18. Te amo y adiós

8.3K 1.2K 2.1K
                                    

Dion tuvo que hacer uso de toda su voluntad para controlar la ansiedad y evitar que el halcón comenzara a gañir o saliera volando

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dion tuvo que hacer uso de toda su voluntad para controlar la ansiedad y evitar que el halcón comenzara a gañir o saliera volando. Se concentró en la baranda sobre la que estaba posado y en aferrarse a ella con las garras a como diera lugar.

Rufus lo escudriñó durante un buen rato, entrecerrando los ojos, pero al final desvió la vista y volvió a hablarle a Niebla.

—¿Te vas a quedar ahí abajo? —Rufus se puso en cuclillas y miró en dirección al lugar en donde la perra se escondía entre las plantas—. Supongo que extrañas a Casio y que me odias. Es entendible. Yo también...

Esto último lo dijo en voz tan baja que Dion se preguntó si había escuchado bien. Ese Rufus, de hombros caídos y aspecto abatido, no era el que había esperado encontrar.

—¿Sigues tratando de ganártela? —preguntó una voz femenina.

Primero, Dion escuchó los pasos, y luego vio aparecer a Dalia, que se paró junto al lugar donde Rufus seguía intentando captar la atención de Niebla con las manos. Se rindió, al final, y se levantó con un resoplo.

—No está funcionando —dijo Rufus refregándose los ojos—. ¿Tú sigues sin saber dónde están Casio y el hada?

—Después de la última vez en que estuve a punto de encontrarlo, la señal se difuminó y luego se perdió.

Las plumas del halcón se contrajeron cuando Dion recordó la noche en que había tenido la visión de Dalia saliendo del pozo, mientras intentaba ayudar a Casio. Esa tenía que ser la vez de la que ella hablaba ahora.

—Pero esa vez venía del bosque en la frontera con Solonia, ¿verdad? —preguntó Rufus.

—Sí. Imagino que Nora debe de haber ido con su maestro y quizás él haya creado una barrera energética. Pero hoy hay luna llena y Nora dejó cosas atrás cuando se fue. Su barrera no será suficiente con lo que tengo en mente, encontraré en qué parte del bosque se esconden.

La pregunta que hizo Rufus a continuación confundió a Dion:

—¿Y crees que Casio esté bien? No olvides tu promesa. No quiero que muera.

—Si hubiera muerto, yo lo hubiera percibido, sin importar la barrera.

—Tenemos que encontrarlos rápido. Tú sientes que la reina guerrera se está moviendo de nuevo, ¿no? El clima se enrarece cuando ella se acerca, y las noticias dicen que hay una racha de frío en Doslunas; quizás haya decidido desviarse hacia allí antes de volver aquí. No creo que haya renunciado a nosotros, y haré lo que sea para salvar este reino. Al menos eso le debo a Casio.

—Pero necesitamos al hada —dijo Dalia, apretando los puños.

Se miraron sin decir palabra, la boca de Dalia convertida en una línea recta y cortante, y el rostro de Rufus rígido y ojeroso. Rufus asintió.

—Está también el tema de los rebeldes —murmuró Rufus—. Al consejo le preocupa, pero creo que en estos momentos es secundario. Estoy pidiendo que mantengan los ojos abiertos sobre la gente que expresa dudas sobre mí. Algunos son sinceros, otros podrían ser agentes buscando reclutar.

El príncipe de las hadas (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora