13 🍷 Matrimonio

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Habitación de Himeko

Light decidió que ir a la casa de Himeko sería la mejor opción para hablar de todo lo que había ocurrido. La chica pensaba que su madre estaría, pero había salido.

Estaban en su cuarto, en silencio. Ella estaba sentada en la cama, llorando, y Light estaba sentado en la silla del escritorio, esperando a que se calmase. No se había sentado a su lado porque quería dejarle algo de espacio.

-No sé porqué lloro - comentó limpiándose las lágrimas. El chico la miró. - Es demasiado...

-No voy a amenazarte diciéndote lo que pasará si le cuentas a alguien que soy Kira - dijo Light. - No quiero hacerlo. A ti jamás te haría daño-

-¿Querías matar a la agente? - Preguntó refiriéndose a Naomi Misora.

Light se levantó y se sentó a su lado.

-En absoluto, siento mucho su muerte - contestó el chico. - Ojalá esto no hubiera pasado, era una mujer brillante.

Himeko asintió pensativa.

-Ya sabes lo que opino de Kira, lo hemos hablado - dijo ella. - Pero me aterra que puedan hacerte daño...

-No me va a pasar nada - respondió tomándola de las manos. - Y menos si te tengo a ti a mi lado, cuidándome.

Al ver la cara de emoción de Himeko, Ryuk comenzó a reír.

-Parece que te está saliendo bien, Light - sonrió el Shinigami.

-Himeko, si soy un mesías, es para crear un mundo mejor - respondió él. - Un mundo únicamente poblado por gente recta y justa, de buen corazón. Tú me has inspirado a crear ese mundo.

-Light... - sollozó con los ojos llenos de lágrimas.

-Hace unas semanas, llegó a mis manos un cuaderno con el que, escribiendo el nombre y teniendo la cara en mente, podía matar a cualquier persona - comenzó a contar. - En un primer momento me pareció una broma, pero lo probé y resultó ser real. Con ese cuaderno, me voy a convertir en el Dios de este Nuevo Mundo que voy a crear. Este Nuevo Mundo que quiero que crees conmigo, como mi Diosa.

Light se acercó a la joven y la besó apasionada mente. Himeko correspondió abrazándole y dejando que las lágrimas corriesen por sus mejillas.

-Te amo, Light - susurró ella. - Soy tan afortunada de ser la mujer de un hombre tan grande como tú.

-Oye, ¿no nos vas a presentar o qué? - Preguntó Ryuk.

El chico suspiró y se sacó el trozo de cuaderno que llevaba en la chaqueta.

-Lo siento, Himeko, pero ahora llega la parte mala - gruñó dándole el papel. - Intenta no asustarte, por favor.

La chica gritó de terror y se escondió detrás de Light al ver por primera vez a aquella criatura.

-Hola, Himeko - saludó Ryuk. - ¿Qué tal? Soy el Shinigami de Light. Me gustan mucho las manzanas, así que puedes darme todas las que quieras para que nos hagamos amigos.

-Por lo visto todos los cuadernos vienen asociados a un Dios de la Muerte - suspiró el chico. - Y por desgracia a mí me ha tocado este.

-¡Oye! ¡Podría matarte, no hables de mí como un cromo! - Gruñó el Shinigami.

-Light... - murmuró Himeko, agarrándole de los hombros.

-No te preocupes, no va a matarme - contestó el chico. - Se aburriría.


Días Después...

Light terminó de explicarle a Himeko lo relacionado con el Caso Kira y el cuaderno de muerte. La chica accedió a ayudarle en todo lo que hiciera falta pero le pidió que ella escribiese en el cuaderno solo en caso de emergencia.

Los policías que investigaban el caso estuvieron revisando junto con L las cintas de grabación de los lugares públicos donde habían muerto algunos de los agentes del FBI que fueron enviados a Japón por el caso.

