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El ambiente dentro de la mansión Malfoy era pesado y todos podían sentirlo. Draco y Alessia se encontraban recostados sobre el césped del enorme jardín, ambos viendo hacia el cielo, no faltaba mucho para que oscureciera. Alessia tomó fuertemente la mano de Draco como si algo le preocupara. Draco la observó por varios segundos, no era el único que se había dado cuenta lo mucho que ella había crecido en los últimos años. Veía su cabello pelirrojo, sus rizos caían por el césped y brillaban hermosamente, su rostro aún con cicatrices, a pesar de eso sus mejillas estaban enrojecidas, sus ojos se cruzaron y como por instinto ambos sonrieron.
-¿Puedo preguntarte algo?—Dijo Draco, soltando su mano y jugando con sus rizos entre sus dedos.
Alessia asintió, después su voz sonó tan triste como Draco nunca la había escuchado.
-¿Cuál es la pregunta?
Draco se sentó en el césped a los pies de Alessia, mientras ella seguía en el mismo lugar. Levantó su rostro y dejó caer un suspiro.
-¿Por qué aceptaste el trato de Voldemort?
Alessia lo observó, se quedó callada por unos minutos como si no quisiera responder, pero finalmente lo hizo, pues ambos confiaban mutuamente en el otro.
-Él me mostró visiones—Respondió Alessia—Donde aparece mi hermano, se ve bastante feliz de deshacerse de mí luego de que... Bueno, luego del secuestro.
Draco alzó las cejas incrédulo.
-Pero ¿te mostró solo eso?—Preguntó con voz preocupada—¿No te mostró otra cosa?
-Solo eso—Suspiró—Preferiría cambiar el tema...
Draco observó como Alessia volteó la cabeza mirando a otro lado, tomó su barbilla con suavidad y la hizo voltear a verlo nuevamente depositando un suave y corto beso en sus labios. La miro a los ojos, ambos se sonrieron.
-No te preocupes, nunca te voy a presionar a decir nada que no estés preparada para decir. Yo te voy a estar aquí para apoyarte—Dijo, acariciándole la mejilla con la palma de su mano—Aunque nada de eso hace que deje de preocuparme por ti.
-Lo sé, Draco—Contestó Alessia, acariciando la mano de Draco que estaba sobre su mejilla con las yemas de sus dedos—Estaré bien, no te preocupes.
Alessia le sonrió, y Draco le sonrió de vuelta. Los ojos de ambos brillaban al hacer contacto visual, ese brillo único que hace mucho tiempo no veían.
