Dion huele a las plantas que crecen en las afueras del castillo, a las flores de las orillas de los ríos, a los troncos de los árboles más viejos. Tiene una piel tibia que me recuerda a los rayos del sol cuando duermo sobre el pasto del jardín. Huele a la miel de los panales y al viento que viene del bosque, y últimamente huele a Casio, también.
A veces me acurruco justo entre los dos para dormir, y esas son las mejores noches de mi vida. Otros días me piden que salga del cuarto, pero a la mañana siguiente, Casio me lo compensa. Siempre sabe cómo hacerlo.
—¿Quién es la perrita más preciosa de este mundo? —pregunta, mientras acaricia el espacio detrás de mis orejas. Yo lo miro con atención, en espera de la respuesta, y mi corazón se acelera en anticipación. ¿Será que soy yo?—. Niebla, por supuesto.
¡Qué alivio! Respondo con un ladrido y él asiente con una sonrisa. Cuando me acerco más a él, puedo sentir el rastro vegetal de Dion sobre su ropa. Su olor habitual, que tiene un dejo de fuego, está ahora entremezclado con el de bosque. Hay otra cosa, además, un murmullo interesante, algo que brota de su interior, como un río. Cada día se vuelve más fuerte. Quiero entender qué es, así que apoyo la nariz contra su piel y me quedo pensando.
—¿Qué pasa? —pregunta Casio, y se arrodilla frente a mí—. ¿Huelo mal?
—Puede oler tu magia —dice Dion, que viene desde el cuarto.
Casio respira aliviado, mientras Dion se acerca para apoyarse sobre su hombro.
—¿A qué huele la magia?
—Depende del tipo de magia —responde Dion—. Aunque más que oler, diría que vibra. Cuando un ser o un objeto tiene magia, late de una forma distinta.
—Ah, tiene sentido. Sí diría que todo vibra cuando estoy contigo...
La mano de Casio, todavía sobre mi cabeza, se calienta y tiembla un poco. Los olores de él y de Dion se encuentran en el aire, que se mueve a nuestro alrededor. Hace cosquillas, me imagino que por eso es que Dion ríe. Casio se contagia y busca su boca. Me imagino que sabe muy bien, porque se queda un buen rato saboreándola.
—Cuando sepas más de magia podrás comunicarte con Niebla sin intermediarios —murmura Dion, sin separarse del todo de Casio.
Los ojos de Casio brillan al escuchar aquello. Yo muevo la cola, me emociona la idea también. Él siempre me dice que soy la mejor, pero yo no he podido decirle que él es el mejor humano del mundo.
—¿Podemos adelantar las prácticas de hoy? Aunque tendría que ser después de la reunión con los delegados de Solonia. Además, llegaron antes de lo previsto y debería mandar a buscar a Arami para que venga lo más pronto posible...
Paro las orejas al escuchar ese nombre. Arami viene desde otro lugar, así que tiene un aroma distinto al de la mayoría. Huele a noche, a rincones escondidos y oscuros. A hierbas que no conozco.
Encontrarlo no suele ser difícil, aunque puede que hoy se complique un poco. En estos días estamos en el castillo de la ciudad, para recibir humanos que vienen de distintas partes a reunirse con Casio, así que está lleno de olores extraños, interesantes. A pesar de eso, me pongo en marcha de inmediato. Al bajar las escaleras desde la torre me llega el aroma a comida recién preparada y me desvío hacia la cocina, para ver si puedo rescatar algo que haya caído al suelo.
Alhelí está sobrevolando la zona de los bollos de miel y es la primera que nota que estoy allí. Con una miga en los brazos, se acerca volando y se sienta sobre mi cabeza.
—¿Quieres probar el mejor pan de tu vida? —me pregunta.
Claro que sí, así que la sigo hasta una mesa, donde me muestra uno que está muy cerca del borde. Solo hace falta un toque con la nariz para hacerlo caer, y segundos después lo tengo en la boca.
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El príncipe de las hadas (completa)
Fantasy(LGBT+) Un joven rey invoca a un príncipe hada para realizar un ritual mágico que mejore su suerte. ¿Qué tan mal podrían salir las cosas cuando el amor surja entre ellos? Fantasía/aventura/romance. Ganadora de un par de premios en los Wattys 2021...