Uncommitted

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  Retrocedamos varios días y mencionemos el hecho de que Jimin y Jungkook llevaban más de una semana hablando antes de que llegara el momento de conocerse.

Los buenos días por parte del rubio fueron frecuentes y las llamadas nocturnas por parte del menor lo eran de igual forma.

Se compartían fotos de sus comidas, y alguna que otra imagen suya, subida de tono; mayormente por parte de Jungkook ya que Jimin seguía sintiéndose cohibido.

  En el avión fue callado, el tiempo de vuelo era corto y esa misma noche llegaría al aeropuerto de Tokio. Los nervios tenían la piel de sus labios rota de tanto morderlos, la carne al rededor de sus uñas estaba de igual forma y su estómago se negaba a recibir bocado de lo más mínimo. En sus veintinueve años nunca se había sentido tan ansioso por conocer a alguien y en otro momento tal vez habría dicho que no. Pero ¿Se podría repetir algo así en su vida? Un hombre importante y atractivo como Jeon, interesado en él?

Cómo en un abrir y cerrar de ojos, el avión estuvo aterrizando y con miedo, se bajó sosteniendo su maleta.

Jungkook no lo iba a esperar en el aeropuerto por obvias razones, sin embargo le envió un conductor privado que al verlo, se acercó a él — ¿Park Jimin? — preguntó.

— S-sí — a penas podía hablar.

— El señor me mandó por usted para llevarlo a su departamento.

El rubio asintió y lo siguió hasta el vehículo. Una vez ahí, la sensación de fatiga se hizo más fuerte. Si el carro no se detenía iba a vomitar sobre los asientos — Señor, por favor. Puede frenar un momento — pidió abriendo la puerta una vez lo había hecho y respiró varias veces de forma errática. Ya no estaba seguro de llegar hasta allá... Tenía mucho miedo.

— ¿Se encuentra bien? — preguntó el chófer, un tanto preocupado.

— Sí... Es solo que, el viaje me mareó un poco — se excusó, cerrando la puerta otra vez. Sabiendo que aunque quisiera, no había vuelta atrás.

Sacó un espejito y acomodó su cabello, buscando verse lo menos patético posible y en al menos media hora después se estaban estacionando frente a un complejo de departamentos lujosos. Jimin tragó saliva cuando el conductor lo guió hasta el ascensor y se despidió cortésmente.

              Narrado por Jimin

  El sudor en mis manos era excesivo. Intentaba regular mi respiración para no lucir como un idiota pero los nervios, sumados a la mala alimentación que tuve ese día; solo jugaban en contra de mis reacciones.

Cuando la puerta del ascensor se abrió, quedé de frente con él. Para mí, fue un choque de sentimientos porque, aunque lo había visto en fotografías, nada se comparaba al aura y aspecto imponente que tenía en persona.

Su altura, su condición física, su rostro calmado y perfume masculino. Iba vestido de forma deportiva, con una camisa manga larga adherida a su bien formado torso y unos shorts negros. Sonrió al verme y me tendió su mano, seguido de un ladeo en su cabeza para que saliera del ascensor.

De mi boca no salía nada, estaba simplemente en shock, sintiéndome como Anastasia cuando entró por primera vez en el cuarto rojo de Christian. O como Marcus, cuando Jhon lo arrinconó contra el escritorio en aquella noche ajetreada.

  Su agarre en mi mano era firme y posesivo. Caminó un poco adelante de mí para abrir la puerta y entrar. Una vez dentro, me quitó la maleta de la mano y la dejó al lado de un sofá, procediendo a darme un abrazo.

Creo que fue inevitable que no sintiera los latidos frenéticos de mi corazón. Mis brazos se fueron levantando lentamente hasta que yo también hacía lo mismo, aferrándome a su espalda.

— Eres incluso más lindo en persona — dijo al separarse, mirándome de pies a cabeza. Yo sonreí bajando la mirada, muriendo de vergüenza con mis mejillas rojas. Jungkook pellizcó una — ¿Cómo estuvo el vuelo, comiste algo?

— Bien... Y no, no comí nada — dije en voz baja.

— Pediré algo, ¿vale? — asentí — puedes ponerte cómodo mientras ordeno — se movió por la sala, buscando su celular.

No me preguntó qué quería y sinceramente lo agradecí porque en ese momento no era capaz de ordenar mis ideas. Él se dió cuenta de eso y volvió a dónde yo seguía estático — Relájate, ¿sí?

Volví a asentir y sonreí.

Tomé asiento en el sofá y me dispuse a ver todo. Nunca había ido directamente a casa de un hombre y eso, en cierto modo me hacía sentir como una prostituta. Y es que, realmente iba a eso. Jungkook había sido directo sobre lo que quería conmigo y yo en ningún momento me negué porque en el fondo yo también lo quería. Mi yo fantasioso, mi yo que leía cada noche antes de dormir una historia de amor y pasión, deseaba tener su propia aventura.

Cuando se sentó a mi lado me miró sonriente. Era demasiado atractivo — ¿En qué tanto piensas? — preguntó. Irradiaba seguridad por cada poro.

— Estoy algo nervioso, es la primera vez que viajo para ver a alguien.

— Me gusta — acomodó mi pelo — ya ordené la comida, dijeron que en cuarenta minutos estaban aquí, mientras tanto, podemos beber algo.

— Me parece bien — definitivamente necesitaba líquido avalentador o de lo contrario no sería capaz de lidiar con todo.

Se levantó y buscó un par de copas dónde sirvió vino para ambos — Entonces, ¿qué opinas de mí? ¿Soy como me imaginabas?

— Creo que mejor — dije sinceramente, sin poder mantenerle la mirada.

Él levantó mi barbilla para que lo viera — Háblame mirándome a los ojos.

Negué — No puedo — él se rió. Sabía lo que hacía, sabía el efecto que tenía en mí. Y posiblemente en la mayoría de la gente con la que había estado...

— Eres muy dulce, ni parece que lees porno literaria.

— ¡No es porno! — por primera vez en la noche solté una carcajada.

— Oh, Jhon, ¿quieres que te chupe la polla y me trague tu leche? — dijo con voz fina, haciendo referencia al libro que le había estado leyendo — si eso no es porno entonces no sé qué demonios es — palmeó mi muslo y lo apretó para ponerse de pie y volver a surtir su copa.

A diferencia de su tranquilidad, ese simple acto hizo que mi piel se erizara. La forma en la que apretó mi carne, fue...

Nuevamente llegó a mi lado y se sentó a conversar hasta que la comida al fin llegó y pude probar algo por primera vez en al menos veinte horas.

— No sé si quieres darte una ducha antes de ir a la cama — dijo lavándose las manos.

Dios mío.

— Vale, sí — asentí torpemente y me levanté.

— Esa puerta de ahí es el baño. Tienes todo lo que necesitas adentro.

— Bueno — entré y cerré la puerta, recostando mi cuerpo contra ella. Había llegado la hora, debía mentalizarme que a eso había ido y aunque moría de miedo... Tenía muchas ganas de saber cómo era Jungkook en la cama.


 




  Yo tb kiero sabes cómo es jk en la cama 🥺

  Yo tb kiero sabes cómo es jk en la cama 🥺

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PRECOP  - KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora