Sí, él dijo que papá me lo dejó a mí antes de morir, y me lo dio a mí en mi primer cumpleaños—Harry sonrió con una enorme nostalgia reflejada en sus ojos. Alessia se acercó y acarició la foto de su padre con el dedo, admirando cada detalle de él. Se volvió hacia Harry y le preguntó con curiosidad.
-¿Papá era mago, Harry?
-¡Claro que si! Estoy seguro que era el mejor de todos.
Alessia lo miro y rió. Harry continuó la risa y le desordenó el cabello recibiendo una queja por parte de la pelirroja.
