< Parte cuadragésimo séptima >

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Pov Anna.

Remuevo la yerba caliente dentro del matero de Boca taza, suspiré tomando nuevamente cebando el mate; permanecía sentada en el balcón meditando lo ocurrido hace ya una semana. Mis padres ya se encuentran en Uruguay, Jude y su madre llegaron de Inglaterra anoche; Federico sigue sin comunicarse conmigo, solo estoy hablando con Mina.

- Escúchame Fe, no me gusta esta situación... Nunca pasamos por esto, siempre supimos resolver los problemas entre nosotros, por favor pensá en lo que dijiste. Te quiero, llámame cuando puedas- apreté el micrófono de WhatsApp, literalmente había como cuarenta y nueve mensajes de voz míos, sin contar las millones de llamadas que me rechazaba.

Toqué las patitas de mi gato en mi regazo, tenía ganas de llorar de nuevo, es muy triste para mí estar peleada con mi hermano; siempre estuvo para mí y saber que no quiere hablarme me destruye. Escuché unos golpes en la puerta y me fijé la hora en el celular, son las nueve de la mañana, me puse la pantuflas en los pies y caminé hacia la puerta algo confundida.

Pero si estaba confundida antes, imagínense una vez que abrí la puerta y me encontré con la sonrisa radiante del brasileño, quien tenía unas bolsas en las manos.

- Bom Dia!!- me saluda animadamente acercándose a mi para dejar un pequeño beso en mi mejilla.

- Holaa Raph, no esperaba tu visita - traté de no sonar mal, posta.

Él se encogió de hombros y me hizo una seña pidiendo permiso para ingresar al departamento. Me hice a un lado y le dí acceso a su cuerpo para que pasara, cerré la puerta siguiéndo sus pasos con la mí mirada.

- Ah, llegué en mal momento?, ¿Estás con Bellingham?- cuestionó dejando las bolsas en la isla de la cocina, si parecería que está en su casa.

Arrugué el entrecejo y me crucé de brazos, en ese momento mi gato llega a la cocina y él se arrodilla para levantarlo en sus brazos, bueno, Raphinha siempre adoró a Román.
- Holaa meninoo- le da varios besos en la cabeza, mientras el gato ronronea.

- En realidad no, bueno acabo de levantarme. Solo no me avisaste que vendrías- le expliqué aún sorprendida por su extraño buen humor.

Es decir, la última vez que nos vimos se fué algo molesto por descubrir mi relación con el británico. Su retorno de esta manera, me sorprende un poco mucho.

- Quería sorprenderte con un desayuno, además, somos amigos... Nos podemos visitar - se encogió de hombros sacando alguna galletas y un litro de jugo de manzana de las bolsas que trajo.

Asentí con la cabeza no muy convencida y le alcancé unos vasos para que sirviera el líquido, agarró un plato de la encimera y colocó allí algunas galletas.

- Desde luego, pero esperaba por lo menos un mensaje... No me has llamado estos días - comenté mientras ambos nos sentamos en las banquetas que rodeaban la isla.

- Fuí a Brasil, estuve ocupado... Después de todo estás por comenzar una relación, supongo que necesitas tu espacio - musitó llevándose el vaso a los labios, entrecerré los ojos con desconfianza.

- Siempre podemos charlar Raph, a Jude no le molesta, pues tiene su lugar y él sabe cuál es - comente segura de mis palabras, tomé una de las galletas del plato.

Él se encogió de hombros realizando una mueca con los labios.

- Claro, siempre que Fede no lo sepa... Porque supongo que sería un gran problema si llegase a enterarse - murmura observando las galletas como si fueran lo más interesante del mundo, rodé los ojos con molestia - creo que deberías contárselo, antes de que se entere por otros medios...

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