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La vida en la mansión Malfoy no había cambiado mucho, aunque Draco hubiera encontrado a Alessia y por fin pudiera estar de nuevo junto a ella, debía fingir no saberlo, no podía hacer nada para evitar que los mortifagos siguieran torturandola, más que escuchar sus gritos de dolor que resonaban por toda la casa. Pero cuando ellos no estaban, podían pasar tiempo juntos, era el único momento en el que ambos eran felices sin importarles la vida miserable que los rodeaba, si es que eso podría considerarse vida.
Draco había llegado a querer más la compañía de Alessia que la de su familia, y sabía que ella sentía lo mismo por él, pero no podían admitirlo. Las órdenes de Voldemort eran claras, Draco debía acompañarlo en su misión, pero ambos sabían que no querían hacerlo. Alessia ya había sufrido demasiado, y Draco no podía evitar sentir una profunda empatía por ella, por la persona a la que más amaba. Alessia levantó la cabeza cuando escuchó a alguien entrar al sótano, que por órdenes de los Malfoy, ahora estaba más iluminado. Pudo vislumbrar a Antonin Dolohov, por alguna razón siempre era él quien llegaba al sótano. La tomó del cabello con toda la fuerza que tenía causando un quejido de dolor por parte de la pelirroja que cerró los ojos con fuerza ante tal agarre, cuando el hombre levantó su cabeza gritándole con voz furiosa en la cara.
-¡No estamos para juegos!—Gritó, y luego la tiró al suelo—¡Él no está dispuesto a rogarte por información, y nosotros tampoco, si no hablas ahora, te mataré sin dudarlo!
Alessia lo miró, aún muy asustada, y sabiendo que el hombre no estaba bromeando. ¿Cómo iba a revelar información si ni siquiera se la tenían? No podía decirle lo que no sabía. Tenía miedo. Alessia hubiera deseado que Draco la defendiera, pero sabía que no podía hacerlo por dos simples razones: lo matarían a él también, y ni siquiera estaba en el sótano en ese momento.
-¡Ya les dije que no se nada!—Justificó Alessia—¡No se donde está mi hermano, Draco me ha dicho que no volvió a Hogwarts!
-No entiendo por qué lo quieres tanto—Arrancó Dolohov, con voz cortante, con rabia, y por el todo lo que le disgustaba era la relación de Draco y Alessia—Él es un insolente traidor, y eres una niña estúpida. ¿Por qué no terminas de cooperar?
Alessia no dijo nada, no tenía respuesta. Se veía confundida, y no sabía qué hacer o decir.
-Mi... Mi hermano no es un traidor.
-¿Enserio? Porque según sé, se relaciona mucho con los Weasley, esa repugnante familia de traidores de la sangre, y ni hablar de la hija de muggles que tiene por amiga.
Aunque nunca pudo llevarse bien con Hermione, Alessia sintió furia correr por sus venas cuando escuchó las palabras del hombre.
-Si... Tal vez es hija de muggles, pero es y siempre ha sido la mejor bruja de su generación—Dijo Alessia, con una sonrisa de lado que balanceaba entre la burla y el nerviosismo.
