28 🍷 Tentación

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Horas después...

El avión descendió hasta el suelo. Una vez aterrizado, Soichiro bajó de él. Light y Himeko observan el punto de aterrizaje gracias a la señal de satélite que Near había proporcionado. 

Ryuk comenzó a reír.

-Vaya, me pregunto qué harán ahora - sonrió el Shinigami. - ¿Piensan hacer ahí mismo el intercambio? ¿En medio de la nada?

-No, no creo - opinó Himeko. - No se ve a nadie alrededor.

Soichiro caminaba solo por una zona desierta en la que no había más que arena. Unos segundos más tarde, en el suelo se abrió una trampilla, la entrada a un búnker subterráneo.

-Mierda - gruñó Light. - Está claro que tenían previsto lo del satélite. A partir de ahora, no podremos ver sus movimientos.

-Por Dios, que todo vaya bien - pidió.

Búnker

Soichiro bajó las escaleras, entrando al búnker. El hombre levantó la mirada, viendo a su hija en una especie de jaula de cristal.

-Sayu... - murmuró.

La joven dio un par de golpes al cristal y gritó, pero no sirvió de nada.

Al otro lado de la jaula, apareció un hombre con una máscara que le cubría todo el rostro. Llevaba una pistola en la mano. La levantó y disparó un par de veces al cristal. Sayu le miró aterrorizada.

-Cristales blindados - dijo el hombre. - Este lugar lo utilizaba hace algún tiempo una organización criminal para realizar sus intercambios. Aunque lo hemos adaptado un poco. Ahora deje el cuaderno aquí - pidió señalando una ranura rectangular. - Cuando lo haya hecho, daremos un paso atrás y yo pulsaré este botón para hacer que el cristal gire. De esta forma, el cuaderno quedará a mi lado y su hija al suyo. Si se niega, la dispararé - dijo colocando la pistola en una ranura que conectaba con el espacio en el que estaba Sayu.

Soichiro miró al hombre con cierto odio, no le daba opción, no podía salvar a su hija y al cuaderno.

Los Ángeles

Light suspiró molesto. De pronto, el teléfono comenzó a sonar. Descolgó irritado al ver que era ese tal N.

-L, ¿alguna sugerencia? - Preguntó Near, después de ver a Soichiro desaparecer en el subsuelo. - Supongo que no sería de tu agrado que el cuaderno termine cayendo en las manos más equivocadas.

-De momento no - dijo antes de colgarle.

-Light, no deberías haber colgado de manera tan brusca - le regañó Himeko.

-Mierda, todo está saliendo al revés- gruñó ignorándola. - Y yo acabo de llegar a Los Ángeles, no estoy para hacerme pasar por L y solicitar ayuda a los cuerpos policiales. A este paso, el cuaderno...

-No pasa nada, Light, lo recuperaremos - dijo poniéndole una mano en el hombro. - Y es el de la policía japonesa, no los que tenemos nosotros.

-Cierra el pico, Himeko, y piensa en algo - gruñó cabreado. Cerró el puño y le dio un golpe a la mesa. - Un nuevo enemigo se ha sumado a la caza de Kira, supongo que entenderás que ahora no podemos bajar la guardia. ¡No me eres de utilidad si solo me consuelas!

-Menudo cabreo lleva encima - comentó Ryuk.

Himeko se levantó y se fue de la sala, dejando a Light solo.

El chico llevó una mano a su reloj, tiró de la rueda cuatro veces y sacó el trozo de cuaderno que guardaba en un pequeño compartimento.

"Aún estoy a tiempo", pensó. "No me va a quedar más remedio que... matar a Sayu."

JUDAS 🍷 Light YagamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora