27 🍷Desde Ur de los Caldeos hacia la tierra de Canaán

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Día Siguiente

Shin se sacudió como un perro, haciendo que su pelo llenase todo el baño de gotas de agua. Miró a su madre y rió al ver cómo se limpiaba las gotas de los ojos.

-Eres un gamberro - sonrió Himeko, haciéndole cosquillas. 

-¡Basta, mamá! - Exclamó revolviéndose entre risas.

Unos segundos más tarde, la joven se detuvo y cogió una toalla. Se la enrolló al cuerpo y, antes de que pudiera coger otra para secarle el pelo, Shin la abrazó.

-Te quiero mucho, mami - sonrió. - Eres la mejor.

Himeko sonrió y correspondió al abrazo de su hijo.

-Y tu el mejor hijo del mundo - contestó ella.

Tras tocar la puerta, Light abrió.

-Hola, papá - le saludó Shin.

-Hola, hijo - contestó él. - Himeko, tengo que hablar contigo.

La chica se levantó y le dio otra toalla a Shin. 

-Ve secándote tú, ¿vale? - Preguntó mirándole. El niño asintió. - Ahora vuelvo.

Tras salir del baño, cerró la puerta y fueron a la habitación.

-¿Ha ocurrido algo? - Preguntó Himeko.

-Saldremos mañana a las 6 de la mañana - dijo Light. - Así que hay que hacer las maletas y llamar a tu madre para que se quede unos días con Shin, la mía estará mal con lo de Sayu.

-¿Cómo que saldremos? - Repitió la joven.

-A Los Ángeles, llevaremos la operación desde allí - contestó el chico.

-Puedes ir tú solo - respondió Himeko. - Yo me quedo aquí con Shin. Llévate a nuestros padres y a Mogi o Aizawa.

-No, eres mi mujer y tienes que venir conmigo - repuso Light. - Shin se puede quedar con tu madre sin problema.

La joven suspiró, molesta.

-Además, acabo de sacar los billetes - añadió él.

-¿Y ni siquiera me has consultado? - Preguntó cruzándose de brazos.

-Es que no hay nada que consultar - contestó el chico. - Tienes que venir ayudarme como esposa y como policía. Te recuerdo que a la que han secuestrado es a mi hermana.

-Y yo te recuerdo que ha sido porque eres un imprudente y te precipitaste matando a Takimura - respondió Himeko. La joven suspiró y se sentó sobre cama. - Y que podría haber sido nuestro hijo...

-Ey, cálmate - pidió Light. Se agachó delante de ella y le puso las manos sobre los hombros. - Todo va a salir bien, ¿vale? Lo estoy consiguiendo.

-Estamos - le corrigió ella. - No has hecho esto tú solito.

-Cierto - sonrió mirándola. - Te tengo a ti a mi lado.

-Lo siento, Light, es que solo de pensar que algo le podría pasar a Shin... - murmuró con la voz temblorosa.

-No te preocupes, todo saldrá bien - aseguró el chico.

De pronto, la puerta de la habitación se abrió. Shin apareció con los pantalones de pijama puestos, pero sin la parte de arriba.

-Mamá, no encuentro la camiseta - dijo él.

-Te he puesto el pijama de los ositos encima de la cama - contestó Himeko. 

-Es que quería el de dinosaurios - respondió.

-Voy - suspiró levantándose.

-No, déjalo, voy yo - intervino Light, incorporándose. - Tú ve haciendo las maletas.

JUDAS 🍷 Light YagamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora