El Hijo del Infierno

Escape e inicio.

Ángel nunca pensó que volvería a ser libre, de hecho vio la libertad como algo que no podía alcanzar y cuando finalmente la tuvo se abrumó. 

Fue tan sencillo, debería sentirse ofendido de que su alma fuera sólo un método de pago pero agradecía que Valentino fuera lo suficientemente idiota. 

Sin embargo, a pesar de eso, no tenía idea de qué hacer con su vida. Arrodillado en el suelo frente a sus benefactores y príncipe del infierno no fue capaz de pronunciar una palabra ante la noticia. 

— Oh vaya, creo que se rompió. — Dijo Velvette al ver la falta de reacción de Ángel. 

Este último los miró a todos y luego a sus manos, estas estaban temblando e Ivan quien lo miraba todo lo dejó tener su momento para asimilar todo. 

Después de un rato por fin habló. 

— ¿Qué es lo que harás ahora que eres libre? — preguntó curioso por la respuesta. 

Ángel lo miró con ojos llorosos. 

— Y-yo no lo sé. — Ivan no pareció sorprendido, en realidad esa fue la respuesta que esperaba. — N-nunca he sido más que una puta y no sé qué más puedo hacer. 

Husk frunció un poco el ceño antes de mirar a Ivan. 

— Ya veo, ¿Quieres trabajar para mi? — Ángel lo miró asustado pero Ivan se rió un poco. — No voy a explotarte, no me gusta nada de eso. Me refería a darte un trabajo temporal en el que averiguas que es lo que quieres hacer. 

Ángel lo miró sorprendido. 

— ¿Aún seré libre? — preguntó con duda e Ivan asintió. 

— Claro que sí, no voy a tomar tu alma. — Ángel se relajo al oír eso. 

— ¿En qué es lo que voy a trabajar? — preguntó al fin y sonriendo Ivan señaló a Husk.

— Necesito que lo cuides. Que no tome de más y ni apueste en exceso. — Husk pareció indignado ante sus palabras pero Ivan sonrió. — ¿Te parece bien? — Ángel asintió ante aquello. 

Ivan le dijo a un sirviente que acompañara a Angel a cambiarse, cuando se fue Velvette se rió de Husk. 

— No te enojes, pero tu lo has traído así que lo ideal es que te hagas responsable de él hasta que él mismo averigue que es lo que quiere hacer. 

— Jodanse. — Dijo Husk para risa de Velvette. 

— No te enojes tanto gatito, estoy seguro que se llevaran bien. — Husk dio un suspiro sabiendo que no habría de otra. 

Y por extraño que fuera para Ivan no se le hizo raro que en realidad no se llevabaran mal. De hecho lo alivió porque Husk necesitaba relacionarse con más demonios. 

Y si es que ambos empezaron a estar más juntos Ivan simplemente miró a otro lado y le resto importancia. 

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Ivan frunció el ceño con cuidado. Ha estado trabajando mucho últimamente hasta el punto en que es aburrido, pero no pudo evitar sonreír con cómo van las cosas.

No esperaba que su mansión se volviera tan ruidosa con gritos y risas. 

Al parecer desde que Velvette empezó a llevarse mejor con Ángel y surgió una muy extraña amistad este ha frecuentado la mansión de Ivan ya que Velvette literalmente siempre estaba ahí. Junto con Ángel siempre venía Husk.