2 🍷Primer Pecado

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Casa Seigi

Los padres de Himeko aún iban a tardar un par de horas en volver a casa del trabajo, así que estaba sola. Tenía la televisión del salón encendida, con el canal de noticias puesto, mientras hacía sus deberes de matemáticas.

-El asesino que ayer mató a 6 personas en el barrio de Shinjuku sigue parapetado en esta guardería y tiene como rehenes a 8 niños y su maestra - informó un reportero. - La policía ha identificado al individuo como Kuro Otoharada de 42 años y actualmente está en paro. 

"Qué monstruo", pensó la joven mientras tecleaba en la calculadora. "Asesina a 6 personas y luego se encierra en una guardería con 8 niños inocentes y su maestra... Pobres inocentes."

-Estoy muy preocupada por los rehenes - dijo la periodista. - Señor Hashimoto, ¿qué opina usted?

-Espero que este problema se resuelva cuanto antes - contestó el hombre.

Himeko marcó el ejercicio que había terminado y pasó al siguiente. 

-Ah, esperen un instante - pidió la periodista. - Parece que ha sucedido algo.

La joven levantó la cabeza de su cuaderno, viendo en la pantalla a aquel pequeño grupo de niños que corrían mientras lloraban.

-¡Los rehenes están saliendo! - Exclamó el reportero. - ¡Parece que están todos bien! ¡La policía está entrando en el edificio! ¿Van a arrestar al sospechoso? ¡Sí, nos acaban de confirmar la noticia! ¡El sospechoso ha fallecido en el interior de la guardería! ¡Repetimos, el sospechoso ha muerto!

-¿M-Muerto? - Preguntó sorprendida.


Casa Yagami

-¿Que ha muerto? - Repitió Light. Bajó la mirada hacia el misterioso cuaderno y leyó el nombre que había escrito: "Kuro Otoharada".

-¡Los agentes insisten en que no han abierto fuego! - Informó el reportero.

-Quizás se haya sentido acorralado y se haya suicidado - opinó la presentadora.

-Según el testimonio de uno de los rehenes, el sospechoso se ha desmayado repentinamente - dijo el reportero.

"¿Un ataque cardíaco?", se planteó Light, mirando incrédulo la pantalla. "No, es una coincidencia. Tiene que ser una coincidencia."

-¡Light! ¡Ya son las seis y media! - Exclamó su madre, sacándole de sus pensamientos. - ¿No tienes que ir a la academia?

-Sí, me estoy preparando para salir - contestó él.

Light guardó sus cosas en una mochila mientras reflexionaba sobre lo que acaba de pasar.

"Pero si esto realmente funciona, merece la pena volver aprobarlo", pensó él. "Y en tal caso, tiene que ser con un criminal que no sea demasiado importante, puesto que su muerte podría ser ocultada a la opinión pública durante un tiempo y yo quiero resultados inmediatos." 

Light comprobó la efectividad del cuaderno cuando salió de la academia. De camino a su casa, vio a un grupo de moteros que querían agredir a una chica inocente que iba sola por la calle. El que parecía el cabecilla gritó su nombre y apellido así que, sin que nadie viera, Light lo apuntó en el cuaderno. Un camión lo atropelló cuando se dispuso a perseguir a la joven, que había conseguido escapar de ellos.


Día Siguiente

Los alumnos estaban en un intercambio de clase, esperando a que viniese el siguiente profesor. Light estaba sentado tranquilamente en su pupitre, pensando en todo lo que había sucedido el día anterior.

-Ey, Ryo - llamó un chico a otro. Había ido acompañado de su gripo de amigos.

-¿Qué pasa, Sudo? - Preguntó él.

Light levantó la cabeza para ver qué pasaba. Como estaban cerca de él, le habían distraído.

-Préstame algo, anda - rió él. - Con 2000¥ basta.

-¿Q-Qué? ¿Otra vez? - Preguntó el chico.

"Sudo... a él podría cargármelo", se planteó Light, mientras aquel chico amenazaba a su compañero de clase. "No, mejor evitar en lo posible a gente cercana a mí. Aunque no debería tener tantos escrúpulos, que la palmen uno o dos de estos tipejos, no hará sospechar nada a nadie."

Himeko se levantó de su silla, al lado de Light, y se acercó a aquel grupito. 

-Sudo, ¿qué estás haciendo? - Preguntó colocándose al lado de Ryo.

-Finanzas, señorita delegada - respondió él. - Anda, vuélvete, las mujeres no entendéis de esto.

-No, lo que entiendo es que le estás robando a tu propio compañero - contestó seria. - Y eso no está bien. No necesitas ese dinero.

Light miró a su alrededor, algunas personas se habían dado cuenta de lo que estaba pasando y lo habían ignorado.

"Y al resto le da completamente igual porque ellos no son las víctimas", pensó Light. "Si en este mundo solo estuviera poblado de gente recta y de buen corazón como Himeko, sería muchísimo mejor. Si es que, bien pensado, ahora mismo todos me empiezan a parecer basura cuya muerte podría contribuir al bien común."

Antes de que pasase nada más, entró el profesor, así que aquel grupito se tuvo que sentar sin que Sudo le hubiera quitado dinero a nadie. Himeko también volvió a su sitio. Todos se levantaron e hicieron una reverencia.

-Buenos días, chicos - saludó. Todos se fijaron en aquel enorme sobre marrón que traía sobre el brazo. - Ya han llegado las notas del examen nacional. Os voy a ir llamando por orden de lista.

El hombre comenzó a repartir uno a uno. Hacía unas semanas, todos habían tenido que hacer aquellos exámenes que servían para ver cómo era el nivel general.


Tarde

Light y Himeko caminaban en silencio, como ya era costumbre, hacia sus casas después de las clases. Mientras ella se organizaba mentalmente las cosas que iba a tener que hacer por la tarde, él sólo podía pensar en el cuaderno.

"En un mundo donde todas las personas fueran justas, todo sería muchísimo más pacífico", reflexionó. "Los débiles no sufrirían y la humanidad podría evolucionar mucho más rápido."

Light miró a su amiga. Se fijó como hacía tiempo que no lo hacía en su largo y brillante pelo negro. En sus ojos azules que siempre le habían recordado al Cielo cuando ella le había hablado de él. En su pálida y perfecta piel que la hacía parecer una muñeca de porcelana. Y se paró a mirar también sus labios, aquellos que dibujaban una sonrisa tan sincera que siempre sorprendía a todo el mundo.

Light tenía un montón de chicas detrás que estarían encantadas de ser su novia, pero el chico no estaba interesado en ninguna. Siempre había sabido que Himeko era una de ellas y que, seguramente, sería con la que acabaría casándose y teniendo hijos. Sus familias eran amigos y estarían encantadas. Con forme fueron creciendo, ambos dedicaron cada vez más y más tiempo al instituto y Light acabó postergando su amor.

-Enhorabuena por tus notas en el examen nacional - sonrió la chica, sacándole de sus pensamientos.

-Ah, gracias... - murmuró mirándola. - A ti también.

Los dos habían sacado unas notas excelentes.

-Dentro de poco acabaremos el instituto... - comentó Himeko. - ¿Sigues pensando en ser policía, Light?

-Sí - respondió él. - ¿Y tú?

-También - asintió.

JUDAS 🍷 Light YagamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora