Capítulo 11

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Por desgracia, nos hemos visto obligados a retrasar nuestra partida por dos días. David ha tenido que arreglar unas cuantas cosas con su padre, o al menos eso es lo que nos ha dicho. Así que me he pasado estas últimas cuarenta y ocho horas comiéndome la cabeza debido a la anticipación.

Ya sabemos el reino al que nos toca viajar, se trata de Turjol. Nunca he estado allí, así que también ganaré una visita gratis y encima a la capital, Prolk. Por suerte no está excesivamente lejos, así que tardaremos unos tres días en llegar hasta la ciudad.

Ahora mismo me encuentro revisando todo mi equipaje para verificar que no se me olvida nada que sea necesario. Vamos a estar bastantes días fuera, contando los de ida, los de vuelta y los que permanezcamos allí, así que es indispensable que me lo lleve todo. David nos ha informado de que saldremos a las seis de la tarde, así que aún me quedan tres horas antes de la partida.

-Acabo de ver a Jonathan besándose apasionadamente con su novia- Anuncia Emma, entrando en el dormitorio con el pelo mojado.

-¿La rubia de la reunión?

-Sí. ¿Quién más iba a ser?¿Crees que el honorable líder le pondría los cuernos a su pareja?- Se mofa.

-No sé, algo en él no me da buena espina, Em- Confieso. -Casi desde que lo vi por primera vez.

-¿No te cae bien por sus peleas con Will?- Pregunta, dejándome atónita.

-¿Cómo sabes eso?

-Tengo mis contactos- Contesta, guiñándome un ojo.

-¿Ya tienes contactos habiendo llegado a este sitio hace cuatro días?

-Por supuesto. Es necesario si quiero enterarme de los cotilleos principales.

-Eres demasiado chismosa- Acuso.

-Bueno, tú también lo eres. No te atrevas a negarlo- Me señala y no respondo, porque tiene razón.

Cuando Emma termina de vestirse salimos y llamamos a la puerta de Kai para dar una vuelta o hacer cualquier cosa antes de irnos. Nos centramos en buscar rincones ocultos, investigar estancias en las que no hemos estado y hacer conjeturas sobre cómo será la vida de las personas que nos encontramos cuando no están ejerciendo de rebeldes.

Este tipo de momentos me encantan. Momentos en los que siento que no tengo que preocuparme por nada, que puedo simplemente divertirme con mis amigos. Sin embargo, luego la realidad me golpea fuertemente como un martillo. No soy una chica normal ni nunca lo seré. Soy una princesa huida que lo único que quiere es rescatar a su familia.

En cierta manera les envidio. Para ellos, si esto no sale bien, no habrá repercusiones en su vida. Para mí, en cambio... Es probable que del éxito de este plan dependa la vida de mi familia. Cada vez que eso me viene a la mente se me forma un vacío en el estómago y siento como la desolación me invade. Si la noche en la que los secuestraron fue la peor de mi vida no quiero imaginar cómo sería esta.

Suspiro con la mirada perdida mientras escucho de fondo a Emma hablar y hablar sobre cómo cree que inició la relación de Jonathan con la mujer rubia y por qué David parece no soportarlo.

Cuando vuelvo a la realidad, observo de reojo cómo Kai la mira con atención dejándola hablar sin más. No parece molesto ni deseoso de que se calle, todo lo contrario. No puedo evitar sonreír ante la escena y los pensamientos que me vienen a la cabeza. Es cierto que se conocen desde hace poco, pero si el tiempo pasa y la cosa se mantiene...

Realmente me gustaría ver a mi mejor amiga con alguien como él, me sentiría muy feliz por ella. La apoyaré decida lo que decida, pero ella desde luego se merece a alguien que la mire como él la mira. La situación con sus padres ha afectado bastante su perspectiva sobre el amor y las relaciones, pero cuando la conocí siempre hablaba de casarse con su príncipe azul cuando fuese mayor.

El despertar de los caídos (#1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora