Han pasado cuatro días desde nuestra casi ejecución, la muerte de Thomas, y el reencuentro con mi familia. He de decir que estos días han sido una completa montaña rusa de emociones.
Por una parte estaba la sensación de que todo esto sólo era un buen sueño del cual iba a despertarme en cualquier momento, de que era demasiado bonito para ser verdad. Por otra estaba la euforia, que desde luego aún perdura y ahora mismo me parece imposible que se acabe. Estoy como en una nube de la que no me apetece en absoluto bajar. Creo que es el mejor momento de mi vida.
Nos hemos intentado poner al día, pero han sido tantos años que es imposible narrar todo lo que me ha sucedido en ellos de forma detallada en tan poco tiempo. Me han preguntado miles de cosas, y no sólo a mí, también al pobre Will, que lo han interrogado a más no poder.
Sin embargo, lo que más me ha llamado la atención ha sido su reacción respecto a la existencia de Irya. Se ve que Will y Melissa aseguraron por activa y por pasiva que no tendrían hijos cuando eran jóvenes, así que sobre todo papá ha alucinado cuando le ha dicho que tenía una hija de ocho años.
También he intentado adaptarme al hecho de que Will es mi tío. Bueno, el término correcto sería medio tío, supongo. Es extraño, porque siempre he pensado que no compartíamos sangre, pero realmente me daba igual, yo lo quería como si la compartiéramos.
Lo mismo pasaba con Melissa e Irya, que siendo Will mi tío significa que ella es mi prima. Esto se me hace más raro, porque desde que nació y la sostuve en mis brazos por primera vez la he visto como mi hermana pequeña. Como la personita a la que iba a proteger a toda costa, pasase lo que pasase. El término real se me hace demasiado poco para lo que siento hacia ella.
Pero aparte del sentimentalismo, estos días han sido muy ajetreados. La ciudad se ha quedado hecha unos zorros después de las batallas simultáneas, y muchas partes del palacio parecen escenarios de guerra de lo destrozadas que están. Ha quedado claro que ha sido saqueado varias veces, así que el mayordomo de Palacio, Wilhelm, se ha dedicado a hacer un inventario extenso con todo lo que falta.
Sin embargo, la prioridad ha sido arreglar la ciudad y subsanar un poco los daños. Para ello ha sido imprescindible la ayuda de todos los ciudadanos, que la verdad es que se han comportado de manera ejemplar en su mayoría. El ejército, por otra parte, se ha encargado de mantener el control y evitar el desorden público en estos momentos en los que somos tan vulnerables y la monarquía se siente aún débil.
Es precisamente esto último la razón por la que el Palacio ha estado atiborrado de nobles estos cuatro días, pues han venido a presentarle sus respetos a papá y apoyarle en su vuelta. Algunos eran aquellos que ya eran muy cercanos a él antes de que todo esto pasara y se han mantenido leales, sufriendo por ello. Esos son los de confianza.
Luego están los que simplemente pretenden aprovecharse de la situación y vienen aquí jurándole apoyo a papá frente al pueblo y al resto de reinos, a cambio de futuros favores. Realmente no son distintos de aquellos a los que apoyaban a Thomas por interés. Para muchos todo se reduce a eso.
Yo he intentado ayudar en todo lo posible, pues en esta situación nadie podía quedarse sin hacer nada, pero con la mano dañada me ha sido difícil. Esa misma noche el médico real me la revisó y confirmó que efectivamente parecía tener la muñeca fracturada, así que me la inmovilizó, convirtiéndome en un ser bastante inútil.
También me curó lo del labio y decidí no hablarle de los moratones que tenía en el abdomen a raíz de los golpes en la mazmorra, ni tampoco de los cortes. Sabía que si lo hacía se lo contaría a mis padres y no me agradaba nada la idea de que supiesen que Thomas me había torturado.
Además, todo estaba sanando bien y sinceramente prefiero olvidar por completo todo lo que pasó en ese lugar. Y bueno, ellos ya tienen suficiente con todo lo que ha pasado, no quiero añadirles más carga. Ese monstruo está muerto y con él pienso dejar que muera todo lo que hizo. Cueste lo que cueste.
ESTÁS LEYENDO
El despertar de los caídos (#1)
FantasyEn un mundo donde la opresión del Rey Thomas ha devastado a su gente, una joven, Haley, vive en las sombras como una plebeya común. Pero detrás de su fachada ordinaria yace un secreto extraordinario: ella es la princesa perdida del reino de Velstand...