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-Mags!!!-Me saludo un guapo gringo con enorme hiperactividad, no pude evitar sonreír al notar la emoción del rubio aquel.
-Holiwis!!!-Exclame siendo contagiada por su emoción, lanzándome para saludarlo con un abrazo, el cual correspondió como un verdadero amigo. Después de unos segundos cortamos el abrazo para comenzar a platicar sobre la primera tontería que se cruzaba en nuestra cabeza.
-*•Mlle frère aîné Francis veut aussi un câlin vôtre•*-Hablo el francés mostrando sus brazos abiertos de par en par, estaba por pensarlo seriamente en si darle un abrazo o no, cuando puso una cara de perversión total, que sinceramente me invito a ponerle una orden de restricción al de ojos lujuriosos.
-Get away from her, wine bastard!!!-Exclamo Arthur dandole un golpe en la cabeza.
Comenzamos a reírnos ante el teatrito que habían armado los dos chicos.
-Nita!!!-Me saludo Sweet. En ese momento recordé las galletas, pero, al lado de mi lugar ahora estaba sentado Thomas, decidí actuar como una persona madura.... Cosa que nunca pensé que ocurriría hasta que fuera verdaderamente responsable. Camine a mi lugar, tome mi bolsa con las galletas y regrese a mi bola de amigos, la cual ya había crecido pues se les habían unido Vane, Sweet, Natsuki y ahora yo.
-Hice algo para todos.-Comente con una sonrisa. Saque los paquetitos de galletas y comencé a entregarlos. Vane y Natsuki comenzaron a fangirlear pues eran dos adictas a ese tipo de galletas en especial. Sweet se mantenía tratando de no perder su autocontrol por abrir el empaque y comer las galletas de un sólo mordiscó. Alfred miraba las galletas con ojos deslumbrantes, parecía un niño pequeño con todo el deseo de comer su postre favorito en cuanto su madre se despistara. Francis me agradeció con una sonrisa sincera en su rostro... Y Arthur... Se veía alegre por las galletas, claro que había cumplido mi promesa y tenía más que los otros.
-... Thank you, Nita...-Menciono, me emocione y no miento, sé perfectamente que mis mejillas ardieron, ya habían pasado más de tres semanas y seguir llamándome "lady Ruiz", por lo que pensé que tal vez no me consideraba más que una compañera de equipo tanto escolar como del equipo "Pandora".
Estaba por responder cuando la puerta del salón se abrió de golpe dejando conocer a una de las más locas amigas que tengo. Lau.
Esta se abalanzo contra mi para abrazarme, más contando con la estatura hobbit que poseía, la chica loli de cabellos de oro siempre terminaba enterrando su rostro sobre mi pecho.
-Nita yo también quiero galletas!!!-Se quejó mientras movía su rostro de derecha a izquierda, más se detuvo unos momento al escuchar un quejido de sorpresa. Francis miraba con celos a Lau, más no entendí porque, luego mi vista paso sobre Arthur quién tenía cara de querer asesinar a la loli que había entre mis brazos... Y mi pecho.
-Tranquila Lau, hice también para ti.-Comente soltando una que otra risa por la simple razón que me hacia cosquillas con sus manos.
Luego de que le entregue su paquete de galletas, Lau me soltó por unos momentos más al ver las expresiones de los dos chicos rubios antes mencionados, sonrió perversamente y volvió a abrazarme.
-Nita~!!! Hueles muy bien~!!!-Canturreo a chica. Sonreí sin saber que más hacer para responder al halago de la rubia.
En eso sonó el toque de entrada a clases y tan rápido como apareció, Lau se desvaneció gritando que llegaba tarde a deportes.
Sweet, Vane y Natsuki comenzaron a burlarse del todavía notable rostro de un inglés enojado y un francés notoriamente celoso.
Al aula del salón entro el maestro de química, el cual nos miro de reojo.
-Vayan a sus asientos que la clase ya comenzó.-Ordeno con su actitud calmada y tranquila. Obedecimos son rechistar sentando nos cada uno donde nos correspondía.
-Antes de comenzar la clase, joven Alfred le suplicó que deje de tragar a "escondidas", el libro de Álgebra no te escudara en mi clase.-Comento burlón, Alfred casi se atragantó con las galletas al verse descubierto por el profe Roberto.
Todo el salón sólo una risa burlona y la clase continuo como normalmente transcurre, a excepción de cuando el profe Roberto le lanzó a Francis el borrador del pizarrón para que dejara de coquetearle a la alumna que había a un lado suyo. A mitad de la clase, sentí un escalofrío recorriendo mi columna, busque de reojo la mirada que provocaba esa reacción en mi cuerpo, más no había nadie que me estuviera mirando.
-•Tal vez fue mi imaginación.•-Pensé mientras volvía a concentrarme en las clases de química.



-Mlle frère aîné Francis veut aussi un câlin vôtre=Señorita, el hermano Francis también quiere un abrazo tuyo.

Hetalia Pandora's BoxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora