Después de salir de lo más profundo del bosque, donde los caminos se perdían entre la vegetación, tomaron por fin una ruta principal. Esta era amplia y con huellas de tránsito reciente. A los costados del camino comenzaron a aparecer casitas y pequeñas granjas. Mientras avanzaban, Dion se concentró en el viento que llegaba en dirección contraria y lo invitó a rodearlos y soplar a su favor, imbuyéndolo de su magia con la esperanza de que esto aliviara el esfuerzo de los caballos. El aire respondía mejor de lo que había esperado a sus pedidos, desde que Dion se había abierto a la posibilidad de colaborar con él.
Al seguir adelante, se cruzaron con algunos mercaderes, pero también con algunos pequeños grupos de tropas cuya mirada dura y porte rígido hizo estremecer a Dion. Su presencia contrastaba con el paisaje tranquilo, un recordatorio de que estaban avanzando por una ruta regada de vidrios rotos.
Más adelante, el camino los llevó a atravesar lo que quedaba de un pueblo abandonado, con un aire similar al aspecto de la torre donde Rufus había retenido a Dion. ¿Pertenecería a esa misma época? Dion se aferró a Casio con más fuerza; se sentía observado, aunque no hubiera nadie mirándolos. Las ventanas de las edificaciones vacías se asemejaban a las órbitas oscuras de una calavera.
—¿Qué pasó con este lugar? —preguntó Dion.
—Fue atacado por un dragón hace muchas décadas, antes de que yo naciera. Era un dragón venenoso; aunque consiguieron derrotarlo, el lugar quedó contaminado y fue abandonado. Ahora lo llaman la Ciudad Muerta. ¿Ves aquello que se ve como una colina en medio de los edificios? Es el lomo del dragón, que sigue estando en el lugar donde murió.
Dion miró hacia la ciudad: una elevación emergía entre las estructuras semiderruidas. ¿Sería el estado de la ciudad solo obra del paso del tiempo y el descuido, o sería también a causa de aquella batalla? Vio un edificio al que le faltaba una parte del piso superior y se imaginó al dragón llegando desde el cielo y destruyéndolo de un coletazo.
—¿Es común que pasen cosas así con dragones?
—No, es muy raro que se dejen ver. Ese ataque fue provocado por un grupo que quiso robar un huevo de su cueva.
Desde su escondite, entre los pliegues de la ropa de Dion, Alhelí intervino:
—¡Bueno, entonces se lo merecían!
—No puedo decir que no entiendo al dragón —respondió Casio después de una pausa—. Es una lástima que la acción de unos pocos condenara a un pueblo entero.
—Más vale que ya no sea venenoso pasar por aquí —dijo Alhelí.
—No. Durante mucho tiempo, esta ruta estuvo en desuso, y mucha gente se acostumbró a usar una alternativa para llegar a la capital, que hasta hoy es la más transitada. Pero hace unos años esta volvió a usarse, aunque el lugar sigue vacío.
A medida que el pueblo abandonado quedaba atrás, la ruta volvió a tomar vida. El hechizo de Nora parecía funcionar bien, porque las personas pasaban a su lado sin mirarlos más que de pasada; aunque Dion, que no estaba seguro de haber hecho suficiente para pasar desapercibido con su propia magia, hacía lo posible para escudarse detrás de Casio.
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El príncipe de las hadas (completa)
Fantasy(LGBT+) Un joven rey invoca a un príncipe hada para realizar un ritual mágico que mejore su suerte. ¿Qué tan mal podrían salir las cosas cuando el amor surja entre ellos? Fantasía/aventura/romance. Ganadora de un par de premios en los Wattys 2021...