𝐓𝐨𝐦𝐚 𝐌𝐢 𝐌𝐚𝐧𝐨 «𝐏𝐞𝐧𝐞𝐥𝐨𝐩𝐞 𝐄𝐜𝐤𝐡𝐚𝐫𝐭»

𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐂𝐢𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐲 𝐔𝐧𝐨

Era la primera vez que Penélope se ponía una armadura. El metal de color plata subría su pecho y estómago, también cubría sus hombros y brazos, sus muslos y de la rodilla para abajo, llevaba una capa de color magenta como su cabello, corto y mal peinado, pero lo que más llamaba su atención, era el arco y las flechas que llevaba en su poder.

Se habían reagrupado en la delegación de Obelia, justamente siendo conducidos por los túneles que Lucas había hecho con ayuda de algunos magos para que fueran transportados de manera segura. Los sobrevivientes del ducado fueron trasladados hacía las mansiones abandonadas, mismas que estaban protegidas con la magia de Félix, Claude, y Penélope.

Jeannette estaba en su habitación. La herida que le había hecho Derrick había sido, no solo mortal, sino también catastrófica. Parecía que así como la sangre de los Robane servía como una protección para ciertos demonios, la sangre que corría por el cuerpo de Ivonne, estaba maldita. Jeannette al ser ⅓ quimera tenía aún magia negra dentro de ella, se había comenzado a desbordar, por lo que con ayuda de Ashtarte; estaba tratando de mantener dicha magia dentro del cuerpo de la menor, ya que esta misma estaba reaccionando para proteger a su usuario.

Mientras termina de arreglar su armadura, se observó al espejo. Era difícil describir la sensación que la recorría, la manera en como su armadura brillaba, en cómo sus ojos adquirían algún color en consecuencia a la adrenalina del momento, era como si volviera a ser ella misma.

—¿Lista?— preguntó de pronto Reynold, quien llevaba una nueva armadura

—Sí— aseguró ella —¿Bernadi?

—Lo están atendiendo— aseguró con calma el peli-rosa, mientras miraba hacía la ventana que había en el lugar —Será una suerte que esté vivo al final del día

Penélope tararea. No era noticia de que Winter había estado jugando con la magia, Lucas había estado molesto ante aquello, él y la princesa Aisha habían hecho mucho uso de magia para mantener al albino vivo. Cuando llegaron a la entrada de la delegación, Penélope pudo observar de reojo que la familia de Lady Ari estaba siendo llevaba hacía uno de los refugios.

—¿Han informado al norte?— escucho decir a Callisto de pronto hacía uno de los guardia

—Si su alteza, se dijo que el capitán Porter tenía prisa por regresar a la capital con sus tropas

Mientras se daba el informe de la situación, Callisto frunció el ceño violentamente, como si le doliera algún músculo o hueso de la cara.

—¿Nos vamos?— preguntó de pronto su padre, quien había colocado hechizos de protección a sus invitados

—Eckhart los apoyará— comentó el duque de pronto, mientras hace que todos se giren a verlo

—¿Lo es?— se burló Penélope, haciendo que el hombre que la había "cuidado" la mirara —¿Qué hará cuando su querido hijo y su preciosa hija, lloren por su atención? Nos apuñalará a la primera

Era cruel, Penélope lo sabía, pero tenía que decirlo. No sería la primera vez que el duque trata de anteponer a Derrick sobre ellos, de hecho, sabía a ciencia cierta que si Derrick lloriqueaba que quería sus cabezas; el duque se las daría.

—¿Me creen capaz?

No fue necesario que alguno de ellos dijera algo, ni siquiera que lo intentaran, Isek incluso se alegraba que Ruby estuviera en su hogar, resguardándose por el embarazo.

—Espero que así sea, duque— se burló Claude, mientras observaba hacía el horizonte, donde el palacio los esperaba —Se quedará resguardado por algunas escoltas, tenemos que apresurarnos