Capítulo 56

223 49 0
                                    

Me cuesta un tiempo reaccionar y procesar lo que acaba de suceder. Thomas se ha lanzado al vacío y eso significa que... No, no, me niego a creerlo. Me niego a creer que después de tanto por fin se haya ido. Es imposible, la trampa tiene que estar en algún lado.

Siento el impulso de acercarme al balcón para mirar abajo, pero enseguida me freno. Por mucho que lo odie no deseo tener esa imagen en mi cabeza, pero aún así necesito tener la seguridad de que es real. Necesito la confirmación.

-Alexander- Llamo su atención, pues él no ha conseguido apartar la vista del suelo, dónde supongo que se encontrará Thomas. -¿Está...?

-Sí- Responde, saliendo del trance en el que se encontraba sumido. -Está muerto.

Abro la boca para decir algo, pero nada sale de ella. No tengo ni idea de cómo debería actuar en este momento. Además, ha sido todo demasiado rápido y creo que ninguno de los dos nos hemos hecho aún a la idea.

-¿Qué va a pasar ahora?- Pregunto finalmente, después de un rato de silencio.

-Voy a bajar- Dice. -Para explicar lo que ha pasado.

-¿Crees que podrían pensar que...?- No termino la frase.

-Varios guardias y soldados estaban luchando abajo, ellos son testigos de que se ha tirado. Pero de todas maneras debo explicarles lo que ha sucedido, para no dar pie a rumores malintencionados.

Teniendo en cuenta que lo odia, bueno, que lo odiaba, perfectamente podrían pensar que lo ha empujado. No sería nada descabellado.

-¿Y yo?¿Qué hago yo?

-Ven conmigo.

-Pero...

-No van a pensar nada extraño y menos aún con tu aspecto. Yo te rescaté de él, sin más.

Asiento y le sigo mientras nos encaminamos hacia fuera en absoluto silencio. Mis movimientos son más automáticos que otra cosa, pues mi mente aún sigue anclada a la habitación en la que estábamos, y más en concreto, al momento en el que Thomas se arrojó por el balcón.

Apenas han pasado unos minutos y la escena ya se ha repetido en mi cabeza numerosas veces. Es una de esas cosas que sabes que jamás vas a olvidar, es imposible. Que alguien se suicide frente a tus ojos... Aún no comprendo que acabe de presenciar eso, todo se siente surrealista.

-¿Por qué?¿Por qué lo ha hecho?

Al instante me arrepiento de haber hecho esa pregunta, pues es una pregunta muy tonta si lo pensamos bien.

-No quería asumir las consecuencias de sus actos- Se rasca el mentón. -O quizás tuviese otro motivo, no lo sé. Es Thomas, no es una persona normal- Hace una pausa sin mirarme. -Era- Se corrige.

Aún así me resulta extraño, porque siempre me dio la sensación de que Thomas era de ese tipo de personas que harían cualquier cosa por sobrevivir, que nada les aterraba más que la muerte. Pero ya veo que me equivocaba.

Llegamos abajo y me preparo mentalmente para lo que está a punto de pasar y la versión que tengo que dar si se les ocurre preguntarme.

La recepción está completamente vacía, aunque por el aspecto que tiene parece que haya pasado un huracán. La mayoría de muebles están volcados o rotos y el suelo está lleno de cristales. También hay algunas manchas de sangre, que espero que no pertenezcan a algún fallecido.

Al principio no entiendo por qué no hay nadie aquí, si es obvio que se ha producido una batalla, pero luego me doy cuenta de que seguramente todos hayan salido fuera cuando les han avisado de lo de Thomas, para verlo con sus propios ojos.

El despertar de los caídos (#1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora