𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐓𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 𝐲 𝐎𝐜𝐡𝐨

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Penélope mira los últimos detalles establecidos para el cumpleaños de Callisto.

El emperador Caín le había dejado la tarea de organizar el banquete de cumpleaños de Callisto, y ella estaba emocionada, no solo por el hecho de ser el primer banquete que estaba bajo su autoridad, sino también por el hecho de que deseaba que Callisto tuviera un feliz cumpleaños.

A vista de que el banquete era en la noche, por lo que ella tenía planeado hacer algo íntimo para todos ellos y que el mayor no tuviera un fuerte dolor de cabeza.

Termina de hacer los últimos arreglos y sonríe. Solo faltaba que los invitados que faltaban llegarán y sería un cumpleaños digno para el príncipe heredero.

Estira sus músculos y siente como estos mismos se relajan.

—¿Trabajo duro, maestra?— interrogó Eclipse, quien estaba solo unos pasos detrás de ella en el pequeño escritorio que el príncipe Callisto le había puesto en una despacho.

—Ya termine mi trabajo, Eclipse— sonríe ella, mientras mira a su guardia quien le dio una sonrisa.— ¿No te molesta estar aquí conmigo?

Aquella pregunta toma por sorpresa a Eclipse, quien parpadea varias veces y después niega.

—¿Le molesta a usted que este cerca suyo?— cuestionó Eclipse, mientras jugueteaba con sus dedos de manera manera nerviosa —¿Hice algo malo?

—No Eclipse, no hiciste nada malo, es solo que...— suspira y después mira a donde esta el señor bigotes, quien estaba sobre una camita para el conejo—. Nunca supe porqué te quedaste a mi lado, cuando pudiste quedarte en el ducado Eckhart

Eclipse se queda en silencio, pero no tarda en responder.

—Fue la primera en creer en mi— respondió él, mientras se hincaba en una pierna y tomaba la mano de Penélope —Usted me acepto como su guardia, tenía miedo cuando escuché tantas cosas de usted, la juzgue y creí ciegamente que usted podría herirme o ser agresiva, pero me equivoque — Penélope miro a Eclipse, quería decirle algo más, pero sabía que había más cosas que su guardia no le había dicho en lo absoluto—. El poco tiempo que me llamaba, lo poco que la trate antes de llegar aquí, pude apreciar a una princesa mucho más decente de lo que se decía, usted... usted es idéntica a su padre, una persona que no merece estar aquí en un mundo tan podrido

La sinceridad en las palabras de Eclipse hacen que ella tiemble. No era un temblor malo, no era de aquellos donde sentías que la persona frente de ti era vulnerable, podía romperse en cualquier momento.

—Eclipse— susurró ella, mientras pasaba su mano por el cabello de él—. Seré honesta. Al comienzo tenía miedo, escuchar diariamente a los guardias de Eckhart lo que harían conmigo una vez que Ivonne volviera, no fue algo que yo misma hubiera deseado a mi peor enemigo — su voz se quiebra al recordar las palabras de Mark de la cuarta división —Por eso te tenía miedo, pero cuando me di cuenta que no eras malo, decidí que hubiera espacio para ti en mi vida

Penélope nota como los ojos de Eclipse brillan. Parece estar feliz, emocionado de saber que ella no esta enojada con él o que piense cambiarlo por algún otro guardia. Sus ojos oscuros, van hacía los papeles que Penélope había estado redactando y con calma les da una vistazo rápido.

—Maestra, se esta esforzando mucho en el cumpleaños de su majestad— comentó Eclipse con calma, mirando los patrones dibujados en una de las hojas blancas, junto a sus descripciones 

—Es el primer evento donde me dejan hacer algo por mi cuenta— expresó ella, sus recuerdos en el ducado Eckhart no eran los mejores—. No quiero ser una decepción 

𝐓𝐨𝐦𝐚 𝐌𝐢 𝐌𝐚𝐧𝐨 «𝐏𝐞𝐧𝐞𝐥𝐨𝐩𝐞 𝐄𝐜𝐤𝐡𝐚𝐫𝐭»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora