Ruiseñor

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Moviéndose con pasos ligeros, Ivan sonrió, no sabe cuánto tiempo ha pasado, la percepción del tiempo es realmente diferente aquí, el espacio mental puede ser un lugar interesante.

Alguien aparece detrás de él, su contraparte lo mira con un rostro carente de vida, están atrapados aquí eternamente solos, tiempo suficiente para que dejen de intentar matarse por que de todos modos no van a salir.

— ¿Qué será esta vez? — Pregunta su otro yo, la manifestación de su odio lo mira cansado mientras se sienta. Tiene el aspecto de su antiguo yo, cuando perdió a Alastor… hace mucho… Ivan a perdido la cuenta del tiempo…

Cuando su mente se vuelve caótica Ivan cantará pequeñas melodías que alivian su mente de caóticos pensamientos y calman la carga de locura creciente.

— Quiero ver un jardín hoy. — Ivan murmura, su cuerpo reducido a un aspecto juvenil como cuando aún era un joven príncipe infernal. Su energía vital también se redujo para aliviar el estrés del encierro.

Un prado apareció para ambos, Ivan empezó a cantar suavemente bailando ligeramente, hacer esto lo ayuda a mantener su mente activa, a diferencia de su contraparte que carece de motivación para hacer algo más que verlo bailar, quizá esperando nuevos movimientos o bailes, quizás solo para escuchar la nueva canción que compuso, no hay forma de saberlo exactamente. Ivan espera sus comentarios mordaces o críticas, es mejor así, le indica a Ivan que sus niveles de locura no están fuera de control, mientras estén aquí, en este espacio mental que es su nueva prisión Ivan es capaz de aliviar su locura, incluso si sacrifica un poco de sí mismo.

Pero su contraparte no lo sabe, no importa porque deben mantener el equilibrio, hasta que el mundo sea capaz de sostenerse a sí mismo sin ayuda de Ivan aún deben existir, y cuando ya no sean útiles…

Bueno, Ivan ya no tiene nada por lo que seguir atado aquí de todos modos, su alma está tan contaminada que ya no tiene salvación, además que caerá en la locura si pasa, entonces para proteger el mundo debe romper su alma, destrozarla hasta el punto de no retorno y que nadie sea capaz de repararla, así él mundo será seguro. Así los que ama podrán ser felices.

Su contraparte lo mira bailar, ágiles movimientos,  giros y hay una nueva tonalidad en su voz.

— Pareces feliz. — Ivan quiere reírse de su contraparte, él no puede ser feliz, él lo sabe e Ivan lo sabe por lo que es claro que se está burlando de él.

— Simplemente sentí que era hora. — Su contraparte lo miró, la idea de morir no le fascina, pero la parte buena de él, la que Ivan le dio para no estar siempre loco dice que es lo mejor así.

— ¿Qué pasará cuando ya no estemos? — Ivan se acerca y se sienta a su lado dejándose caer de espalda en el césped.

— No lo sé, quizás ya no haya dolor, quizás simplemente dejaremos de existir.

— Nadie sabrá de nosotros… ¿No te duele? — Ivan sonrió, no puede sentir felicidad, solo amor a quienes dejó atrás lo que hace esto más agonizante.

— Hacemos esto porque los amamos, ellos no nos recordarán, no sufrirán… — Su contraparte lo mira curioso. No logra entender, Ivan dejo que se quedara con su cuerpo como un recipiente vivo mientras separo su conciencia, no conforme le entrego parte de su alma.

— ¿Cómo estás seguro que no recordarán? — Ivan lo miró con una pequeña sonrisa, supo que había hecho algo.

— No solo les quité sus recuerdos, yo simplemente los destruí o al menos lo intenté. — Ivan admite y suspirando se sienta. — Si no hubieras intentado escapar lo hubiera logrado, pero como nos selle a ambos posiblemente muchos recuerdos escaparon de mi control, incluso si me recuerdan no podrán hacerlo completamente, posiblemente pensaran que son solo sueños extraños, lo superarán y seguirán con sus vidas.

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