Respecto a la cinta de Raye Penber, el detective se fijó en el sobre que se dejaba dentro de un vagón antes de desfallecer, además de los extraños movimientos que hizo en el tren. Parecía que había tomado líneas sin sentido. Cuando estaban investigando, recibieron una llamada informando de la desaparición de Naomi Misora.

-Escuchad, quiero que nos centremos en investigar a los individuos a los que estuvo siguiendo Raye Penber en Japón - pidió el detective. - Creo que Misora tenía información privilegiada y que Kira se nos ha adelantado.

-¿Crees que entre ellos estará Kira? - Preguntó Kaito.

-Es probable - asintió él.

-Y dinos, ¿a quiénes estuvo siguiendo exactamente? - Preguntó Soichiro. - Porque tienen que ser dos miembros de la policía japonesa.

-Uno es el jefe Seigi y su familia - respondió L. - El otro es el jefe Yagami y su familia. 

-¿¡Cómo!? - Exclamó Kaito. - ¿¡Pero cómo van a ser mi mujer o mi hija Kira!?

-¡O mis hijos y mi mujer! - Añadió Soichiro.

-Lo siento, pero iremos a sus casas e instalaremos una red de micrófonos y cámaras ocultas - contestó el detective.

-¿¡Cómo vamos a instalar cámaras ocultas en casa de los jefes!? - Intervino Matsuda. - ¡No tiene ni pies ni cabeza!

-Además de que no podemos hacer eso, es ilegal - añadió Aizawa. - Como nos pillen, se nos cae el pelo. Es imposible, no debemos hacerlo.

-Os recuerdo que más que el pelo o el empleo, nos estamos jugando la vida en esta investigación - contestó L.

-Pero que estamos hablando de mi hija, los hijos de Yagami y nuestras esposas - les defendió Kaito. - ¿Cómo va a ser uno de ellos un asesino en serio? L, por favor.

-Bueno, no les conozco personalmente - contestó el detective.

-¿Qué probabilidades crees que hay de que el asesino esté entre ellos? - Preguntó Soichiro, soltando un suspiro.

-Pues un 10%... - estimó L. - No, diría que un 5.

-¿Y te la piensas jugar de esa manera por un 5%? - Preguntó Matsuda.

-Tiene razón - intervino Soichiro. - De momento, no hemos logrado barajar ni siquiera un solo sospechoso claro. Aunque solo tuviéramos un 1% valdría la pena investigar a fondo. 

-Pero jefe... - murmuró Matsuda.

-Estoy indignado porque se sospeche de mí y de mi familia, además de la familia de Seigi... - murmuró el policía. - ¿Tú no?

-Sí... - murmuró el otro policía. - No comprendo porqué se sospecha de nuestras familias, así que adelante, L instálalas. Pero quiero que se haga bien, sin un solo punto muerto en toda la casa. Así demostraremos nuestra inocencia.

-Muchas gracias - contestó L. - Así pensaba hacerlo.

-Pero jefes, no pueden estar hablando en serio - replicó Aizawa. - ¿Es que no han pensado en sus mujeres y en sus hijas? ¡Van a ser observadas!

-Pues claro que lo hemos pensado - gruñó Soichiro. - Ponemos toda la carne en el asador o nada tendrá sentido. Y ahora a callar.

-Lo siento, jefe - se disculparon Matsuda y Aizawa a la vez.

-¿Estás de acuerdo, Seigi? - Le preguntó a su compañero.

El policía asintió.

-Bien... quiero que sepáis que los encargados de vigilar a la familia Yagami seremos solo él y yo - informó L. - Y de la familia Seigi, él y yo. Soichiro, Kaito, si queréis que el otro esté presente, habladlo entre vosotros.

Los policías se miraron entre ellos y asintieron.

-Watari, ¿cuánto tiempo crees que tardarás en tener listo todo el dispositivo? - Preguntó L.

-Diría que un par de días - respondió él. - Pero deberemos esperar a que la casa quede vacía para poder instalarlo.

JUDAS 🍷 Light YagamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora