< Parte trigésimo quinta >

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Narrador.

El Bernabéu se veía imponente como todos los días que el Madrid jugaba en casa, la gente venía de todos lados a apoyar al equipo merengue. Anna llevaba a Benicio a su lado en el asiento de copiloto, mientras el pequeño le contaba qué había hecho en la semana con sus abuelos en Buenos Aires; no se cansaba de escucharlo, por más que ya había pasado semas de que habían vuelto a España.

- Hay mucha gente tía- murmura el pequeño agarrándose de la mano de la castaña.
El guardia de seguridad le hace señas para que lo sigan por el estacionamiento.

- Vení, no me soltes la mano, si?- le pide agachándose a la altura del niño, este asiente con la cabeza sonríendo.

La chica sonríendo besa su frente y comienzan a caminar desde el estacionamiento siguiéndo al guardia que los guía al palco asignado para los familiares del equipo.

Benicio llevaba consigo su muñeco de Batman, ambos tenían la camiseta del Madrid con el dorso número quince y el apellido Valverde.

- ¡Mira allá está Mili!- comenta el niño señalando al brasileño.

Ambos lo saludan con la mano una vez que los logra reconocer entre el público, estaba en las gradas bajas cerca del banquillo.

- Vamos a sentarnos ahí - le indica la castaña haciendo referencia a las gradas más cercanas a la baranda, ahí tendrían una mejor vista.

Debajo de ellos se encontraba la hinchada de su equipo, mientras que a un costado estaba la ruidosa afición del Villarreal. La chica sonrió recorriendo la mirada en las ensañadas gradas de su estadio favorito, un recuerdo nostálgico llega a su memoria.

Flashback

Federico se mordía los labios y mantenía los codos apoyados sobre sus rodillas con la mirada puesta en el juego, el equipo merengue estaba perdiendo por un gol de diferencia. Ya había hecho los últimos dos cambios, perdía la esperanza de debutar ese día, pues el entrenador lo estaba haciendo calentar a Lucas Vasquez.
- Valverde, arriba. Estás dentro - le indicó el segundo técnico, casi se le sale el corazón por la boca de la emoción.
- Si entrenador- logra pronunciar levantándose de la banca sintiendo como cada uno de sus bellos erizarse.
Besó su pulsera blanca, el regalo de su hermana y empezó a colocarse los botines.
- Vamos amigo, enhorabuena!- alienta Vázquez golpeando amistosamente su espalda, él sonríe emocionado tallando con sus manos su camiseta blanca.
Pisa el césped acercándose al borde del campo, sentía un hormigueo subir de la punta de los dedos del pie hasta sus cabellos castaños, como si fuera la primera vez que jugaba al fútbol.
El número de su camiseta aparece en la tabla del albitro, y su nombre retumba por las bocinas de sonido indicando el cambio, Marcelo se acerca para el cambio de bandas. El uruguayo le da un abrazo al moreno que le desea lo mejor y camina al banquillo, Federico corre al centro del campo sintiendo sus pulmones llenarse de aire, eleva la mirada hacia el público que lo recibe con un caluroso aplauso.
- ¡Vamos Fede!- alienta Toni Kroos, el ídolo mayor del jugador, siente su corazón querer explotar...No sabía si podría explicar algún día tantas emociones que lo atravesaron ese día.
Sus ojos se encuentran con la imagen de su familia, sus padres aplaudiendo y llorando abrazados lo alentaban orgullosos, su novia y su hermana gritaban su nombre con los brazos abiertos; una sonrisa enorme se forma en sus labios, y los saluda con las manos en alto, todo esto era para ellos y por ellos.

Fin flashback.

Anna sonríe aplaudiendo a los jugadores que ingresan a la cancha para la preparación física, nota a su hermano mayor entre los jugadores; ambos se sonríen y se saludan con los brazos abiertos.

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