Hetalia Pandora's Box

39.0

Los gritos que más reinaron en la sala del cine fueron los siguientes:
"A su p*ta madre!!!"
"El cerdito!!!"
"No me agrada el gordo panza alegre!!!"
"Mi*rda!!!!"
"Él lo lograra porque es el hero!!!"
"Ah!!!!"
"A hueso, eso le pasa por p*to!!!"
Las chicas y Alfred no nos avergonzamos de gritar a todo pulmón lo que pensábamos. Al salir del cine, la mayoría conversábamos de lo genial que había sido como se habían devorado al tipo que a todas nos caía gordo. Para antes de darnos cuenta, habíamos terminado conviviendo amistosamente por más imposible que eso sonara. Después de ese día, comenzamos a juntarnos más en lo que resto de las vacaciones, y para cuando nos dimos cuenta, ya habíamos entrado a clases, todo había seguido "normal".
Las ánimas habían atacado algunas veces en vacaciones, más, no fueron demasiadas. Yo en lo personal me había encariñado con los chicos. Llegando así a tener una buena relación de amistad con Olliver, Allen, François, Kuro, Luciano y los chicos que faltan.
Termine de comer la hamburguesa que había hecho mi mamá para la comida del día de hoy. Me concentre en comenzar la tarea de estadística y poco después, me dispuse a realizar la tarea de antropología. El tiempo paso, y con ello, mis deberes de la escuela terminaron. Ya había tratado de alejar el pensamiento de que Olliver y sus amigos tenían algo que ver con las animas, por más que una parte de mi todavía desconfiaba de ellos. esa parte de mi era fácilmente silenciada cuando los buenos recuerdos que teníamos juntos, las sonrisas por las bromas de aquellos chicos... Personas así no podían ser malas, estaba completamente segura de ello.
-*•*Nita, sé que te agradan los chicos, pero, no olvides que muchas personas tienen la mejor máscara para pasar desapercibidos.*•*-Comento Marian, logrando con esto, causarme un desagradable sabor de boca. Asentí entre dudosa y levemente desanimada. Me acosté un momento, más no fue ni por cinco segundos pues sonó que tocaron a la puerta. Pocos segundos más tarde está se abrió ligeramente.
-Ana Mar, Arthur está aquí.-Dijo Estebi mientras adentraba su cabeza por la puerta. Confundida baje después de que Estebi me dejara sola.
Al llegar a la sala del comedor, las esmeraldas de Arthur chocaron con mi mirada café chocolate.
-...-No dijo nada, más se sonrojó ligeramente.
En eso recordé algo que debería de considerar "importante"... Solamente vestía una playera holgada de la selección de fútbol de México y unos shorts pegados al cuerpo color gris mate... En resumen, estaba en pijama, descalza, con el cabello suelto... Melda!!!
-Five seconds!!!-Exclame en su lengua natal para salir "volando" a mi cuarto para cambiarme. Mi pijama fue remplazada por unos jeans desgastados de las rodillas, una playera semiholgada que me había regalado Kiku, la cual tenía estampado el kanji de amor, el cual tenía la bandera de Inglaterra como diseño especial. Me puse rápidamente unas botas negras con tacón de 5 centímetros, mi cabello fue sujetado en una coleta medio desordenada, ya que la peine con mis dedos. Por último tome los lentes y me los puse, pues antes los había dejado sobre el tocador después de que había terminado mis tareas.
Al bajar, tome un poco de aliento.
-... Ho... Hola...-Saludo tímidamente el británico, no pude evitar emboscar una sonrisa nerviosa.
-...Holiwis...-Salude en respuesta a su saludo.
Antes de que ambos pudiéramos decir alguna otra cosa, Luis entro al comedor, traía su violín en la mano. Tomo unas partituras que estaban en uno de los sillones.
-Buenas tardes.-Le dijo al cejón, Arthur miro a mi hermano menor y luego su violín.
-Buenas tardes.-Saludo después de pocos segundos.
-... Sabes tocar???-Le pregunto el castaño, mientras enseñaba su instrumento musical.
-Sólo un poco.-Confeso el anglosajón. Sonreí, yo ya sabía que él tocaba varios instrumentos. Claro que lo había descubierto después de cacharlo tocando el piano en el salón de música, al lado de un chico algo aristócrata que se llamaba Roderich, si es que mi memoria no me jugaba una mala broma. Gracias a eso, Arthur me había contado que sabía tocar piano, guitarra eléctrica y un poco de violín.
-... Cuida de la hobbit, tiende a distraerse fácilmente y también es un poco cabeza hueca.-Sentenció Luis para salir de la sala donde nos encontrábamos. Estaba a punto de gritarle que su novia era la verdadera hobbit, cuando Arthur entrelazó su mano con la mía.
-... Ven conmigo...-Comento para hacerme abandonar mi hogar mientras el seguía sujetando mi mano, haciéndome sentir miles de descargas en mi cuerpo.