Felicidad

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Era un agradable día soleado, las luces y risas resonaban en la calles y en todas partes. Hoy es año nuevo y es normal que todo el mundo se prepare para una agradable celebración.

Charlie sonrió amablemente a cualquier persona que la saludaba ya que era la hija del arcángel Lucifer alguien que es respetado y amado en el cielo.

Le encantaba pasear por las calles, la hacían sentirse más familiar con el lugar, pero ella es una princesa y tiene cosas que hacer, así que con un último saludo tomó vuelo hacia las oficinas. Tan pronto entró se encontró con su asistente y prometida Vaggie quien la miró con el ceño fruncido.

— Charlie llegas tarde, ¿Otra vez estás dando un paseo? — Charlie se rió animadamente y le dio un beso lo que la calmó.

— Sabes que amo dar paseos. — Vaggie le sonrió porque no podía estar enojada con ella mucho tiempo.

— Lo sé pero el pobre de Bazil tiene que cubrirte mientras no estás y sabes lo estresante que es, no queremos que Emily venga a regañarnos otra vez. — Ella se rió un poco, por supuesto tener a Emily enojada porque su hermano estaba trabajando demasiado no era bonito.

Bazil era un ángel, literalmente hablando el chico siempre ayuda a todos y es muy querido.

Por supuesto también son conscientes de que debe descansar, si sigue así recibirán una visita de Eva y Adán, nadie quiere eso. La familia de Bazil siempre fue un caso, siempre y cuando no fuera malo.

— Hay que darle vacaciones. — Charlie ofreció amablemente y Vaggie asintió.

— Recuerda que hoy tienes que visitar a tus padres antes de la fiesta en la noche. — Charlie sonrió, era cierto, debía visitar a su padre ya que él quería darle un regalo.

— Tienes razón, estoy emocionada, un nuevo año, nueva gente en el cielo, que feliz soy. — Ella sonrió y el día continuó sin problema.

Nadie podía ser malo, ¿No? Mientras Charlie salía del trabajo decidió volar esta vez, sin embargo se detuvo. Había un niño, esto no debía ser extraño pero por alguna razón terminó acercándose al niño.

Cuando estuvo cerca lo vio mejor, cabello negro, ojos de un suave azul, lleva ropa blanca y mira con curiosidad una pastelería.

— Hola pequeño, ¿Estás perdido? — El menor se giró al escuchar su voz y por un momento el corazón de Charlie se apretó dolorosamente.

El menor no dijo nada, era raro ver a un niño sin sus padres.

— ¿Quieres que te ayude a buscar a tus padres? — El menor la miró un largo momento antes de por fin abrir la boca.

— Estoy solo. — Eso fue todo lo que dijo, Charlie no entendió bien, ¿Era quizás un alma nueva? Quizás perdió a sus padres joven y por eso no los recuerda.

— Oh pequeño, no te preocupes, seguro ellos están aquí, porque esto es el cielo, todas las almas están aquí. — El menor miró sus manos y solo asintió. — Mientras encuentro a tus padres, ¿Está bien que te quedes conmigo? — El niño solo se encogió de hombros, Charlie sonrió mucho más ahora. — ¿Cómo te llamas? Yo soy Charlie y cuidaré bien de ti.

— Ivan… solo Ivan… — Charlie se quedó mirándolo, por un breve momento, tan solo unos segundos pensó que conocía al niño, pero tan pronto llegó ese pensamiento ella lo olvidó.

— Está bien pequeño Ivan, tengo que ir a ver a mi padre. Es un día complicado y sé que son muchas cosas nuevas, te prometo te vas a divertir. — Y así Charlie se llevó al pequeño niño con ella.

El Hijo del Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora