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Narrador:
Harry Potter, el niño conocido en el mundo mágico como "el elegido" comenzaba su tercer año en Hogwarts, mientras estaba sentado en la mesa de Gryffindor junto a sus amigos, Ron Weasley y Hermione Granger. Todos los presentes en el comedor charlaban de manera tranquila, sobre sus vacaciones, aventuras o temas de interés para ellos. Hasta que algo llamó la atención de los estudiantes. Una bruja alta, de cabello negro y túnica verde esmeralda, conocida como la profesora McGonagall golpeaba levemente una copa con un tenedor.
-¡Silencio! ¡Pongan atención todos, por favor!- Decía la mujer pelinegra- En unos instantes comenzaremos con la selección de casas de los estudiantes de primer año, yo los llamaré y ustedes se sentarán en el taburete con el sombrero en la cabeza para que así sean seleccionados todos en sus respectivas casas.- La bruja sonrió y abrió un pergamino entre sus manos, comenzando con el llamado de varios estudiantes, todos pasaban en orden al frente, uno por uno, con los nervios presentes en sus caras.
Todos los estudiantes presentes en el gran comedor, incluyendo a los profesores, observaban con atención la selección de casa de los pequeños de primer año. Pero, alguien en especial, no apartaba la vista ni un segundo: Harry Potter. Ningún Gryffindor o algún otro estudiante lo noto, ya que estaban demasiado concentrados en la selección de casas como para prestar atención a lo que hacía el niño que sobrevivió.
- Alessia Potter. -Pronuncio la profesora McGonagall, captando la atención de todos los presentes, rápidamente empezaron los murmullos y susurros. ¿Harry Potter tenía una hermana? ¿Por que nadie lo sabía?
Muchos miraron a Harry, que aún veía la selección con atención, sin intenciones de responder preguntas. Otros no apartaban la vista del frente, esperando a ver a la hija menor de los Potter.
Hasta que finalmente, una niña de aproximadamente once años de edad, subió al taburete, a comparación de sus otros compañeros que parecían estar nerviosos y apuntó de desmayarse, ella caminaba con seguridad y sin mirar a su alrededor. Todas las miradas estaban fijas en ella, pero ella pareció no notarlo, la mayoría de personas la examinaban.
Físicamente, era bonita.
De baja estatura, (demasiado baja para su edad, pensaban algunos) cabello pelirrojo y ondulado, bastante largo. Ojos azules claro, igual que su hermano y madre. Definitivamente, no se parecía en nada a Harry, a excepción de su color de ojos.
El profesor de pociones, Severus Snape, un hombre de grasiento pelo negro, nariz ganchuda y piel cetrina. Que estaba sentado junto a los demás profesores, fijo su vista en la pelirroja, abriendo levemente sus ojos mientras un solo pensamiento invadía su mente: "Es idéntica a Lily"
Narra Alessia: Escuche que la profesora McGonagall dijo mi nombre, por lo cual camine entre los estudiantes, con la intención de llegar al taburete. Cuando lo hice, me senté, mientras el sombrero seleccionador era puesto en mi cabeza.
-¡Ah! ¿Otra Potter, eh?- Pronuncio aquel sombrero de color marrón, que yacía sobre mi cabeza- Mmm... Esto es difícil, muy difícil. Al igual que tu hermano, veo un gran potencial en ti, ¿Donde debería ponerte?- En ese momento recordé unas palabras que mi hermano dijo en el tren.
-"Estoy seguro que quedarás en Gryffindor, junto a mi, aunque no hay problema si quedas en cualquier otra casa. Menos slytherin, solo los magos arrogantes van a esa casa."-
Esas palabras quedaron perfectamente grabadas en mi mente, mientras él sombrero parecía tardar una eternidad en decidirse. Hasta que después de unos segundos, que para mí fueron horas, finalmente habló.
-¿Sabes que? Creo que eres más ambiciosa que tu hermano, me iré por... ¡SLYTHERIN!- Grito el sombrero, todo el comedor calló por unos segundos, para que después la mesa de los slytherin explotara en aplausos y gritos de emoción, mientras que las demás casas susurraban y hablaban sobre mi elección. Había una casa que se veía molesta, muy molesta, Gryffindor.
La profesora McGonagall quitaba el sombrero de mi cabeza, mi mirada estaba en mi hermano Harry, que me miraba enojado, pero más que eso, decepcionado. Sin embargo, por dentro yo sentía una rara sensación, como de... ¿Satisfacción?
Mire hacia mi izquierda, donde estaba la mesa de Slytherin, a un lado de la de Gryffindor, me acerque y me senté en uno de los lugares vacíos. Rápidamente varios alumnos pertenecientes a esa casa me recibieron con sonrisas extrañamente amables, saludos y presentaciones. Yo respondía todos con amabilidad, ignorando por completo el tema de mi hermano, hasta que empecé a sentir una mirada fija sobre mi, lo que me hizo buscar de donde provenía, pero al no dar con el responsable, lo ignore.
Narrador:
Los slytherin se veían emocionados por tener a Alessia en su casa, mientras que en la mesa de Gryffindor, el famoso trío de oro no dejaba de observar la situación, con los ceños fruncidos y notoriamente enojados.
-Harry, ¿Por que diablos tú hermana quedó en slytherin? ¿Y por que nunca nos dijiste que tenías una hermana?- Preguntó Ron Weasley, mientras se cruzaba de brazos y veía a la mesa de Slytherin, donde la ojiazul estaba sentada.
-No tengo idea...- Respondió Harry, evadiendo la segunda pregunta de su amigo, él también observaba a su hermana, mientras daba un largo suspiro de decepción y agachaba la cabeza, ¿Como diría que su hermanita menor ahora era parte de slytherin, la casa a la que él mismo consideraba "de los malos"?
Hermione Granger abrió levemente la boca, parecía querer decir algo pero dudar si hacerlo, aunque al final, termino haciéndolo- ¿Sabes que es lo peor? Que está en la misma casa que Malfoy, ¿Que pasará si... se hacen amigos?- Preguntó la chica, viendo a Harry y Ron con una expresión de preocupación, mientras estos dos volteaban a verse entre sí para después mirarla a ella, como si lo pensaran.
-Eso no pasará.- Decía Harry, muy seguro de sí mismo.
-¿Qué tal que si?- Cuestiono Ron, obteniendo una mirada de desagrado por parte de Harry y Hermione- Bien, bien...- Susurro entre dientes, evitando el tema.
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A lo largo del banquete, un silencio incómodo inundó al trío de oro, mientras de momentos observaban a Alessia, que estaba sentada en la mesa de slytherin, comiendo junto a todos los demás. Mientras tanto, había una persona que no había apartado la mirada de la pelirroja desde que está entró en la sala, la miraba de manera fija y poco disimulada, examinándola de pies a cabeza.
