𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐝𝐨𝐬

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La suave llovizna que había envuelto los alrededores, provocó que muchos se resguardaran en sus tiendas o simplemente en la más grande para poder seguir conversando. En un lado de la carpa, Jeannette bebía un poco de té con Lady Ari, quien estaba emocionada por estar con la joven de hermosos cabellos castaños. Ambas sostenían una taza de té humeante para el suave frío que comenzaba a abrazar el imperio en aquellos momentos y a sus lados, Ijekiel y Lucas se encontraban.

—Sir Lucas— llamó Lady Ari de pronto —¿Seguirá cargando esa cabeza de oso a todos lados?

La mirada de los cuatro se posó hacía donde estaba la cabeza del oso, misma que se mantiene tan fresca y dentro de una pequeña jaula con una placa dorada que decía «Propiedad de P.C.R» con hermosas letras blancas que resaltaban con el color dorado.

—Hasta que no haya manos largas, esta cabeza seguirá a mi lado— aseguró el mago de cabellos negro y ojos rojizos

—Bueno, eso sería una buena idea— sonríe tranquilamente Jeannette —Por cierto, ¿Por qué solo llego este oso y no más presas?

—Talvez era la más importante— expresó Kiel con calma

—Bueno, los osos lo son— expresó Lady Ari, mientras hacía un suave y sutil gesto —Tal vez la princesa desea que usted lo entregue a los encargados

—Comprendo— expresó calmadamente Lucas —Lo llevare un poco más tarde, cuando la lluvia deje de caer

—O antes de te acabes ese té que claramente estas ocupando para atrasar tu partida— comentó calmadamente Kiel, mientras degustaba aquella humeante taza de porcelana

Lucas sonríe de lado, pero ese no era el motivo en realidad. Desde donde estaba sentado, podía ver a las estúpidas malcriadas que habían sido parte del tormento de Penélope todos estos años, y la sed de venganza que estaba presente en él, quería salir. Sabe que Nelly no es igual que la tonta de Athanasia, ya que, con la segunda, había sentimientos de por medio, pero con la Robane, era claro que la magia de ambos se sincronizaba de manera perfecta, como si fueran hermanos, como si hubieran nacido para ser familia sin estar relacionados por la sangre.

Analiza a esas chiquillas estiradas, con vestidos aun más pomposos que los que ocupa Jeannette para vestir a sus muñecas, y siendo visto e ignorado por Kiel, hace que las tazas de té, se llenen de moscas y gusanos muertos, ha escuchado las burlas sobre ese tipo de "té" en particular por parte de varias seguidoras de Gloria Kelly.

—¡Aahh!
—¡Que es esto!

Las damas (si es que se les podía llamar así) gritan de manera escandalosas, y con aquellos montones de tela alrededor de sus cuerpos, hace que se tropiecen entre ellas y se caigan al suelo.

Lady Ari, quien ha notado aquello, no interroga la sonrisa satisfactoria que Sir. Lucas muestra, no porque le tuviera miedo, sino que el joven mago era alguien quien daba ese aire de tomar los asuntos en sus manos, asuntos que nunca lo iban a detener por nada del mundo.

—¿Qué hace el algodón de azúcar aquí? — interrogó Lucas

La mirada de los otros tres restantes, se poso en la persona que venía hacía ellos, vistiendo ropas de caza y luciendo tan fresco como una lechuga por así decirlo, se acercaba a ellos.

—Quieto Lucas— dijo Kiel, al notar las intensiones de su... ¿Amigo?

Lucas chasquea la lengua. Reynold, quien se ha acercado a ellos, miraba solamente en Jeannette, quien estaba gustando las galletas de mantequillas, y seguía su conversación con Lady Ari.

—Señoritas, caballeros— saludo el joven, aunque no parecía estar muy feliz de ver a aquellos dos sujetos que parecían estar en todos lados

—Lord Reynold— saludaron ambas damas, dando una suave reverencia, y volviendo a tomar sus lugares

𝐓𝐨𝐦𝐚 𝐌𝐢 𝐌𝐚𝐧𝐨 «𝐏𝐞𝐧𝐞𝐥𝐨𝐩𝐞 𝐄𝐜𝐤𝐡𝐚𝐫𝐭»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora