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Al voltear me encontré con Arrhur mirándome como un padre a su niña pequeña.
-Ya es tarde y esta oscureciendo... Es peligroso que vayas sola... No me estoy preocupando por ti, sólo, no es digno de un caballero abandonar a una señorita a su suerte allá afuera!!!-Se excusó mientras miraba a otro lado, juré que sus mejillas se habían ruborizado pero, contando con la luz del foco tal vez mis ojos ya me estaban jugando alguna broma. Asentí un tanto nerviosa, comenzamos a caminar hasta mi casa, el trayecto fue más corto de lo que recordaba, tal vez porque caminaba de prisa para que mi madre no castigará más mi amada Nutella. Cuando quede al frente de la valla de mi casa, voltee a ver al británico de reojo.
-... Gra... Gracias por acompañarme...-Dije un tanto nerviosa.
-... No es nada... Supongo que... Nos vemos mañana en clases...-Dijo para comenzar a alejarse, mientras me hacia una seña de despedida con su mano.
-... Arthur!!!-Grite a todo pulmón su nombre, el mencionado me volteó a ver ligeramente sorprendido.
-Mañana reúnamonos todos juntos, llevare galletas hechas a mano para el almuerzo!!! Avísale a todos!!!-Grite con una sonrisa en mi rostro.
El británico me dio una pequeña sonrisa y asintió con la cabeza.
-De acuerdo!!! Pero, tendrás que darme más que a los otros por volverme tu mensajero!!!-Respondió igual a gritos. Al escucharlo mi corazón acelero un poco más.
-Trato hecho, joven Kirkland!!!-Respondí para darle una última mirada y meterme a mi casa.
Después de recibir una regañiza marca diablo, mi mamá me perdono el castigo al contarle que quería hacer galletas de Nuetalla para mis nuevos amigos y vecinos. Después de todo, estaba agradecida con que alguien me hubiera acompañado hasta mi hogar. Me puse manos a la obra, hacer postres era un hobby que tenía, pues hubo tiempos donde trabaje de ayudante en la pastelería de una tía lejana para ganar algo de dinero extra, los fondos recaudados sirvieron para comprar mi amado teléfono, cinco botes de Nutella y como veinte paquetes de gomitas de ositos.
Cuando termine de arreglar todo, me fui a bañar, me adentre en mi cuarto ya limpia de todo rastro de suciedad que pude haber ganado en el día y me tumbe a mi cama.
Sinceramente no tarde nada en quedarme dormida.
La alarma de mi iP8d me levantó a las 5:40 igual que siempre, me levanté con pereza de la cama, realice mi rutina diaria desde ponerme el uniforme, pelear contra mi cabello para que no parezca que un pájaro hizo un nido en mi cabeza, ganarle la Nutella a Luis, antes de salir, recordé las galletas de todos. Las guarde y me metí al auto.
-Si sigues comiendo tantas galletas quedarás gorda y sola.-Comento mi hermano apenas entro al auto. Al escucharlo reír por si comentario le enseñé el dedo de enmedio mientras sonreía suavemente y arranque para conducir a la casa de Regi. Antes Luis se quejaba de tener que levantarse más temprano para recoger a Regina, pero, luego se acostumbró e incluso se encariñó ligeramente con mi amiga. Tan pronto como entro en el auto le entregue una bolsita con mis galletas hechas a mano.
-Un dulce bocadillo para una dulce damita.-Comente al más puro estilo "chico guapo de la escuela que trata de coquetearle a todas las mujeres que se cruzan en su camino", Regi se río un poco, más luego me agradeció por las galletas.
-Nita-Senpai me entere que hay tres chicos nuevos en tu salón, y te vi con ellos, son tus nuevos amigos???-Me pregunto emocionada Regi, le sonreí y asentí con la cabeza.
-Luego te los presentare.-Dije guiñandole un ojo aprovechando que el semáforo estaba en rojo.
Al llegar a la academia todos tomamos nuestro camino, nada podría arruinar este día, que me la pasaría o viviendo con mis nuevos amigos mientras comíamos mis galletas de Nutella...
Entré al salón de clases, no recuerdo haber hecho algo tan malo como para joder a los superiores de ahí arriba, pero, creo que lo hice pues me habían enviado un castigo divino que tenía nombre y apellido... Thomas Raven...
-Nita???-Me llamo sorprendido.
Me límite a verlo a los ojos.
-... Raven...-Dije sentandome en mi asiento sin ganas de decir nada más.
-Yo... No esperaba volver a verte...-Dijo acercándose a mi con una pequeña sonrisa en su rostro.
-Dudo que después de lo que hiciste desearás volver a verme.-Solté con un bufido, me levanté y camine a donde yo me sentía segura... Con Alfred, Arthur y Francis.

Hetalia Pandora's BoxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora